Oye, sin / erre / clones. Ese desprecio de la dominicana te dolió, ¿verdad? Nunca pensé que vería a alguien morir por amor, destruirlo todo por amor. Creía que solo era en las novelas en existía. Pero una vez más me equivoco. El despecho supremo existe. Y duele. Vaya que duele.

Jajaja. Este despecho es épico, épico. Jaja. Tengo que conocerte algún, conocer a ese roto, a ese corazón despreciado, a ese que llora y sangra y vomita hasta el último tuétano de sus huesos, esa alma que grita "me ve...

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Entonces estamos hasta las...

Le he mandado captura de pantalla a ver si así reaccionan...

buenas, nada puedo hacer, mi bola roja sólo es para el foro de retos. Ya hace días hable con moebiux a ver si el podía contactar con Gik, pero es como es esperar a Godot

Veremos si walas puede hacer algo por la patria azul.

Lamento, eso sí, que la gente decente de esta página no pueda disfrutar de sus escritos y lecturas de los demás. Todo por un par de malos de la cabeza. Un pecado de lesa estupidez.

Al menos a esta hora los gilipollas, las locas del mini ego fatuo, duermen sus borracheras. así puedo escribir algunas tonteras antes de sumergirme en mis actividades y afanes de cada día.

El simple y zopenco de ere comentó con la IA un texto mío que participaba opiniones de expertos, no de científicos. si bien se lo expliqué para que incluso un demente como él lo entendiera, pero todo esfuerzo fue infructuoso. el mentecato continúa a no entender y continua a reír de su propia estupidez. una persona con dos dedos de frente se avergonzaría de sí mismo. el idiota, como si nada. no es justo que esta alimaña arruine esta página por sus carencias intelectivas de presentar argumentos y ...

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La perla de Cortázar es para desintoxicar la mesa, aunque pronto llegarán los patógenos de siempre: el dúo Las locas impostoras.

"Muchas veces me he preguntado cuál es la virtud de ciertos cuentos inolvidables. En el momento los leímos junto con muchos otros, que incluso podían ser de los mismos autores. Y he aquí que los años han pasado, y hemos vivido y olvidado tanto. Pero esos pequeños, insignificantes cuentos, esos granos de arena en el inmenso mar de la literatura, siguen ahí, latiendo en nosotros. ¿No es verdad que cada uno tiene su colección de cuentos? Yo tengo la mía, y podría dar algunos nombres. Tengo William ...

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