TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Crítica / Círculo de lectura: Una mujercita de Franz Kafka - [F:5:12218]


justine,20.01.2012
Es toda una mujercita; aunque muy delgada, suele además usar un corsé ajustado; la veo siempre con el mismo vestido gris amarillento, algo así como el color de la madera, adornado discretamente con borlas en forma de botón, de igual color; siempre sale sin sombrero, el rubio cabello opaco y lacio es ordenado, pero también muy suelto. Aunque está encorsetada se mueve con agilidad, y a veces exagera esa facilidad de movimiento; le gusta llevarse las manos a la cintura y girar el torso hacia uno u otro lado, con asombrosa rapidez. Apenas puedo dar una ligera idea de la impresión que me causa su mano, si digo que jamás he visto una cuyos dedos estén tan agudamente diferenciados entre sí como la suya; y sin embargo no presenta ninguna peculiaridad anatómica, es completamente normal.
Ahora bien, esta mujercita está muy descontenta conmigo, siempre tiene algo que objetarme, siempre cometo toda clase de injusticias con ella, cada paso mío la irrita; si la vida pudiera cortarse en trozos infinitesimales y cada pedacito pudiera ser juzgado, estoy seguro de que cada partícula de mi vida sería para ella motivo de disgusto. A menudo he pensado en eso: ¿por qué la irrito tanto? Podría ser que todo en mí ofendiera su sentido de la belleza, su idea de la justicia, sus costumbres, sus tradiciones, sus esperanzas; hay naturalezas humanas muy incompatibles, pero ¿por qué se preocupa tanto por eso? No hay en verdad ninguna relación entre nosotros que la obligue a soportarme. Debería decidirse a considerarme un perfecto desconocido, lo que en realidad soy, teniendo en cuenta que semejante decisión no me molestaría, más bien se la agradecería mucho, sólo debería decidirse a olvidar mi existencia, una existencia que nunca quise obligarla a soportar, y jamás querré; y evidentemente, todos sus tormentos terminarían. Hago total abstracción de mis sentimientos y no tengo en cuenta que su actitud también es para mí, naturalmente, muy dolorosa, y no lo tengo en cuenta porque reconozco perfectamente que mis molestias no son nada al lado de sus sufrimientos. De todos modos, siempre he sabido que esos sufrimientos no son causados por el afecto; no le interesa en absoluto mejorarme, y además todo lo que en mí le desagrada es justamente lo que menos puede impedirme mejorar. Pero tampoco le importa que yo progrese, solamente le importan sus intereses personales, que consisten en vengarse de los sufrimientos que le provoco, e impedir los sufrimientos con que pueda volver a amenazarla. Ya una vez intenté indicarle la mejor manera de poner fin a este resentimiento perpetuo, pero sólo logré suscitar en ella tal arrebato de furor, que nunca más repetiré esa tentativa.

Además, esto representa para mí, si así puedo decirlo, cierta responsabilidad, porque por menos intimidad que haya entre la mujercita y yo, y por más evidente que sea que la única relación existente es la irritación que le produzco, o más bien la irritación que ella permite que yo le produzca, no por eso puedo sentirme indiferente ante los visibles perjuicios físicos que le produce. De vez en cuando, y estos últimos tiempos más a menudo, me llegan informes de que esa mañana amaneció pálida, insomne, con dolor de cabeza y casi incapacitada para el trabajo; esto hace que sus familiares se pregunten perplejos cuál será el origen de esos estados, y hasta ahora no lo han descubierto. Sólo yo lo sé, es la antigua y siempre renovada irritación. Claro que no comparto totalmente las preocupaciones de sus familiares; ella es fuerte y resistente; quien puede enojarse hasta ese punto, puede con seguridad también pasar por alto las consecuencias del enojo; hasta tengo la sospecha de que ella -por lo menos a veces- simula sufrimientos para dirigir hacia mí las sospechas de la gente. Es demasiado orgullosa para decir abiertamente cómo sufre por culpa de mi simple existencia; recurrir a los demás contra mí le parecería rebajarse a sí misma; sólo la repugnancia, una incesante repugnancia que no deja de impelerla, consigue que se ocupe de mí; discutir abiertamente algo tan impuro le parecería demasiada vergüenza. Pero también es demasiado para ella callar constantemente algo que la oprime sin cesar. Por eso prefiere, con astucia femenina, un término medio: callar, y sólo mediante las apariencias exteriores de un sufrimiento oculto, llamar la atención pública sobre el asunto. Tal vez espere, posiblemente, que en cuanto la atención pública fije en mí todas sus miradas, se concrete un rencor general y público, y con todos sus vastos poderes éste consiga condenarme definitivamente, con mucho más vigor y rapidez que sus relativamente débiles rencores privados, entonces se retiraría de la escena, respiraría con alivio y me volvería la espalda. Ahora bien, si estas son realmente sus esperanzas, se engaña. La opinión pública no la sustituirá en su papel; la opinión pública nunca encontraría en mí tantos motivos de reproche, aunque me estudiara a través de su lupa de mayor aumento. No soy un hombre tan inútil como ella cree; no quiero exagerar mis méritos, y mucho menos cuando se trata de este asunto; pero si no llamo la atención por mis condiciones extraordinarias, tampoco la llamo por mi falta de condiciones; sólo para ella, para sus ojos llameantes y casi lívidos de ira, soy así; no podrá convencer a nadie más. Por lo tanto, ¿puedo sentirme por completo tranquilo en lo que a esto respecta? No, tampoco; porque cuando sea realmente de conocimiento público que mi comportamiento está provocando positivamente su enfermedad, y algún observador, por ejemplo mis más activos informadores, estén a punto de advertirlo, o por lo menos adopten la actitud de advertirlo, y la gente venga a preguntarme por qué hago sufrir a esta pobre mujercita con mis acciones incorregibles, o si tengo la intención de llevarla a la tumba, y cuándo llegará el momento de mostrarme más sensato y de demostrar suficiente compasión para poner fin a todo eso; cuando la gente me haga esta pregunta, me costará bastante responder. ¿Confesaré francamente que no creo en sus síntomas de enfermedad, lo que producirá la desagradable impresión de que para librarme de mi culpa culpo a otro, y justamente de una manera tan poco galante? ¿Y cómo podría decir abiertamente que yo, aun cuando creyera que ella está realmente enferma, no siento un poco de compasión, que la mujer en cuestión es para mí una perfecta desconocida, y que la relación que existe entre nosotros es pura invención de su parte y totalmente inexistente? No digo que no me creerían; más bien ni una cosa ni la otra; no se tomarían el trabajo de dudar; simplemente, se tomaría nota de la respuesta relativa a una mujer débil y enferma, y esto no me haría mucho honor. Tanto con ésta como con cualquier otra respuesta, chocaría inevitablemente con la incapacidad de la gente de impedir, en un caso como éste, la sospecha de una relación amorosa, aunque es más evidente que la luz del día que semejante relación no existe, y que si existiera, se originaría más bien en mí y no en ella, ya que realmente yo sería muy capaz de admirar en esta mujercita la potente rapidez de sus juicios y la infatigabilidad de sus conclusiones, cuando esas mismas cualidades no estuvieran al servicio constante de mi tormento. Pero en todo caso, ella no muestra el menor deseo de llegar a una relación amistosa; en eso es honrada y veraz; en eso reside mi última esperanza; sería imposible que la conveniencia de su plan de campaña la llevara a hacerme creer en una relación de ese tipo, olvidándose de sí misma hasta el punto de cometer una acción semejante. Pero la opinión pública, absolutamente incapaz de sutilezas, seguirá siempre pensando lo mismo en este sentido, y siempre se decidirá en mi contra.

Por lo tanto, lo único que me resta es cambiar a tiempo, antes que intervengan los demás, lo suficiente no para anular el rencor de la mujercita, que es inconcebible, sino por lo menos para dulcificarlo. Y en efecto, muchas veces me he preguntado si me agrada tanto mi estado actual que ya no quiero modificarlo, y si no sería posible provocar en mí algunos cambios, no porque me parecieran necesarios, sino simplemente para calmar a la mujercita. Y he tratado honradamente de hacerlo, no sin fatigas ni problemas; hasta me hacía bien, casi me divertía; logré ciertas modificaciones visibles desde muy lejos, no necesitaba llamar la atención de la mujercita sobre ellas, ya que se da cuenta de esas cosas antes que yo, puede percibir por la expresión de mi cara las intenciones de mi mente; pero no logré ningún éxito. ¿Cómo hubiera podido lograrlo? Su disconformidad conmigo es, como bien lo comprendo ahora, fundamental; nada puede hacerla desaparecer, ni siquiera mi propia desaparición; su furor ante la noticia de mi suicidio sería posiblemente inmenso.

Ahora bien, no puedo imaginarme que ella, una mujer tan aguda, no comprenda todo esto tan bien como yo, no comprenda tanto la inutilidad de sus esfuerzos como mi propia inocencia, mi incapacidad (a pesar de la mejor voluntad del mundo) de conformarme a sus requisitos. Seguramente lo comprende, pero como es de naturaleza combativa, lo olvida en el apasionamiento del combate, y mi desdichada manera de ser, que no puedo imaginar diferente porque me pertenece de nacimiento, consiste justamente en susurrar suaves consejos a quien está enfurecido. De este modo, naturalmente, no llegaremos jamás a entendernos. Día tras día saldré de la casa con mi habitual alegría matutina, para encontrarme con ese rostro amargado, con la curva desdeñosa de esos labios, la mirada investigadora (y ya antes de investigar, segura de lo que encontrará que me explora y a la que nada escapa, sea cual sea su brevedad, la sonrisa sarcástica que abre surcos en sus mejillas adolescentes, la mirada lastimera elevada hacia el cielo, las manos que se plantan en las caderas, para reunir más aplomo, y luego, el temblor y la palidez de la ira al estallar.

No hace mucho -y por primera vez, como advertí asombrado entonces- mencioné algo de este asunto a un buen amigo mío, sólo de pasada, sin darle importancia; con sólo dos palabras le hice un rápido resumen de la situación; tan poca cosa me parece cuando la contemplo desde afuera, que hasta llegué a reducir un poco sus proporciones. Inesperadamente, mi amigo no se desinteresó de la cuestión, sino que por cuenta propia le dio más importancia que yo, no quería cambiar de tema, e insistía en discutirlo. Más inesperado aún fue que él, a pesar de todo, subestimara el problema en uno de sus aspectos más importantes, porque me aconsejó seriamente que me alejara por un tiempo, que viajara. Ningún consejo podría ser más incomprensible; la situación es bastante clara, cualquiera que la estudie de cerca puede llegar a comprenderla perfectamente, pero no es sin embargo tan simple que una simple partida la solucione del todo, o por lo menos en una parte. Nada de eso, tengo que cuidarme mucho de no alejarme; porque si me decido a seguir algún plan, éste debe consistir esencialmente en mantener el asunto dentro de los reducidos límites que hasta ahora ha tenido, no dejar penetrar en él al mundo exterior, o sea quedarme tranquilo donde estoy, y no permitir que el asunto ocasione ningún cambio considerable e importante, lo que significa no hablar con nadie de la cuestión; pero todo esto no porque se trate de un peligroso misterio, sino porque es una cuestión desdeñable, puramente personal, y como tal indigna de tanta atención; y porque no debe dejar de serlo. Por eso las observaciones de mi amigo no fueron totalmente inútiles; no me revelaron nada nuevo, pero fortificaron mi primitiva resolución.

En efecto, si se lo considera atentamente, las modificaciones que con el correr del tiempo parece haber sufrido este asunto, no son modificaciones del tema en sí, sino tan sólo un desarrollo de mi actitud ante él, una indicación de que esta actitud se ha vuelto por una parte más tranquila, más viril, más cerca del fondo de la cuestión, y por otra parte, bajo la incesante influencia de estos continuos sobresaltos, por insignificantes que parezcan, ha provocado cierta alteración de mis nervios.

Este asunto me preocupa menos que antes, porque comienzo a creer que comprendo que por más cerca que hayamos creído encontrarnos de una crisis decisiva, es muy poco probable que ésta ocurra; se está predispuesto a calcular con demasiado apresuramiento, en especial cuando se es joven, la rapidez con que se producen las crisis decisivas; cada vez que mi pequeño juez femenino, debilitado por culpa de mi mera presencia, se dejaba caer de costado en una silla sosteniéndose con una mano sobre el respaldo, y aflojándose los lazos del corpiño con la otra, mientras lágrimas de furor y desesperación corrían por sus mejillas, yo creía que el instante de la crisis había llegado, y que de un momento a otro me vería obligado a dar explicaciones. Pero nada de momento decisivo, nada de explicaciones, las mujeres se desvanecen con facilidad, la gente ni tiene tiempo de ocuparse de sus manías. ¿Y qué sucedió realmente durante todos estos años? Muy simple: estas situaciones se repitieron, a veces más violentamente, a veces menos, y que en consecuencia su suma total ha aumentado. Y la gente acecha en torno, deseosa de intervenir, si pudieran descubrir una oportunidad que se lo permitiera; pero no encuentran ninguna, hasta ahora se han visto obligados a reducirse a lo que podían olfatear en el ambiente, y bastante había como para mantenerlos ampliamente ocupados, pero allí terminaba todo. Pero siempre ha sido fundamentalmente así, siempre existieron esos inútiles espectadores y esos olfateadores, que excusaban su presencia con pretextos ingeniosos, con preferencia de parentesco, siempre espiando, siempre olfateando toda clase de pistas, pero la consecuencia de todo esto es simplemente que allí están todavía. La única diferencia consiste en que poco a poco he llegado a conocerlos, y a distinguir sus caras; en otros tiempos, yo creía que acudían paulatinamente de todas partes, que las repercusiones del asunto aumentaban y provocarían por sí solas la crisis definitiva; hoy creo saber que todos ésos estaban aquí desde mucho antes, y que la crisis definitiva poco o nada tiene que ver con ellos. Y esa crisis ¿por qué la dignifico con un nombre tan pomposo? Suponiendo que algún día -que no será seguro mañana ni pasado mañana ni probablemente nunca- ocurriera que la opinión pública se interesara en este asunto, lo que insisto en repetir, no le compete, no saldré seguramente indemne de dicho proceso, pero también es indudable que tendrán en consideración el hecho de que la opinión pública no le desconoce totalmente, y que hasta ahora siempre he vivido a la plena luz, confiado y digno de confianza, y que esta insignificante y desdichada mujercita, recién llegada a mi vida, a quien, hago notar de paso, otro hombre habría considerado hace mucho como insignificante y, sin llamar en lo más mínimo la atención de la opinión pública, la habría aplastado bajo sus pies; esta mujer, en el peor de los casos, sólo podría agregar un odioso adorno al diploma que desde hace tiempo me certifica ante la opinión pública como miembro respetable de la sociedad. Así están actualmente las cosas, de modo que no tengo muchos motivos de preocupación.

El hecho de que con los años yo haya llegado a sentirme un poco inquieto no tiene nada que ver en realidad con el significado esencial del asunto; es simple: es insoportable ser el constante motivo de ira de otra persona, aun cuando se sabe perfectamente que esa ira es infundada; uno se siente inquieto, se empieza, de una manera puramente física, a eludir las crisis decisivas, aun cuando honradamente no crea demasiado en su posibilidad. Además, esto representa en cierta forma un síntoma de envejecimiento; la juventud lo mejora todo; las características desagradables se pierden en la fuente de vigor inagotable de la juventud; si una persona tiene mirada astuta cuando es joven no se considera un defecto, ni siquiera se advierte, ni siquiera él mismo lo advierte; pero lo que perdura en la vejez son restos, todo es necesario, nada se renueva, todo está expuesto a examen, y la mirada astuta de un hombre que envejece es francamente una mirada astuta, y no es difícil reconocerla. Sólo que tampoco en este caso constituye un empeoramiento real de su condición.

Por lo tanto, de cualquier ángulo que se lo considere resulta evidente, y a esa evidencia me atengo, que si consigo mantener este pequeño asunto bajo control, aun sin esforzarme, todavía podré seguir viviendo durante mucho tiempo la vida que hasta ahora he vivido, imperturbado por el mundo, a pesar de todos los arrebatos de esta mujer.

FIN

 
justine,20.01.2012
Atendiendo a la sugerencia de hippie80, subimos a la estantería "Una mujercita", mientras terminamos de exprimir "Una rosa para Emily" de Faulkner.

El cuento es largo y no de fácil lectura en mi opinión, por lo que nos podemos dar un tiempo para hacernos con él.

A mí me ha costado coger el hilo y me ha producido un poco de desaliento (esto no quiere decir que a todos nos vaya a pasar lo mismo). He tenido que mirar varios foros de discusión para hacer un riachuelo en mi cerebro que facilitara su comprensión. Esta es una forma de conocer al autor, su biografía, su mundo, su obra, de hecho eso es lo que estamos haciendo con otros autores implicándonos en su lectura y en los comentarios.

El resultado de esta búsqueda ha logrado el propósito, aunque no es un autor ni un cuento que elegiría para mi disfrute personal. Aunque dar de sí, da y mucho, si pasamos del enfoque literario al filosófico o metafísico que tiene el cuento. Espero que podamos ceñirnos a lo estrictamente literario, si es que puede decirse y hacerse así, para no perdernos en otras consideraciones que probablemente escaparían a este foro.

Veremos como van surgiendo los comentarios. A partir del lunes sería una buena fecha para empezar, pero si alguien quiere hacerlo antes, estupendo.
 
ninive,20.01.2012
O.K-
 
qoele,21.01.2012
Sugiero a los miembros de este club de lectura, es nada más que una opinión, leer los comentarios de los demás, sólo después de haber enviado el propio.
Digo, porque así es más interesante, al menos para mí, descubrir coincidencias o desacuerdos que de igual modo ayudan a darle interés y sabor al foro.
 
qoele,21.01.2012
Una maravilla de cuento que renueva esa angustia kafkiana, ese perderse en laberintos infinitos, donde no se llega a ningún lado, donde al lector “olfateador” no le queda nada concreto en la nariz, sino la perplejidad de la grandeza de este escritor. Creía tener en mano alguna pista, se creía tener abundante y excesiva información, pero el desengaño nos golpea en cada laberinto en cada infinito de esta trama que aplasta no sólo con su belleza, sino con la angustia de esta vida que se nos escapa como el agua, día a día.
Aquí, como dice el personaje del cuento, se nos da material para husmear abundantemente, pero ningún intersticio donde fijar una certeza.
Me gustó mucho este cuento y el volver a esas atmósferas kafkianas donde falta el oxígeno, aunque aquí las cosas van con un cierto pálido humorismo, pero no por ese no hay tinieblas detrás del brillo de esta prosa.
 
qoele,21.01.2012
Tinieblas en la historia, no en la prosa. Valga la precisación, porque estamos hablando de Kafka.
 
hippie80,21.01.2012

Quien estudie o desee estudiar el alma humana, deberá leer a Kafka y sus trascendentales obras literarias, donde se abren generosas las compuertas de aquellos enigmas y el autor nos muestra y demuestra la esencia del hombre en su sentido metafísico relacionado con el entorno circunstancial.
Kafka es por sí el gran develador de las virtudes y defectos que habitan en el interior oculto del alma, en el magma mismo del ser y el sentir interior, nos conlleva por tanto, por caminos sutiles hacia nuestro destino investigador, nos transporta a través de los colorarios inmersos en las profundidades nunca antes alcanzadas de la esencia del ser en un idioma diferente a como haría un filósofo o un teórico.
Las virtudes del autor, por tanto, se ven e irradian de manera especial en su obra "Una Mujercita".

Como ha declarado qoele, seria provechoso, leer comentarios primarios y estudiar los mismos para obtener coincidencias, divergenciasa o descubrir simplemente nuevos asuntos contenidos en la obra de Kafka, que por cierto, no hemos advertido.-

 
loretopaz,21.01.2012
Es verdad que leer a Kafka a veces no es fácil; siendo adolescente pude leer gran parte de su obra, que me atraía enormemente y la lectura la hacía sin tropiezos, me resultaba facilísima, seguramente revelaba ecos de mi propia angustia de entonces. Hoy vuelvo a descubrir esa prosa reflexiva que gira alrededor de las obsesiones de Kafka, su sentimiento de culpa sin causa definida y por lo tanto irremediable. Y tal vez sea esa irremediabilidad que hoy me resulte un poco difícil.
 
loretopaz,21.01.2012
Sin embargo, su prosa me sigue encantando, y agregaría parafraseando a quoele, que hay mucho brillo detrás de las tinieblas.
 
justine,21.01.2012
Estoy de acuerdo, es la preciosidad de la escritura que se desliza casi normativa, elegante, como si un ensayista tratara de deshilvanar la enmarañada madeja del alma. La ausencia de metáforas y de preciosismos, deja ver no obstante un glamour ácido, irónico y provocador. Si Kafka no hubiera sido un hombre social y con emociones bien arraigadas, las racionalizaciones que exhibe del individuo frente a la sociedad con esa fina ironía que escuece las conciencias, podría haber llegado a ser fácilmente un sociópata.
 
divinaluna,21.01.2012
Kafka hace del soliloquio de su personaje un atisbo de la locura , llama a la mujer "mujercita" lo que ya consiste un sintoma, exagera las preocupaciones de ella que en realidad son las propias, enumera y detalla las reacciones, los gestos de la mujer y lleva con maestría al lector a un escenario denso de dificil compresión sino se pone el ojo en los detalles, un texto dificil de varias lecturas.
 
ninive,21.01.2012
Nunca pude leer a Kafka. No conseguí ir más allá de la página 50 en el Proceso y en el Castillo.
Hoy leí La metamorfosis y mucho material para conocer al menos desde afuera al autor. Me resultará difícil participar antes del lunes.
 
pithusa,22.01.2012
Me encuentro en la misma situación de Nínive, he leído y reeleido La metamorfosis tres veces de principio a fín, cada vez tengo un concepto diferente del libro. En algunos momentos, encuentro al autor loco, otras veces muy sabio y la última vez deduje que la obra era una concecuencia del momento político que estaba viviendo su país. Espero ahora conocerlo más, mientras indagaré acerca del autor.....
 
ninive,22.01.2012
Escribe bcompromiso /ben mi libro de visitas

Hola querida Yvette, he visto tu posteo en el Foro con el cuento de Kafka y quise comentarte que, a mi entender, para poder leer a Kafka, antes que nada es necesario leer su Carta al Padre. Desde ahí se podrá entender un poco mejor todo lo demás.

Para mí, terminar con cada libro de Kafka ha sido todo un desafío para mi voluntad, y a pesar de ello he aceptado ese desafío en varias oportunidades. He leído Metamorfosis, El castillo, El proceso, y mi más amado ha sido Carta al padre.

Este año pasado he tenido la oportunidad de pasar frente a su casa en Praga y me emocionó estar en el escenario en que sus libros fueron gestados. En ciertos aspectos no puedo dejar de sentirme identificada con él, y creo que cualquier persona que haya conocido cierto nivel de angustia en su vida, puede sentir lo mismo al leerlo.

 
qoele,22.01.2012
Yo también, cuando leía las novelas de Kafka, en plena y atormentada juventud, quedaba anímicamente hecho polvo, pero no podía dejar de leerlas. Aunque siempre al final quedaba con un puñado de moscas en las manos.
Pero la vida es así, como una novela de Kafka, un laberinto imposible de descifrar y entender, porque después de cada eslabón se abren otros infinitos eslabones distintos, derrumbándose así el castillo de naipe, y nuevamente a recomenzar y hasta llegar a la nada, a un final que no existe.
El asunto es que son los textos de Kafka que nos leen a nosotros y nos sumergen en ese desamparo y en esa angustia ante poderes ocultos, fuerzas invisibles (el destino individual) que están presentes y nos mueven como peleles, creyendo siempre de llegar a un punto de pisar terreno firme, de tener certezas que el texto lo estamos entendiendo, que estamos tejiendo la trama, pero es inútil, ese momento que pareciera estar, por momentos, detrás del ángulo, a la vueltecita de la página, escondido en el punto y a parte, desaparece, no existe, hemos construido una ilusión. Somos esclavos del laberinto kafkiano.
 
pithusa,22.01.2012
Estoy de acuerdo con Nínive. Carta al Padre, es el escrito clave para poder entender en parte las novelas de Kafka...Es un escritor complejo, capaz de transmitirnos estados anímicos tan negativos como los que describe goele... Nunca pude leer La metamorfosis de una vez, necesitaba en algunos momentos recuperarme de esa angustia salida de sus letras para penetrar en mi piel y en mi alma. Quiien nunca lo haya leído, creo que debería empezar por : Carta al Padre
 
pithusa,22.01.2012
Ninive, me emocionaste muchísimo con tu comentario de que estuviste en Praga, frente a su casa donde vivió.
Allí está toda su vida. Desde su ventana él podía ver su colegio y su lugar de trabajo... Si no te molesta, conversame más de aquello en mi LDV
 
hippie80,22.01.2012

Podemos comparar la obra de Kafka con la música de Mozart, es una esencia artística similar, un concepto que no ha quedado inmóvil por estar impreso sobre letras o a través del pentagrama.
Escuchamos una sonata de Mozart y creemos conocer y re-conocer cada una de sus notas, de pronto escuchamos nuevamente aquella obra sonora y comprendemos que el sonido de las mismas notas ya conocidas, nos conducen a un territorio y armonía musical muy diferente a la anterior.
Kafka logra lo mismo con sus letras, aquellas que parecen estar en reposo, de pronto cobran vida y abren una puerta nueva, desconocida, enigmática hacia nuevas fronteras de nuestro entendimiento.-

Creo que como ha sugerido qoele, estamos en el proceso de estudio de Una Mujercita, para luego aplicar los comentarios de rigor.-

Buen domingo.-

 
loretopaz,22.01.2012
Sí, Hippie, cada nueva lectura de Kafka puede llevarte por caminos completamente diferentes de los anteriores. Es cierto que la "Carta al padre" es importante para comprender el mundo imaginario de Kafka, pero pienso que no es bueno tampoco centrarse en ese aspecto, porque podriamos caer en el error de empezar a analizar su vida, la relación difícil que tuvo con su padre, que es un tema vasto, y olvidar entonces el lado literario que es el que nos interesa.

Con respecto a Una mujercita, es un cuento que se inscribe dentro de su temática principal, es decir, un sentimiento de culpa (inculcado por su padre super abusivo, claro está,) tan arraigado el él que ni siquiera se plantea la posibilidad de que las cosas sean de otro modo, es decir, que lo más probable es que no sea él culpable de ese encono que le tiene la muchacha, sino que sea ella la que tiene un gran defecto que es juzgar a los demás por su apariencia. Y ese sentimiento de culpa es tan profundo, tan completo, que trata por todos los medios de ser agradable a esa persona que no lo soporta. Lo más importante a mi juicio es la forma introspectiva de su relato, en el que examina diversas opciones, las sospesa y va descartándolas sin ser capaz de encontrar una solución, de salir de ese laberinto interior en el que se encuentra prisionero.
 
LADANNY,22.01.2012
Para todos los que quieren imprimir el texto de "Una mujercita" recomiendo ir a google
buscar el cuento en CIUDAD SEVA .
Todavía no lo comento, ya que quiero volver a leerlo.
Saludos
 
ninive,23.01.2012
Loretopaz: bien dicho.
dediquemos la atención al lado literario del cuento.
Estos días leí mucho Kafka y comentarios sobre su vida .

La mujercita es un título que encuentro revelador del contenido. Ese diminutivo la presenta con cierto menosprecio. A pesar de llamarla así ocupa sus pensamientos y sus emociones.

Diría que el texto es de fácil lectura y difícil comprensión.

Como no podemos prescindir del hecho que sabemos que el autor maneja con soltura las metáforas para mí la mujercita representa otra cosa.
Yo tengo mi idea que diré después para no influenciar.
Mi pregunta a los amigos del círculo. b¿qué o a quién reemplaza la figura y la conducta de la mujercita?/b ?


 
qoele,23.01.2012
Aquí, seguramente, nos encontramos con el problema de la traducción, aunque seguramente en este caso sea excelente.
Pero esta dificultad nace ya del título, que nos lleva a escenarios bastante subjetivos, si no dedicamos nuestra atención, como dice ninive, al aspecto literario del cuento y nos perdemos en los vericuetos psicológicos de un escritor checo del siglo antepasado. Una tentación que podría ser fuerte, pero a mi modo de ver nos lleva fuera del sembrado.
No sé cómo suena el título de este cuento a un lector checoslovaco de ese tiempo. Quizás no sea ofensivo para la mujer, como "mujercita", que podría encender la tentación de irse por el lado del autor, y no del anónimo personaje del cuento, y decir: seguramente, leyendo algo de la biografía de Kafka, veo que es una definición peyorativa para la mujer, producto de una relación atormentada y no resuelta, con el universo femenino, por parte del autor.
Pero si sacamos a Kafka del diván freudiano, seguramente, o tal vez, nos resultaría más libre la lectura de un cuento, porque el texto es esto nadamás, un hermoso y kafkiano cuento, que nos habla a nosotros mismos, y no habla de Kafka. En mi opinión, claro.
Lo importante, en este círculo de lectores, son la diversidad y la espontaneidad de las lecturas y opiniones. Que es lo que enriquece y nos impulsa a seguir en este agradable ejercicio de las letras azules.
 
ninive,23.01.2012
entonces bqoele/b tengo que comprender que para ti no hay metáfora alguna. Que la mujercita es una mujer y punto. Yo pienso que se puede buscar más allá.
cómo se puede comprender que diga "no hay ninguna relación entre nosotros..."

Que hable obsesivamente de "la opinión pública..
que la defina...."pequeño juez femenino..."

Sé que no amas releer pero este cuento pide a grito relectutas.
 
qoele,23.01.2012
Sin duda, ninive, hay muchísimo que decir de este cuento, y nunca será suficiente.
No me refería a la búsqueda y legítima interpretación de las metáforas. Creo que no deban haber límites en la interpretación de una lectura personal. Libertad, divino tesoro...
Me refiero a que una compañera vio algo despectivo en la palabra "mujercita", y yo podría estar de acuerdo en esa interpretación, de ser ésta la palabra.
Por esto quise llamar la atención acerca del problema que nos acarrean las traducciones, independiente de la excelencia de los traductores, a los cuales debemos demasiado.
Lo que digo es que, tal vez, en la lengua de Kafka, y en su tiempo, esa palabra que da el título a este cuento, pudiera o pudiese, tener una resonancia diversa a una interpretación peyorativa, digamos machista, que legítimamente pudiera nacer de "mujercita".
 
ninive,23.01.2012
Releyendo el posteo de justine(21-1) veo que tampoco ella piensa que sea una metáfora.
 
leobrizuela,23.01.2012
Al margen de una interpretación que me permita una opinión más, tengo entendido que la mentada "mujercita" era una casera que arrendaba a Kafka una morada, hacia sus últimos años. Y otra vez el traductor nos lleva por caminos equivocados, cuando nos presenta una "mujercita" cuando debiera decir "una pequeña mujer", que es lo mismo del punto de vista idiomático, pero no lo es en el sentido semántico.
 
loretopaz,23.01.2012
Desde un comienzo me imaginé a esa "mujercita" como una especie de "portera", una persona que se ocupa del aseo, del correo, etc en un edificio, un tipo de personas que pueden ser agrias y bastante desagradables con algunos arrendatarios, entonces claro, más convendría llamarla "pequeña mujer". Pero por otro lado, si hay algo que me conmueve en la forma de expresarse de Kafka es ese deseo que tiene de hacerse perdonar, de aceptar su propia culpa y de perdonar al que lo acusa sea quien sea de antemano, y en ese caso puede muy bien referirse a ella con indulgencia, para hacer resaltar el abismo que los separa (él : culpable por naturaleza).
 
divinaluna,23.01.2012
la traduccion de verdad que no le hace mérito al personaje de la obra,creo como leobrizuela, que es mejor decir una mujer pequeña, suena menos peyorativo y le da otro alcance al relato, de por sí obsesivo
 
justine,23.01.2012
Yo en este cuento veo que hay una mujer, pequeña o mujercita, que en inicio aparenta ser la protagonista del cuento. Su descripción minuciosa, su porte airado y resuelto, su seriedad gris, sin adornos, su gracilidad, sus movimientos rápidos de un lado a otro, como un oteador magistral, sus dedos marcados. Todo hace pensar en una historia de amor. Pudiera. Pero acto seguido, en el segundo párrafo, la existencia de la mujer se supedita a la existencia del personaje narrador que pasa a ser el eje del cuento. La mujercita existe porque existe él. Él parece ser un personaje sin relieve, tampoco él tiene ninguna peculiaridad fuera de lo común, pero los sentimientos y reacciones que ella muestra hacia el personaje le van cincelando y llenando de formas. La reciprocidad en la carencia de interés del uno por el otro es lo que va tomando protagonismo a lo largo de la narración desde dos vertientes contrapuestas: La una, la de la mujer, desde la ira que le produce la mera existencia del otro, que sólo quiere ser lo que es y cerciorase de sí mismo, la otra, la del personaje, desde la indiferencia hacia la primera y la sorpresa de ser capaz de producir sentimientos tan marcados y tan alienantes para el otro, llega a hablar de sufrimiento de una, de dolor del otro. Hasta tal punto esa “falta de sentimiento” entre ambos llega a ser tan señalada, que la existencia del uno no puede darse sin la existencia del otro. El absurdo de ese proceder trata de ser recalcado hasta tal punto que el propio personaje deviene en lo absurdo. La angustia que refleja esa no relación la va transmitiendo al largo del cuento. A veces se reafirma y cree ser y hacer lo correcto, luego se descorazona porque ve que todo transcurre del mi mismo modo y que siempre va a ser denostado a los ojos de la mujer y por consiguiente va a tener que replantearse siempre si es o hace lo correcto. Puede plantearse huir, pero para qué, eso lo hará trascender la íntima dualidad de ambos. Una vez que es traspasado por los ojos de ella, prejuzgado, adivinado aunque equívocamente y siempre en su perjuicio, el personaje teme que lo que hasta el momento sólo pertenece a la intimidad de esa relación mutua pase las fronteras de esa dualidad y que el juicio sobre él se haga público y termine siendo juzgado por el resto bajo el nada amable prisma de ella.
Al final, a pesar de sus temores, se reafirma en su ser, y más que en su ser, creo que el el determinismo que le ha llevado a ser quien es, y del cual no escapa, aunque tampoco está demasiado descontento, a pesar de la tenacidad de la mujer de ponerle todo el día en tela de juicio.





Esto es lo que yo he interpretado, y como es muy largo, dejo algunas de las cuestiones que me han surgido en la lectura y en los comentarios para otra intervención.
























 
ninive,23.01.2012

Veo que se quedan con la portera .

Yo en cambio me fui a construir una metáfora que surge natural
aunque entremezclada con la figura de una mujer que está
descontenta de él ,aunque no "intenta en absoluto
Mejorarme"... y" tampoco le importa que yo progrese", de
"potente rapidez en sus juicios y la infatigabilidad de sus
conclusiones, su "juez femenino etc...etc.

Para mí Kafka está hablando de la CRITICA que lo persigue,
que lo irrita, que no lo comprende , "y la única
relación existente entre nosotros es la irritación que le
produzco"

Se non é vero é ben trovato



 
ninive,23.01.2012
Me parece, justine, que diste una interpretaci[on que todos aceptarán y lo grande de este cuento es que está abierto a todo tipo de interpretaciones. Hay muchos mensajes ocultos y hasta su relación con la mujercita podría se un reflejo de su relación con el padre.
En Kafka es muy difícil prescindir de lo personal.

 
justine,23.01.2012
¿Por qué tratamos de interpretar a Kafka y no a sus textos?
¿Y si kafka en realidad no hubiera querido decir nada?
Toda obra aún sin serlo es autobiográfica, ¿Pero tanto?
 
justine,23.01.2012
Sí, eso creo.
 
sara_eliana,24.01.2012
Siempre muy interesante Kafka, y me ha gustado mucho leer todos los comentarios. Mi lectura, en este caso, no intenta considerar la biografía del autor ni el contexto de época.

En principio, me parece muy importante el hecho de que todo el relato está referido por una sola voz. Es la voz de un narrador omnisciente en primera persona (qué genial), que no da lugar a ninguna otra intervención. El lector conoce toda la historia y todo el relato desde un punto de vista hegemónico.

Por otro lado, encuentro cuatro personajes: el narrador, la mujercita, la gente, que genera la opinión pública y el amigo. De los cuatro, ninguno tiene una identidad reconocida, sino que ésta se diluye en los ambiguos y genéricos modos de nombrarlos. Literariamente hablando, esto tiene resultados trascendentales: la mujercita puede ser cualquiera, la gente ... ¿quién es "la gente"? todos; el amigo, podría ser más de uno.

Es extremadamente importante el trabajo que se hace con el narrador. Protagonista que conoce la interioridad de cada personaje y de todos los personajes, los que están, y los que podrían estar. Como lectora me queda esa sensación.

Como recurso literario, o más bien retórico, considero que el autor utiliza el oxímoron para sustentar lo irónico de su mensaje:
- El narrador critica en la mujercita lo mismo que él experimenta hacia ella.
-La descripción de la mujercita reúne elementos contradictorios a lo largo del relato.
-A raiz de la intervención del amigo el narrador reconoce un cambio de actitud en el transcurso del relato.
-Rechaza el valor de la opinión pública que está enfermo (o enfermado) por ella -por la opinión pública, podríamos decir, "por el qué dirán".

Como dijo alguien más arriba, voy a seguir pensando un poco más, leyendo nuevamente el cuento, para sacar algunos elementos más antes de dar alguna lectura.

Gracias Nínive, muy lindo el foro.

 
hippie80,24.01.2012

El título de la obra de Kafka , inspira una relación amorosa entre el autor y la ampliamente descrita "mujercita".
Implicitamente está señalado por Franz la relación sentimental que le une a la mujercita, quien también esboza rumores velados de erorismo en la señalada relación, la cual es negada con notable debilidad, permitiendo emerga desde la oscuridad lo teóricamente expuesto. Como toda relación de sentimientos, ésta se extiende hasta lo infinito o eterno en las mismas palabras de Kafka y lamenta que el acercamiento a tan breve distancia no se produzca ni estalle en un descuidado segundo a pesar de los elementos que favorecen el hecho.
El sentimiento imagen de la "mujercita" está o se encuentra en la misma y natural proporción del origen del sentir del autor.

 
ninive,24.01.2012
Bienvenida al círculo saraeliana, tu observación sobre el narrador en primera persona ,omniscente, me pareció acertadísima. No recuerdo haber leído otro autor que utilizara esta voz del narrador.
 
ninive,24.01.2012
Para los que se incorporan a nuestro círculo de lectura les dejo las obras que hemos tratado hasta ahora.TODAS en FORO CRITICA

bEn la estantería del círculo figuran/b:

1 Cortazar con Lejana
2 Onetti con Bienvenido Bob
3 Borges con El Otro
4 Roa Bastos con El baldío
5 Paul Auster Cuento de Navidad
6 Juan José Millás con El mundo de atrás
7 Stig Dagerman con Matar a un niño
8 Faulkner con Una Rosa para Emily

 
Yvette27,24.01.2012
Tomado de la red:
"iKafka está considerado como uno de los mejores estilistas de lengua alemana. En un estilo claro (bien que a veces, por la intención, opaco) busca dar expresión a su mundo interior. Su lenguaje tiene algo de ambiguo, de dialéctico, de afirmación y negación. En todo caso, su prosa es de una notable seriedad, puesto que en ella no se trata de sentimientos, sino del fundamento de la existencia/i
 
qoele,24.01.2012
En mi lectura de este cuento no vi simbolismos, mensajes o cosas por el estilo. Simplemente me sumergí en la compleja realidad mental del protagonista, donde está toda la compleja belleza, y la falta de respuestas, del estilo kafkiano.
Ahora, como personal interpretación del cuento, creo se trata de una historia de amor, digamos mental, que una timidez, o una excesiva inteligencia de particular naturaleza, bloquea un sucesivo desarrollo de lo que fue un flechazo, un amor a primera vista, de ambos protagonistas.
La parte femenina la veo como una chica joven, hermosa, delicada, de graciosa levedad de sus gestos, pero enérgica.
En suma una bella chica que fulminó a nuestro protagonista, y del cual se enamoró perdidamente; pero al ver que éste no se resolvió nunca a dar el paso sucesivo, como toda chica que se sabe hermosa, es caprichosa y al ver frustrados sus sueños e ilusiones de un amor que ella imaginó con todo el romanticismo de esos años, reaccionó duramente, con el rechazo y el desprecio, quizás mínimo o velado, pero que en la fértil imaginación de nuestro protagonismo adquirió dimensiones sobrenaturales.
Este amor abortado, construyó, desde un granito de arena una ciclópea montaña, dando origen a este maravilloso cuento, absolutamente construido desde un estado mental de un protagonista de potente y compleja inteligencia y de un alma delicada y sensible.
Algo así como interpretación personal, pero lo mejor para mí, fue que este texto lo disfruté porque me interrogó a mí, y me zarandeó por laberintos inéditos, dejándome con muchas preguntas y con ninguna certeza.
 
loretopaz,24.01.2012
Me agrada la idea de una bella chica que "fulminó a nuestro protagonista", tan lejana de la idea que yo me hago de ella. Sin embargo creo importante hacer resaltar que es más que nada la delicadeza de alma del narrador la que embellece a esta mujercita, es su deseo de redimirla de su falta de cortesía (por no decir grosería), yo diría incluso que es la necesidad de tratar de indagar en ella para encontrar la belleza (oculta) de su alma.

Y es esa delicadeza de alma del escritor la que impregna todo el cuento, buscando siempre una explicación a cada detalle grotesco, sin caer nunca en lo emotivo, es una prosa racional y al mismo tiempo "bondadosa", tanto que tal vez lo lleve a sentirse casi enamorado de ella, a pesar de la falta de belleza evidente (me parece que en ningún caso la muchacha cumple con los cánones de belleza de la época).
 
loretopaz,24.01.2012
Lo siento Qoele, la idea que te haces de una muchacha "joven, hermosa, delicada, de graciosa levedad de sus gestos, pero enérgica" no me parece adecuada, a principios del siglo 20, (Kafka publicó "Una mujercita" en 1923) una chica bella es más bien gordita. En estos momentos estoy leyendo "La vida está en otra parte", una novela de Milos Kundera, escritor checo. La historia se desarrolla en los años 20, y en ella el escritor describe a dos amigas, una hermosa y la otra fea : "Esta amiga es mucho menos bella, le parece casi fea ; es exactamente el contrario de la otra : la cajera es morena, y ésta pelirroja, la cajera tiene formas generosas, la otra es flaca ; la cajera es silenciosa, y ésta ruidosa ; la cajera parece misteriosamente cercana, la otra antipática". Más adelante habla de su pelo liso y sin gracia, incluso la viste con un vestido con botones del mismo tipo que la chica de Kafka. Bueno, es por eso que inmediatamente las encontré muy parecidas y la catalogué como "fea". (Sólo para aclarar porqué no representa para mí una chica hermosa)
 
hippie80,24.01.2012

qoele, ha estado vd, acertadisimo, considero de igual modo que la obra es en sí un complejo problema amoroso que el autor intenta negar y a través de aquella virtud, es donde se manifiesta la genialidad de F.K.

Quisiera preguntar a la maestra ninive, si al final de las opiniones se llegara a un consenso común o el foro es solamente la emisión de opiniones.

Buen día.
 
ninive,24.01.2012
Nunca se llegará a un consenso común bhippie80 /bpodemos coincidir pero lo valioso de las reuniones del cCIRCULO es el planteo de las propias impresiones.

A vos te lo digo en secreto: se esconde una metáfora detrás del vestido de la mujercita, pero nadie la ve si no yo. Creo que iré al oculista.
 
qoele,24.01.2012
Debo decir en "defensa" de esa chica que en mi imaginación de lector es bella y delicada, que nada sabemos de ella directamente, porque no habla, no dice su versión de los hechos, no habla de su vida, no la describen otras personas, etc., y todo nace y se concluye en la feraz mente, diría algo paranoica, de nuestro protagonista, que no es Kafka, sino su creatura literaria.
En cuanto a la belleza "gordita", es una belleza, independiente de los canones de las épocas, que sigue vigente en ciertos estratos de la sociedad, como el sector rural, y también en algunos secores musulmanes, donde los hombres se sienten orgullosos que si sus mujeres son más bien generosas en opulencias, porque eso significa que ellos las alimentan bien.
También por las calles de cualquier país vemos que el oscuro objeto del deseo, para algunas individualidades, debe ser más bien o bastante gorditas. Hay parejas disparejas, al respecto, que parecen un 10. Sin ofender a nadie, por supuesto.
Muy interesante lo de Kundera, que nos trajo loretopaz.
 
LADANNY,24.01.2012
Por favor ténganme paciencia. Estoy con una conjuntivitis virósica, lo que me impide leer.
Las dos veces que leí "Una mujercita" me fascinó la capacidad de Kafka de ocultar lo real detrá de un texto atrapante, que no pude dejar hasta el final "desconcertante". Por ahora dada esa molestia ocular, no leí ninguna de las críticas, ya que como creo que sugirió QOELE, es mejor leerlas depués de la propia interpretación .
 
divinaluna,24.01.2012
La belleza es muy subjetiva, en el cuento de Kafka lo bello reside en lo contrario de las actitudes de la protagonista, si bien la describe como muy delgada de cabello rubio opaco afirma que sus problemas con él la vuelven pálida, insomne, con dolor de cabeza, Él la afea con sus preocupaciones y ella prefiere callar al punto de enfermarse! Sostiene que la mujer en cuestion es un invento pero asi y todo el quiere cambiar para calmarla. Todo el texto es contradictorio lo que me resulta atractivo como lectora. pienso que es una gran jugarreta de Kafka a las mujeres
 
hippie80,24.01.2012
Gracias maestra ninive, considero lo que expresa qoele respecto a la belleza, en el concepto abstracto de la vitud femenina que ha evolucionado desde los tiempos aquellos en que los grandes (y pequeños) filósofos griegos intentaron definir la "belleza".
Existe similitud en los conceptos "tiempo" y "belleza" a consideración de los griegos aquellos, sin embargo el tiempo transcurre más de prisa para la virtud física, ante lo cual, doy la razón a la maestra ninive y su enunciado respecto al consenso.

Consideremos como simple demostración a lo anteriormente expuesto y pregunto al foro, ¿Hubiese sido similar el texto desde el punto de vista femenino?, es decir... si alguna autora hubiese escrito la obra "Un Hombrecito", conservando naturalmente las mismas circunstancias equivalentes que ha propuesto en su tiempo, FK.

saludos.
 
leobrizuela,24.01.2012
Kafka es un trago difícil de digerir. Porque se trata de un escritor que ha tenido el inmenso poder de plasmar en letras el contenido de una siquis atormentada desde la infancia. Cosa poco fácil, sin duda. Transmitir esa angustia existencial a través de una historia aparentemente trivial es arduo y ha sido motivación para muchos que han fracasado en el intento.
En este caso, como en tantísimos otros, vemos un texto que esconde un sentido. Leemos lo superficial, pero debajo del agua pervive otra historia. Hay un cuento inserto, subrepticio, en otro cuento. Según Piglia, los indicios proporcionados en la primera historia se hallan al servicio de la otra oculta y por ello deben ser tenidos en cuenta.La habilidad del escritor reside, en parte, en este juego de dibujar una vaca y que el lector descubra un bistec de lomo (perdón por el ejemplo poco sutil, pero demostrativo).
Pero acá, por un caprichoso designio, Kafka ha dejado librado a cada uno la propia interpretación. Ha permitido una pluralidad de sentidos asignables como génesis y desarrollo del cuento, (que no es tal, pues no cumple aquello de presentación, accidente y resolución) Digamos que es una narración que pretende poner al tanto de un hecho importante en el pasar de la voz relatora.
Y así nos vemos hoy, practicando interpretaciones sicoanálíticas al mejor estilo de un profesional del diván, intentando desentrañar los complejos, la sexualidad, la anorexia, los temores primigenios y vaya a saber cuántos atributos más del alma de Kafka. Podría uno decir que todo el texto es funcional al Edipo del autor, y tal vez fuera aceptado como probabilidad. O que un significativo complejo de inferioridad ha movido la pluma en este caso. ¿Y quién podría negarlo fehacientemente?
Entrando, -no obstante- un poco en ese juego, me inclino por la teoría de la metáfora que señala Nínive: El texto velado hablaría de bla crítica/b, por hallar tres componentes necesarios para ello: un protagonista (sufriente, en primera persona pero no omisciente, cuidado con eso), un agente encarnador de la crítica y una tercera instancia: la opinión pública.
Deseo señalar que estas consideraciones no pretenden ir más allá de una simple subjetividad mía, que responde a un sentido más pragmático que poético, si cabe la acepción. Ocioso es señalar que respeto y acepto los comentarios, sin duda muy valiosos, que se ha aportado al tenor del texto que nos ocupa.
Diversidad de criterios que, a no dudar, harían acaso la delicia de don Franz, de estar entre nosotros.

 
hippie80,24.01.2012

Me atrevería a manifestar que Kafka escribe en un estilo "bíblico".-

 
ninive,24.01.2012
Te adoro leobrizuela
en mi posteo del 23 -1 digo lo mismo que vos y nadie quiere apartarse de la mujercita

iEl posteo anterior del 23-1

Veo que se quedan con la portera .

Yo en cambio me fui a construir una metáfora que surge natural
aunque entremezclada con la figura de una mujer que está
descontenta de él ,aunque no "intenta en absoluto
Mejorarme"... y" tampoco le importa que yo progrese", de
"potente rapidez en sus juicios y la infatigabilidad de sus
conclusiones, su "juez femenino etc...etc.

Para mí Kafka está hablando de la bCRITICA /b
que lo persigue,
que lo irrita, que no lo comprende , "y la única
relación existente entre nosotros es la irritación que le
produzco" /b

Y ahora puedo agregar ,ya que tengo un aliado, que en la primera frase dice que "usa un cosé ajustado". Por lo que tendríamos que comprender que alude a la estrechez de miras de la CRITICA




 
LADANNY,24.01.2012
Estoy atrapada por "Una mujercita" Lo leo y releo y cada vez descubro algo nuevo.
Me pregunto si para el narrador es bella, astuta,insignficante, desdichada, que cualquier otro hombre la hubiera aplastado con sus pies...
Pienso que está atrapado por ella y que de alguna manera la teme; y vuelvo a preguntarme por qué ella se enfurece tanto cuando lo ve.
Será odio-amor o es realmene tan desagradable , ya mayor y en el fondo quiere seducirla, aunque lo niega.

Admiro la maestría de Kafka y agradezco a Justine por habermelo hecho conocer.
 
kroston,24.01.2012
Aunque no sé si este Club de Lectura es abierto, me permito hacer un comentario sobre el cuento.
Para nadie es un misterio la difícil vida sentimental del autor, quien, debido a su fragilidad y poco agraciada figura tenía un escaso éxito femenino. Sumándole a esto su personalidad tímida y retraída, podemos aventurar que las mujeres para Kafka eran unos seres incomprensibles. Y este cuento no hace más que reflejar esa trémula ansiedad ante una conducta enigmática. La cuestión que resulta de esta fijación es lo que en psicología se llama "proyección", es decir, atribuir nuestras obsesiones al "otro" como mecanismo de defensa. En esta pieza se refleja la profunda inquietud que Kafka siente frente al rechazo femenino, y con la maestría literaria que lo caracteriza, nos mete en su mente y nos zarandea con sus pesadas reflexiones sobre un supuesto que, en el mejor de los casos, sólo podemos adivinar. La pregunta que salta de inmediato es ¿Quien está obsesionado con quien? Es muy probable que la "mujercita", como despectivamente la nombra, ni siquiera sea alguien que vea muy a menudo. Tal vez se han cruzado por ahí un par de veces (iNo hay en verdad ninguna relación entre nosotros que la obligue a soportarme. Debería decidirse a considerarme un perfecto desconocido, lo que en realidad soy/i) sin unirlos nada más que un saludo de cortesía. Tal vez Kafka (el narrador) ha querido llamar su atención y no ha sabido cómo, y por su parte ella, como seguramente le ocurría a la mayoría de las mujeres, no se interesaba en lo más mínimo por él. Inventa entonces este personaje caprichoso que, por las anodinas descripciones físicas que hace, sólo tiene de particular su odio enfermizo e injustificado. La trata de manera oblicua, indirecta, sin señalar claramente cuál es la causa, el motivo o la justificación de tan demencial conducta. ¿Porqué no se atreve a darnos un motivo? Por que es demasiado doloroso decirlo a viva voz: él es un hombre feo, y lo que es peor, es un hombre sensible.
Y el castigo de la indiferencia y el rechazo del sexo opuesto es una carga que el autor-narrador, demasiado orgulloso, no puede explicitar. Lo deja ahí, implícito, borroso, en la aflictiva descripción de una conducta que solo vive en la inteligencia sensible del personaje Kafka.
En fin, es una lectura un tanto psicológica, pero creo que a Kafka no se lo puede analizar sin entrar en estos aspectos que tan bien usa en su obra. Saludos.
 
loretopaz,24.01.2012
Es interesante ver cómo la escritura de Kafka suscita tantos puntos de vista diferentes, seguramente hay un poco, tal vez mucho, de cada uno de ellos en sus motivaciones para escribir, porque no cabe duda de que se trata de un hombre inteligente, sensible, lúcido, ingenioso, con gran sentido del humor -un humor surrealista según Kundera-... Y por lo tanto, capaz de manejar una gran cantidad de aspectos al mismo tiempo para ir construyendo su obra, que en el fondo pareciera ser una búsqueda de sentido a su propia existencia y a la existencia humana en su globalidad.
 
sara_eliana,24.01.2012

Como diría Marx en su célebre estudio sobre la modernidad, "todo lo sólido se desvanece en el aire y todo está impregnado de su contrario".

Muchos escritores han registrado este fenómeno social y Kafka ha sido quizás uno de los mejores. Por otro lado, le tocó escribir en un momento en el que algunas disciplinas fueron en busca de su propio campo de acción, como es el caso de la psicología, y esto también imprimió su huella en la literatura.

Para mí, el cuento es una pieza más, con una vuelta de tuerca más, que da cuenta de la soledad y angustia del hombre, genéricamente hablando. Las contradicciones por las que se ve sometido son las que dan cuerpo a la historia. Pero ¿cómo se plantean estas contradicciones? Exclusivamente desde el fluir de conciencia del narrador protagonista.

En el primer párrafo, desde el diminutivo y la descripción de la vestimenta y los modales, pinta a una mujer común, sencilla, dulce y frágil. Tras el “ahora bien” (muy repetido en el texto) con el que arranca luego, da un giro rotundo a la descripción, al punto de tornar totalmente irónico dicho diminutivo: “esta mujercita está muy descontenta conmigo”. Resulta que él es para ella un perfecto desconocido que, sin embargo, le genera una serie de disgustos. Y se desencadena una serie de conceptos y reclamos en los que la mujercita se va transformando: tiene astucia femenina, es demasiado orgullosa, simula sufrimiento, es fuerte y resistente, “solo la repugnancia … consigue que se ocupe de mí”.

Después aparece la opinión pública: “Tal vez espere, posiblemente, que en cuanto la atención
pública fije en mí todas sus miradas, se concrete un rencor
general y público, y con todos sus vastos poderes éste
consiga condenarme definitivamente … …” Creo que no hacen falta demasiados comentarios.

De los cuatro personajes que puedo identificar, el único que presenta algún atisbo de reconocimiento de algo positivo al conflicto es el amigo. Sin embargo, sus comentarios sólo le sirven al narrador para reafirmar sus convicciones.

Así es como el discurso del protagonista construye, deconstruye y destruye la trama de una historia solo desde las propias elucubraciones. Es incapaz de salir de su ensimismamiento. La mujercita le atrae pero le teme. También teme a la opinión pública y los efectos que puedan tener sobre él: “tengo que cuidarme mucho de no alejarme; porque si me
decido a seguir algún plan, éste debe consistir esencialmente
en mantener el asunto dentro de los reducidos límites que hasta
ahora ha tenido, no dejar penetrar en él al mundo exterior … …”

El cuento, para mí, es una metáfora del miedo. Miedo de que todo lo sólido, lo que pudiera considerarse tomado, adquirido, se desvanezca en el aire. Por algo la literatura considera al hombre común como el héroe moderno. Por ese valor, esa decisión, esa determinación que se necesita para salir día tras día a luchar por un espacio ínfimo, que nadie reconoce.

He escrito demasiado, pero ¡cuánto más podría decirse de esta magistral pieza literaria!

 
leobrizuela,24.01.2012
Hay un detalle que nos empeñamos en olvidar: no siempre -mejor dicho, pocas veces- el protagonista que lleva la voz relatora es el propio autor. Ni Sábato fue Pablo Castell ni Borges fue un cuchillero ni García Marquez el coronel Buendía. Acá estamos adjudicando un estigma a la obra de un autor del cual han trascendido sus enormes conflictos exisatenciales. ¿Deben ser sus personajes siempre encuadrados en esas características? ¿Un buen escritor no puede presentar en un personaje un aspecto de personalidad alejado remotamente del propio?
Acaso no diera yo en el blanco con esta reflexión, pero creo oportuno considerarla.
 
sara_eliana,25.01.2012
Comparto lo oportuno del comentario.

Si bien es cierto que la disociación autor/narrador responde a una teoría literaria con la cual se puede estar de acuerdo o no, comparto que es aventurado adjudicar no sólo los dichos del narrador sino también a veces todo el universo ficcional al mundo real del escritor.

Sin ninguna duda, en toda obra literaria de la envergadura de las producciones de Kafka, hay mucha tela que cortar en cuanto a su vida personal, sus influencias literarias y su contexto histórico. Aún así, yo lector/a, sólo tengo la obra. Y suponer lo que el autor pensaba o "quiso decir" me parece un tanto arriesgado.

A mi juicio, no podemos estar seguros de cómo esa infancia atormentada impactó en la psiquis de Kafka. ¿Lo debilitó o lo fortaleció? ¿Redujo su mirada o le permitió ver más allá de la superficie con la clarividencia propia del poeta?



 
qoele,25.01.2012
Excelentes los aportes y su diversidad. Imagino cuánta tela de cortar ha dado y dará este cuento de K.
Sin duda que las historias no se escriben solas. Pero, como diría Nabokov, no hay que confundir el diseñador con el diseño.
Personalmente no creo en el asunto de la crítica "como metáfora", pero me gustaría conocer las razones de ninive y leo para sospechar en esta posibilidad.
Me parece, porque no conozco mucho de la biografía de K. que casi no publicó en vida y la crítica no se percató de él.
Kafka, por otra parte, a decir de muchas mujeres era un tipo atractivo, magnético, era su genio que impregnaba su ser, independiente que se le atribuyan rollos infantiles y turbas de todo tipo debido al padre dominante, etc. Hechos importantes en su personalidad.
Me parece que se casó como tres veces y tuvo hijos. Quiero decir que la mujer fue parte total de su universo, con toda la complejidad humana de un ser particular como K., y su tiempo.
Un tiempo histórico donde se incubaban muchos monstruos, es decir la Bestia de hipi estaba en plena acción.
 
ninive,25.01.2012
Me quedo sin palabras ante el brillo de las prestaciones.
en el caso de K es difícil prescindir de su biografía al analizar la obra.
Un hombre que sufre por la autoridad y descontento constante del padre al que nunca llega a satisfacer, podría reflejar en sus escritos ese miedo, atracción,culpabilidad ....que le produce la crítica ,aunque no se trate de la literaria.
Por otro lado disfruto del cuento aún sin este concepto de metáfora.
 
sara_eliana,25.01.2012
La lectura que ha asignado a la mujercita una personificación de la crítica, me parece excelente, y a mi entender, es posible fundamentarla muy bien profundizando la lectura, con fragmentos del texto, sin llegar a pareceres personales.

Uno de los rasgos sobresalientes de la mujercita es la hipocresía. Se presenta sencilla, buena y frágil, pero está lejos de serlo. Es encorsetada (como dice Ivette), antojadiza, inestable. También lo es el narrador, y eso lo lleva hacia un callejón sin salida.

Más arriba Ivette dejó una cita que señala la dialéctica de la obra de Kafka, y un poco por eso yo tomé una lectura marxista hacia el miedo que experimenta el narrador protagonista frente a una sociedad de la cual es parte. Pero esta lectura en nada se contrapone con la de Leo e Ivette.

Me cuesta mucho más ver en el texto una historia de amor. Pero puede ser. Es un amor enfermizo, doloroso, lacerante, insoslayable entre el hombre (siempre genéricamente hablando) y su entorno: lo sufre, pero no puede prescindir de él.

Comparto plenamente el aporte de Hippie que ve la escritura de Kafka un tanto bíblica. Es apocalíptica, nos cierra todas las puertas, ya que a diferencia de la biblia, no nos promete un reino en el cielo. Y aquí también habría que analizar la procedencia judía de Franz, si es por ponernos biográficos.

Voy a seguir leyendo los aportes de todos, porque esto está muy interesante.

 
qoele,25.01.2012
A modo de anécdota, Michael Lowy es un ensayista y experto del pensamiento hebreo. Después de sumergirse en sus cartas, cuentos y novelas dice que K. estaba perfectamente integrado a su ambiente, tanto que sus ideas eran ampliamente compartidas y, más aún, llevadas al extremo, por otros intelectuales de su época.
No sé si esto va fuera de tema, pero este hecho desmiente que social e intelectualmente K. fuera un lobo estepario, me da la impresión.
Temo, además, que la crítica literaria descubrió de inmediato el talento de Kafka y ha sido muy generosa, no podría ser de otro modo, con este genial escritor.
En cuanto a lo bíblico, debo decir que la Biblia de Kafka, por ser hebreo no promete ningún reino en el cielo. Todo está limitado al mundo terreno, como debe saber muy bien ninive.
El apocalipsis, con el perdón de sarita, significa "revelación" y K. no creía en estas cosas, si no me equivoco.
No tenemos, desde el cuento, ningún elemento objetivo para juzgar negativamente a esa chica que perturbó maravillosamente la mente del kafkiano protagonista. Todo puede limitarse a su imaginación mental, como creo yo, producto de un amor en ciernes que abortó por incapacidad de secundar en acción al llamado de la selva, es decir de Eros.
 
hippie80,25.01.2012

Evidentemente, sarita, mi opinion de que el señor K escribe en sentido bíblico es mataforico, interpretativo, deductivo y quizás, selectivo. Sin embargo no tanto en la presente obra (Una mujercita) donde K se muestra mas explicito, real y definido, y constituye ésta, una de sus obras menos nebulosas de su produccion.
Pudiera un hombre describir la relacion con alguna mujer donde no exista lo erotico y emotivo ? Dificil.
Considero Una Mujercita de FK, un escrito cálido y erotico, velado por cirscuntancias contradictorias que no hacen nada mas que encender las proyecciones de aquellos argumentos.
Lo que si he comprendido a traves de K, que la misma constituye una lectura de genero, que por naturaleza y en virtud a lo mismo, no sera interpretado por cierto genero sin que lo mismo constituya una visión partidista y excluyente.
Naturalmente como ha declarado qoele, no lo relacionamos con el apocalipsis, ya que esta revelacion bibilica considera exclusivamente, el paso y destrccion de La Bestia, por la tierra, algo que en tiempos del señor K, estaba lejos de meditarse, a diferencia de la actualidad.-

Buen dia.
 
leobrizuela,25.01.2012
Por cierto que la intervención de Sarita y Hippi80 al taller han signnificado un aporte de valía y me felicito por integrar este grupo. Y gracias Nínive por tu trabajo.
 
LADANNY,25.01.2012
Estoy de acuerdo con el comentario de leobrizuela del 24/1. A veces nos empeñamos demasiado en descubrir rastros del autor y siendo Kafka un hombre/escritor tan torturado es difícil aislarlo sól como escritor
 
sara_eliana,25.01.2012
Vuelvo sobre la mirada apocalíptica, y sobre eso se me ocurren dos cosas. En la época de Kafka Europa recién salía de la primera guerra mundial y ya se veía venir la segunda, habida cuenta de los términos del Tratado de Versalles.

Para esto, en la segunda mitad del siglo XIX Alemania llevó adelante una modernización tecnológica tardía respecto de Inglaterra, y estuvo orientada, más que a ninguna otra cosa, a la fabricación de armas. La guerra fue una consecuencia lógica de dicha tecnología, que no tuvo un proceso de democratización política a la par.

Con esto lo que quiero decir es que no era imposible para el autor, con su seguramente sólida formación religiosa, y su destacada facultad para analizar la realidad, ver a La Bestia, aunque no se le diera específicamente esa denominación.

Además, en la época de Kafka la destrucción no se daba únicamente por la guerra. No olvidemos que la Escuela de Frankfort, con sus conclusiones sobre la cosificación del hombre moderno, son coetáneos con la obra de este autor. Si a todo esto le sumamos que el antisemitismo era en Europa una realidad creciente …

Paralelamente se vivía un momento excepcional de desarrollo en el campo del conocimiento: psicología, pedagogía, didáctica, física ... muchas mentes pensando y descubriendo.

Son muchos los elementos que acompañaron a Kafka y no solo a él, literariamente hablando.

 
sara_eliana,25.01.2012
Repito lo de Leo: gracias a Nínive por su trabajo. Es una de las personas que más trabaja en este sitio.

 
LADANNY,25.01.2012
Sí gracias Ninive por darme esta oportunidad. Tu trabajo me alienta y trataré de no dejarme estar y paricipar de las críticas más a menudo.
 
ninive,25.01.2012
Antes de que agotemos el tema "mujercita" sugieran títulos de próximas lecturas .
Esta vez en español en el original.
Yo propongo La lengua de la mariposa de Manuel Rivas o "Semejante a la noche "de Alejo Carpentier.

Somos justine y yo quienes les agradecemos por la participación y el apoyo al proyecto
 
ninive,25.01.2012
Desde hoy poseemos una sala en cuyas estanterias figuran los textos presentados hasta ahora en el Círculo de lectura. La sala(en preparación) es el nick b elclubdelapaginaazul. /b
En el Foro Critica seguiremos publicando y opinandosobre los nuevos textos, como hasta ahora.
 
sara_eliana,25.01.2012
Me inclino por "Semejante a la noche" de Carpentier, porque no lo he leído.

saludísimos a todos



 
LADANNY,26.01.2012
Propongo:"Nadie encendía las lámparas" del escritor uruguayo Felisberto Hernández, considerado uno de los mejores en su país.
 
elclubdelapaginaazul,26.01.2012
Saludo a todos los socios del círculo de lectura. Desde hoy encontrarán en mis estantes las obras leídas hasta ahora . De esta manera verán reunidos los textos vistos con más comodidad.
Encontrarán en la sala silencio, café y simpatía.

En la estantería del círculo figuran:

1 Cortazar con Lejana
2 Onetti con Bienvenido Bob
3 Borges con El Otro
4 Roa Bastos con El baldío
5 Paul Auster Cuento de Navidad

próximamente
6 Juan José Millás con El mundo de atrás
7 Stig Dagerman con Matar a un niño
8 Faulkner con Una Rosa para Emily
9 Franz Kafka con Una mujercita
 
qoele,26.01.2012
No sé cómo se elige el próximo cuento a comentar.
Me parecen todos los propuestos muy válidos, garantizados por sus autores, seguramente.
Por olfato me inclino, como dice sara, por el de Felisberto Hernández, un escritor absolutamente grande.
 
justine,26.01.2012

Como sabéis el foro crítica y su círculo de lectores está a punto de cumplir 2 meses de edad. Hasta ahora, como profana en la materia pero entusiasta autodidacta, fue ninive con su admirable proceder la que introdujo las primeras hermosas y productivas lecturas. Yo misma hice un quiebro con el cuento de Paul Auster y tras el texto de Faulkner me aventuré a dar el recibimiento a hippie80 con el texto de Kafka.
Tanto ninive como yo pretendemos que todos juntos alimentemos el fuego desde adentro, porque es desde donde uno se implica y nace la inquietud por el aprendizaje y el disfrute. Unos y otros nos capacitamos mutuamente y hacemos que el todo se sienta como propio. Por eso nos gustaría saber que texto subir sin que un texto o una elección parezca favorecida en detrimento de otra.

Personalmente cualquiera de ellas me parece preciosa porque todas las desconozco y están por descubrir y pulir.

Seguidamente expongo las lecturas propuestas hasta la fecha de hoy. Espero demos cumplido banquete hasta terminarlas antes de nuevas sugerencias que serán igualmente bien recibidas.

A cada una de estas obras les he dado un número que pasaré a ninive en su libro de visitas.
El próximo participante después de mi post, si le parece bien, puede dar la serie de números del 1 al 6 en el orden que más le apetezca y ninive dará el resultado según corresponda.

Para próximas ocasiones espero sugerencias, pero ahora queremos cumplir con los socios que ya han hecho sus sugerencias.

CÍRCULO DE LECTURA

La lengua de las mariposas de Manuel Rivas (ninive)

Patrón de Abelardo Castillo (Leobrizuela)

El gato negro Edgard Allan Poe, (Hippie)

Un canario como regalo E. Hemingway (divinaluna)

Nadie encendía las lámparas de Felisberto Hernández (LADANNY)

Semejante a la noche de Carpentier (sara_eliana)
 
filiberto,26.01.2012
Todas las propuestas son excelentes...¡QUÉ PANZADA!, ya vendré por ellas. Gracias Ninive, como siempre tu creatividad y certeza para indicarnos el camino...¿cómo no aprender a escribir con tanto esfuerzo de los que, como tú, aportan desinteresadamente?
 
elclubdelapaginaazul,26.01.2012
La próxima lectura será "semejante a la noche" de Alejo Carpentier.
El sábado publicaré el cuento

 
filiberto,27.01.2012
Soy indiferente al orden en que se suban las propuestas...lo importante es que sean subidas y más aún...QUE LAS LEAMOS. Afectos.
 
hippie80,27.01.2012

El relato breve de Kafka (Una Mujercita) es un magnífico ejemplo de la creatividad y siquis-comunicacional del autor, un retrato de sus virtudes en la conducción de la exploración del alma humana y su dinámica en el entorno de la vida.
Sin embargo, de mayor transcendencia hubiese sido si K se hubiese "casado" con aquella mujercita y nos hubiese relatado en otra obra ( Mi esposita?) la vida entre ella y él.
Por su perspectiva, sería desde sí, un relato aún de mayor altura... imaginar cómo se comporta su esposita en los diversos aspectos de la vida matrimonial, cómo cocina, cómo conserva el entorno del hogar, su entrega matrimonial, su actividad erótica, su amor a la institución... opino que hubiese sido un relato de mayor altura que contemplar a dicha "mujercita" a la distancia.

Quizás hubiese sido bueno concluir el presente foro con algunas preguntas relacionadas al tema por parte de la maestra ninive, como hubiese sido en la escuela, o en una universidad...

Buen día al club.-

 
justine,27.01.2012
Pues estupenda la elección.
Hippie, l que sugieres es estupendo como broche, pero tal vez ninive que anda metida en tantas actividades no tenga tiempo de hacerlo, pero como todos somos un grupo de trabajo si algún miembro puede realizar alguna pregunta que le parezca enriquecedora como broche, genial.
 
justine,27.01.2012
hippie, me hago eco de una pregunta que tu lanzaste al foro, por si alguna de las participantes se atreve a aventurar "¿Hubiese sido similar el texto desde el punto de vista femenino?, es decir... si alguna autora hubiese escrito la obra "Un Hombrecito", conservando naturalmente las mismas
circunstancias equivalentes que ha propuesto en su tiempo, FK."
Meditaré la pregunta y si encuentro algo interesante me pronuncio mañana.
 
ninive,27.01.2012
Aquí va mi pregunta:¿si no hubiéramos sabido el nombre del autor del texto La mujercita ¿lo hubiéramos disfrutado igualmente?
 
pithusa,28.01.2012
Gracias Nínive por haberme invitado a este foro. He disfrutado de Kafka como nunca. y me sucede lo mismo que me sucedió con La metamorfósis. Cada vez que he releído en cuento Una Mujercita, tengo una opinión diferente en cuanto a los sentimientos de los protagonistas. A veces pienso que se aman y por arrogancia solapan ese sentimiento en odio. A ratos creo que la mujercita es una gran mujer... en fin, un cuento hermoso en donde algunos comentarios se ven basados en la personalidad y biografía del autor, en donde el padre ejerció gran autoridad cayendo en el castigo.... Kafka es maravillosamente genial.
 
qoele,28.01.2012
Respondiendo a la pregunta de ninive, yo dira sí y no.
Trato de explicarme, creo que para un cierto tipo de lectores la firma del autor es indiferente y el cuento camina tranquilamente solo por las ciudades de la literatura. Esos lectores lo disfrutan, lo reconocen o lo rechazan, independientemente del autor. Incluso reconocen la voz de éste. Hay muchos ejemplos de autores que han publicado en forma anónima y han tenido un gran éxito de crítica y de lectores.
Para el no, están los otros lectores, donde la influencia del nombre del autor, en gran medida, es decisiva, pero tanto en una como en otra dirección. Por ejemplo, en el supuesto de encontrarse ante un cuento de un gran escritor, pero firmado Coehlo, es evidente que el preconcepto juega un rol muy importante, por no decir decisivo, con excepciones, en el sentido que algunos lectores podrían cambiar de opinión respecto a Coelho.
En suma, yo diría que cada oveja con su pareja, o sea cada lector con su lectura.
Digamos
 
sara_eliana,28.01.2012
Respecto de la pregunta que hace justine, me gustaría aportar algo. Más o menos contemporáneo a Kafka, en Alemania HANS FALLADA escribe una novela que se titula HOMBRECITO, ¿Y AHORA QUÉ? y también se traduce PEQUEÑO HOMBRE, ¿Y AHORA QUÉ? y en otros casos, simplemente ¿Y AHORA QUÉ?

El argumento desarrolla las desventuras de una pareja de recién casados en la Alemania pre-nazi, y si bien el narrador omnisciente focaliza el relato desde puntos de vista variables, se percibe una fuerte inclinación por la mirada de Corderilla, el personaje femenino.

Ya sea en cuanto al lenguaje, estilo, ritmo, etc. Fallada difiere en mucho de Kafka, no obstante, podrían encontrarse diversos puntos de contacto en los temas que trata esta novela y la obra de nuestro Franz.

saludísimos

 
qoele,28.01.2012
Cuando digo que la firma del autor es indiferente, para un cierto tipo de lectores, quise decir cuando el texto es anónimo o con seudónimo, y que se aplicaría a la pregunta de nínive, y a este juego de suposiciones con la "mujercita".
Estos lectores, entonces, si no supieran de estar leyendo a Kafka, igual sienten de estar leyendo un gran texto. Otros lectores reconocen o sospechan la mano o la pluma del autor verdadero.
En todo caso, un cuento genial, es un objeto o un ser autónomo que camina con sus propios pies.
Le pasó a Neruda cuando publicó en forma anónima Los versos del Capitán, por ejemplo, libro que tuvo un enorme éxito, cuando su autor aún era desconocido.
 
sara_eliana,28.01.2012
Creo que en este caso corresponde referirse a lectores consumados, que sostienen un contacto fluido con la literatura.

Yo creo que en el caso de Kafka -y muchos otros más- conocer el nombre del autor, y todo lo que consigo acarrea, predispone y condiciona la lectura. Eso no significa que una obra no pueda disfrutarse y valorarse si no proviene de un autor reconocido.

Por lo general, la genialidad de un autor responde a la impronta que representa su obra en la gran cadena literaria. Cuando Cortázar escribió BESTIARIO, muy poca gente estaba en condiciones de disfrutarlo y valorarlo. Hoy es moneda corriente, y el simbolismo, únicamente como recurso literario, no llama la atención de nadie. Otro tanto ocurrió con LA METAMORFOSIS.

Si no hubiéramos sabido que el cuento era de Kafka, las lecturas hubieran sido diferentes, hasta quizás mejores que las que se dieron. Porque el conocimiento de la trayectoria del autor, puede que de alguna manera "encasille" la lectura.

 
hippie80,28.01.2012
Justine, excelente idea, analizar (teóricamente ) si se hubiese logrado un texto similar desde el punto de vista femenino, quizás un pequeño relato como el de FK. titulado "Un Hombrecito". Justine, espero tu opinión.
Comprendo que la maestra ninive posee poco tiempo para concluir el foro con preguntas y análisis sobre el texto de K.
Mis preguntas (interpretativas) sobre el texto hubiesen sido las siguientes :

1. Es la Mujercita del texto de K, una mujer bella?
2. Es ella sensible, emocional, o alterada e inestable psíquicamente?
3. Es joven y saludable o su salud física es realmente débil y padece diversas molestias que alteran su existir?
4. El protagonista hubiese pedido su mano en matrimonio ? (a la Mujercita) ?
5. El protagonista niega o afirma una relación sentimental con la mujercita?
6. Cómo expresa en el texto de K. sus emociones la Mujercita ? a través del silencio, la histeria ? el pesar?

Como pueden vds apreciar, algunas preguntas son interpretativas y otras en cambio, se ajustan al texto en su sentido formal.

Si alguien desea contestar algunas de las preguntas anteriores, será provechoso para los que han leído la obra de K.

buen día.

 
hippie80,28.01.2012

Respecto a la pregunta de la maestra ninive, concluyo que el texto se hubiese disfrutado en igual magnitud al ignorar su autoría.

 
justine,29.01.2012
La mujercita es bellísima a los ojos de K, porque se ha quedado "colgado de ella", está enamorado, sabe describirla a la perfección porque no se le escapa ni un solo detalle. Sin embargo, cuando la describe desde la angustia por el rechazo que ella siente hacia él, la refiere como una mujer muy normal, no entiende que es lo que ella se cree porque cualquier otro la hubiera aplastado con sus pies en una situación similar.
Ella es joven y saludable, caprichosa, no le importa exhibirse, sale sin sombrero, pero su relación hacia él está basada en la histeria y en la ira, que al rebotar en la angustia y en la obsesión de él, le hace que se muestre como una mujer herida y afligida. Creo que él no hubiera pedido su mano en matrimonio porque se está cuestionando constantemente que dejar de ser él para el bienestar de ella, no serviría de nada, y además sería del todo ineficaz para conseguir que ella dejara de mostrase de igual manera ante él, es más, más bien le sugirió la ruptura y ella enfureció y enfermó más.

Respecto a la reflexión de si una mujer hubiera descrito del mismo modo una relación similar con su hombrecito y en la misma situación, creo que es del todo imposible, porque al final del siglo XIX la mujer estaba supeditada en sus relaciones amorosas y una obsesión por un hombre de iguales características, se habría interpretado, en este caso sí, como una enfermedad, ya que la mujer debía ser cortejada y no cortejar. Me refiero exclusivamente al ambiente, al círculo estricto en el que se desarrolla el cuento de K. Todos sabemos qué pasaba con "Amistades peligrosa" por ejemplo.
 
hippie80,29.01.2012

Justine, excelentes consideraciones nos ha entregado sobre la Mujercita de K. a tal grado que es necesario una nueva lectura de las mismas para configurar una opinion más personal y estudiada sobre sus respuestas.

BD.
 
filiberto,29.01.2012
El talento de Kafka reside en el modo de contar algo cotidiano como el "desprecio" de una persona a otra. ¿Si estaban enamorados? ¿Se odian?¿Las causas del desprecio? ¿Será eso lo más importante o será el modo de narrar la situación? Ese buscar en la profundidades y poder expresarlo sobre la hoja con la naturalidad de un suspiro. Una lectura que se lleva a cabo sin dificultades. No es el mejor cuento de Kafka, para mi gusto claro, pero, como dice Saraeli, ese nombre es garantía de que vale el esfuerzo de leerle y de hecho, el cuento lo merece. Los personajes están bien conseguidos, especialmente el de la mujercita. Digno de observación para el aprendizaje.
 
hippie80,29.01.2012
Sorprendentemente, coincido en varios aspectos en lo enunciado por justine, principalmente en la belleza de la "mujercita" aquella, y es lo que definitivamente atrae al protagonista, aunque se permite negar tal asunto sin mayor éxito.
Existen muchos modos de expresar sentimientos hacia un ser que nos atrae o nos inspira ciertos sentir, es el rasgo dominante de la mujercita en el caso de K, y todas aquellas, son las que dan el marco para aque el relato sea uno de los grandes de la literatura universal.
También opino que el personaje no hubiese pedido a la mujercita en matrimonio aún cuando lo deseaba con fervor y quizás en un momento de debilidad, se hubiese aferrado a sus pies para pedir a la mujercita que se case con él y lo dramático e histético se transforme en dicha y felicidad.-


 
sendero,01.02.2012
Uff el comentario se lo tragó el hiperespacio. Felicitaciones a todos los comentarios y en especial a la maestra Ninive... veré como rehago el comentario... pero ni para hacer corajes... un abrazo Rub
 



Para escribir comentarios debes ingresar al sitio: Ingresar


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]