mujerdiosa_siempre y dhingy le hacen más daño a esta página que Cafetalero y cualquier otro troll que haya existido en este sitio. Fomentan el conformismo, promueven la superficialidad, inhiben el pensamiento crítico y generan falsas expectativas.

Si a todo eso le sumamos que es un sitio que, en teoría, es de escritura, pues es peor, porque se quedan estancados. Pero olvidemos este último punto, con el primero es suficiente.

Ni te quejes, gggil. Ya ni Ninive que vive en la mera zona del conflicto.

De nada g3, un vaso de realidad hace bien a la salud que, más temprano o más tarde, será radioactiva.

Gracias remos por tus palabras de aliento :(

Son los primeros round de estudio, simplemente. Somos todos muertos vivientes. La tercera guerra ya está en acto. Se tienen miedo entre ellos, es claro. Tienen en sus algoritmos todas las consecuencias de un desastre nuclear global, y la certeza que algunas células humanas, las de ellos, sobrevivirán. Todos hemos visto esos documentales con sus delirios de omnipotencia.
La tercera guerra es un hecho y en cualquier momento nos despertaremos con un horizonte demasiado rojo en la lejanía, pero ya...

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Al final no se armó la guerra. Ahí están midiéndose las fuerzas. Ya me daba por muerto.

Pues tienes toda la razón, frente al realismo mágico, ese realismo puro me impactó. Es un "Esperando a Godot" del mundo real. Narrado con toda la naturalidad del que ha vivido en ese mundo.

Historia de mis putas tristes, quitando ese filón pedófilo no intencionado (el Trópico tiene sus propios cánones culturales), es una gran novela. Lo que sucede es que el García Marquez anciano ya no era capaz de superar al García Márquez joven.

Walas, quizá tú hiciste una lectura literal de la novela, que, para mí, es una de las mejores novelas cortas más grandes de la literatura hispanoamericana (o cuento largo; muchos me objetaran y también les daría la razón). Creo que te impactó su realismo puro. Mi padre, en cambio, se veía reflejado en ella y por ello se reía de sí mismo.

Cada libro tiene su lector y cada lector lee a su modo. Es lo maravilloso de la buena literatura.