Otro que empezó a coger de grande es Alberto Fernández, un viejo borracho que por desgracia en vez de dedicarse a Uber y venir a joder acá en los semáforos tuvo la suerte de que una conchuda lo pusiera de presidente nomás porque al tarado del hijo no lo votaba ni ella. Así nos fue. Ahora por suerte tenemos a un presidente que habla con un perro muerto y pirulea con la hermana. VLLC.

Participen acá. El autorazo en cuestión se lo merece: Literatura :: Talleres/Teorķa y recursos literarios.

Uuuuuuh apareció el pijaveloz. Qué envidia, gGg.

Uds. ponganlan alguna vez y luego vengan a hablar acá, manga de perdedores.

Vengo a burlarme de imbéciles y los tengo aquí como quiero, conversando como lo que son: idiotas.

Ya evolucionen como el otro par de idiotas: -zepol y cafeidown.

Este señor está Obsesionado (cuento) conmigo. Me ha dedicado un sinnúmero de textos. Imaginen su vida.

Ah, ya llegó el otro gordo de valentonto. Ya solo falta el gggil o alguna de sus perritas falderas.

Me imagino a estos dos pelotudos. Invitan a una mina para hacer un trío (sexual) y le dan una cocacola, le prenden Netflix y se ponen a coger entre ellos al lado. Capaz que uno de los pelotudos estos se distrae con la pantalla y se la pone a mirar con el pitulín caído y entonces el otro pelotudo le saca la cocacola a la mina y viene a joder acá y escribe ña, ñañaña, ña, ña, ñaña, ña ñañaña.

Sin duda que los mejores diálogos de la Página los encuentro cuando veo rugir tu implacable exorcismo contra los demonios enfermizos de Ratanás, remos. Jajaja. Saludos.

Me resulta difícil pensar que los escribidores puedan  intimidarse ante las burlas de uno como erre; simplemente porque este terraplanista mental no argumenta, sino que insulta y se burla de minúsculos errores, y esto solo provoca indiferencia y convicción de que se está frente a personaje estúpido, un  payaso del web, un vago.
De argumentar y mostrar alternativas a los escritos a nuevas posibilidades de un estilo personales y no de estereotipadas banalidades, sería otra cosa muy distinta. per...

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En todo caso, hay que seguir escribiendo, atreverse a crear lo que a otros les molesta, lo que otros temen, lo que otros sueñan pero no pueden o no quieren. En fin, que debemos atrevernos a ser nosotros mismos por medio de la palabra.