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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Crítica / Super/Reto de 1000 palabras - [F:5:10526]


ninive,08.07.2008
Para los que deseen escribir "más largo" propongo este Super/Reto. No seremos inflexibles con las mil palabras, se permiten pequeños desbordes.

Esta sección se convertirá en reto con votación si los textos participantes llegan a ser 7

El tema de esta propuesta lo haré saber en breve

Los trabajos se envían en PRIVADO a bgmmagdalena/b

Se aceptan sugerencias de temas en mi libro de visitas (NINIVE)

 
moebiux,08.07.2008
Me apunto!

 
gaviotapatagonica,08.07.2008
Y yop!! piq piq invernales
 
fishcake_jr,08.07.2008
Participaré si me lo permiten.
Un saludo pa' todo el mundo.
Acá estamo.
 
Selkis,08.07.2008
Es posible que participe, pero no puedo asegurarlo, ando liada.
 
leobrizuela,08.07.2008
Me anoto.
 
gmmagdalena,08.07.2008
Los espero, participen y serán premiados................... con nuestros besos, aplausos y alegría. Magda
 
ninive,08.07.2008
gracias tequendama
 
tequendama,09.07.2008
Un beso.
Ahora hay que escribir.
 
gaviotapatagonica,10.07.2008
que pasemos un buen momento!!
 
gmmagdalena,10.07.2008
Maestruchi ¿los "pequeños desbordes" pueden ser 100 o 200 o más palabras? me gustaría aclarar este tema ante posibles consultas y de hecho ya tuve una. Besotes. Magda
 
ninive,10.07.2008
Tratemos de ser flexibles, si se instituyó este reto es para dar más libertad a los autores pero no exagerar será la regla que hay mucho que leer y después viene el cansancio y ...

bEl Super/ Reto 1000 comienza hoy 10 de julio y finaliza el 31 de julio)
El tema es libre, con fondo de realismo mágico o ciencia ficción./b

Los textos los recibe bgmmagdalena en PRIVADO. /b
La votación se hará el1 y 2 de agosto si el número de participantes lo permite (7)

gmmagdalena a pesar de ser quien recibe los textos bpuede participar/b(esto responde a una inquietud de ella)

Participan todos los que quieran, no hay necesidad de anotarse, todos son bien recibidos.!! Suerte !!
 
gmmagdalena,10.07.2008
Gracias Ninive.
 
gmmagdalena,11.07.2008
bA partir de este momento todas las consultas se reciben en mi nick, dónde además y en privado se recibirán los textos ¡SUERTE A TODOS Y QUE LA IMAGINACIÓN LOS ACOMPAÑE!/b
 
gmmagdalena,12.07.2008
bLas Sombras/b

Lo primero que impacta al abrir la puerta de la casa, es el silencio, el silencio y el olor a encierro, como si abriera las puertas de un sepulcro.

En realidad la casa es casi un sepulcro, ninguno de los que la habitaron está ya en este mundo, sin embargo sus sombras aún deambulan por los rincones. Era por esa razón que mantenía todo cerrado, no quería perderlas, ya había perdido demasiado.

Las sombras comenzaron a hacerse dueñas de la casa, era lo justo, ellas estaban siempre allí. Yo debía continuar con una vida mas o menos normal, trabajar, visitar amigas, salir a cenar algún sábado, hacer compras, pagar impuestos; las sombras no, ellas se quedaban en ese lugar al que pertenecían y ni siquiera les estaba permitido hacer el viaje tras los cuerpos que las habían proyectado. Yo se los había impedido, yo era la que había decidido que ellas se quedaran.

Mis amistades hacía tiempo que habían desistido de visitarme, preferían invitarme a sus casas o encontrarnos en cualquier otro sitio. Creo que presentían que algo no andaba bien allí, incluso mi amiga Lucía me había insinuado que la casa le producía escalofríos.

- Esa casa tiene muchos recuerdos tristes y no te hace bien, mudate – insistía.

Tenía razón, pero esos recuerdos tenían vida y no pensaba ni remotamente abandonarlos.

Mi poder sobre las sombras apareció en mi más tierna infancia, debía tener siete u ocho años, no recuerdo bien; por esa época me enteré que la abuela estaba muy enferma y que probablemente muriese. Me enteré por andar entre los adultos, sin que ellos notaran mi presencia; de escuchar llorar a mi mamá cuando se creía sola y sobre todo, de ver a la abuela todo el día en su cama, sin ánimos para hablar o hacerme una de sus juguetonas caricias en la cabeza. Me enteré sin que los mayores se dieran cuenta, estaba prohibido decirles cosas tristes a los niños ¿para qué preocuparlos? ¡cómo si los niños no supieran todo!

Cuando supe lo que ocurriría me dio mucha rabia, no quería dejar de tener a mi abuela, ella era quien me contaba cuentos en las noches o se sentaba paciente a coser vestidos para mis muñecas. Ella nunca estaba enojada y además hacía las tortas más ricas del mundo.

Esa noche entré a la habitación de la abuela y me senté sobre su cama, el movimiento hizo que abriera los ojos y me dedicara una dulce sonrisa, yo le sonreí mientras con el rabillo del ojo veía a su sombra parada, esperando a su dueña, para partir con ella. Con suavidad, para no inquietarla, me acerqué a la sombra y le pedí que me siguiera, la llevé hasta mi pieza y la encerré en el armario sin que ofreciera resistencia.

A la mañana supe que la abuela había muerto durante la noche, pero eso no me preocupó, sabía que parte de ella estaba a mi lado y ya no se iría nunca más.

A medida que fui creciendo tuve otras pérdidas; primero mis padres y luego mis hermanos, víctimas de una extraña enfermedad, aunque siempre llegué a tiempo para apropiarme de lo que me interesaba.

Pero, así como obtuve sus sombras, así también fue en aumento mi insatisfacción y deseaba más, ya no me conformaba su compañía silenciosa, su deambular por los rincones, su reflejo en las paredes, necesitaba más. Los quería vivos.

Pasé años leyendo libros antiquísimos, buscando fórmulas de hechicería, visitando lugares sagrados, analizando cuanta religión o secta hubiera en este mundo, invocando tanto a dioses como demonios. Pero jamás encontré la manera de que esas sombras recuperaran la vida que las había abandonado, hasta que lo encontré a Él o mejor dicho, Él me encontró.

Él no tiene nombre, ayer cuando llegué a la casa y abrí la puerta sentí un olor diferente, olor a tabaco fino, me sorprendí y pensé en algún ladrón; pero no, en la cocina estaba Él, como si siempre hubiera estado allí, fumando tranquilo un largo cigarrillo.

Extrañamente no me sobresalté, creo que sabía quien era antes de escuchar su voz cavernosa y sensual, una voz que se apoderó en forma inmediata de mi voluntad, una voz nunca escuchada pero que me dejó totalmente subyugada, hasta el extremo de experimentar la sensación de un goce sexual.

Hablaba en un idioma extraño, pero le comprendí cuando me dijo que tenía el poder suficiente para lograr que las sombras recuperaran la vida, sólo tenía que aceptar entregarme a él en cuerpo y alma, sin ninguna reserva y todos aquellos que una vez amé, dejarían de ser sombras.

Subyugada y embriagada por el encanto de su voz y su presencia, acepté sin titubear, no tenía nada que perder, recuperaría a los míos y sobre todo; sobre todo, podría sentir la pasión de él, comprendí que lo deseaba con locura.

Sentí la humedad tan característica en mi sexo al mismo tiempo que unos placenteros escalofríos me recorrían íntegra, mientras sus dedos hábiles y sensuales me despojaban de cada una de las prendas que me cubrían, hasta dejarme totalmente desnuda. Anhelante comencé a desvestirlo y, ante mis ojos, se fue revelando su cuerpo perfecto, su miembro erecto y sus aterciopeladas y negras alas que habían permanecido ocultas bajo su abrigo. Creo que sentí aún más excitación. Me penetró una y otra vez y cada vez le pedí más y más, hasta que me desmayé ahíta de placer, sin importarme si cumpliría o no con su promesa.

Cuando desperté del desmayo Él ya no estaba, sentía el cuerpo dolorido y extenuado por el frenesí sexual al que lo había sometido. Lentamente me levanté del suelo dónde nuestros cuerpos se habían revolcado en éxtasis pasional, cuando de pronto escuché risas en la cocina, tambaleante me acerqué a la puerta y allí estaban ellos; mi madre cocinando, mis hermanos jugando en el piso, papá leyendo el diario y la abuela tejiendo una larga bufanda, sentada en su mecedora al lado de la ventana.

¡¡Él había cumplido!!! Lágrimas de alegría comenzaron a correr por mi rostro y sin importar mi desnudez ni las marcas rojizas de sus dientes sobre mi cuerpo, irrumpí en la cocina gritando enloquecida, llamándolos por sus nombres, intentando abrazarlos, tocarlos, besarlos, sin poder hacerlo; ellos estaban vivos, pero ahora yo, yo era una sombra.

 
gmmagdalena,12.07.2008
bLos alias de Lucho./b


-Dicen que veinte años no es nada, pero se notan, carajo -dijo Esteban, relojeando de soslayo su imagen en el espejo.
Su voz sonaba no muy distinta a la del pibe que fuera uno de los tres compinches de la adolescencia. Los otros dos éramos Lucho y yo y los veinte años se referían al tiempo en que estuve ausente.
El bar, el mismo de siempre. Ese del barrio, donde nos juntábamos antes y después de los bailes del sábado. Olor a café quemado, ruido de dados sobre las mesas, fútbol, carreras… Eternamente familiar, conocido, añorado.
Después, un título, una carrera en España, mi alejamiento.
Nos mirábamos con recelo, con el íntimo deseo que fuera el otro quien dijera la primera palabra..
—¿Cómo pasó lo de Lucho? —dije, empujando el tema.
Esteban habló, por fin. Mirando el piso, lo dijo.
-La muerte de Lucho fue espantosa.
-Tendrías que haber estado acá, hermano— siguió diciendo. —Contarlo es sencillo, pero hubo que vivirlo. Me las vi negras en el velorio. Llegaban coronas y ofrendas a nombres distintos, con la misma dirección. Por suerte pude disimular ese detalle.
Hacía dos años que Lucho —nuestro Lucho, ese loco lindo intrépido y audaz —especialmente con las niñas del Liceo-, sufrió el accidente fatal. ¡Me invaden mil recuerdos de aquel tiempo de la primera juventud, época de candor y despertar a la vida! Pero también de desarreglos y hazañas no del todo santas.
Lucho fue un modelo de trasgresor. Pero no un trasgresor corriente, escandalizador de señoras pacatas ó ingenuos estructurados. No; Lucho fue único. Era poseedor de una personalidad singular, sutilmente disimulada bajo una máscara de indiferencia, que le permitía pergeñar la peor de las bromas. Y salir siempre bien parado.
Actor por naturaleza, siempre ostentó coraje y frialdad para confundir a propios y extraños con sus extravagancias.
Cuando muchacho, para enamorar a una jovencita, inventó un alias -Alejo del Solar, recuerdo-, y con atrevidas cartas conquistó a la ingenua. En lo sucesivo, Lucho usaría ese y otros nombre de galán en sus aventuras amorosas.
En una oportunidad, presentándose como Ramiro Melgarejo, trabó amistosa relación con ciertos martilleros y, con el fin de inflar los precios, pujó duramente en subastas donde se remataban bienes que, secretamente, eran propios de su familia.
En otro momento, simulando una identidad imaginaria, giró con una empresa aparentando ser un inversionista extranjero. Entretanto, operaba ocultamente con la competencia mediante otro falso nombre, redituando en beneficio propio el uso de los secretos comerciales de la primera.
También se hizo conocer en círculos de distintas colectividades, de donde explotó fructíferas relaciones.
Decir que Lucho tenía una doble vida, es decir poco.
Así fue Marcel Muriat, Juan de la Cruz Aguero, Marcos Liberman, Joao Soto y varios más que no he conocido.
Es claro que cada nombre suponía un sujeto diferente. Su prodigiosa habilidad le permitía representarlos sin traicionar las respectivas personalidades. Así, podía ser humilde o soberbio, instruido o inculto, creyente ó ateo, piadoso o cruel, honrado o truhán…
Y esto lo divertía.
Esteban y yo sólo toleramos, pero nunca dimos nuestro apoyo a estas farsas funambulescas que sólo los tres conocíamos.
-¿Te acordás cuando se hizo imprimir unas tarjetas muy elegantes con la inscripción “Néstor García Sorribes– Productor de Cine y TV”? ¡Si habrá levantado minas con ese verso!- La mirada del Esteban se iluminó evocando el caso. Recordé entonces que un día apareció buscándolo un japonés, en trance de lavar la afrenta que este bribón hiciera a su hija. Debimos salirle al cruce diciendo que “el señor productor” andaba de gira teatral por América y no volvería hasta fin de año.
Aquel japonés no lo pudo atrapar pero el destino sí lo hizo, dije para mis adentros.
—Salió muy mal parado del accidente —continuó Esteban—, fue un choque terrible. Para colmo, su estado se complicó con un problema pulmonar y el segundo día cayó en coma.
Ahí fue el gran susto. Los muchachos pasamos la noche en el hospital. Pero a la mañana, súbitamente, Lucho recobró la conciencia y para el mediodía se hallaba totalmente lúcido.
La voz fue tomando un acento sombrío.
-A la noche siguiente, de vuelta cayó en coma. “Chau, esta es la definitiva” nos dijimos. Pero no. A las seis de la mañana, otra vez la normalidad.
Ahora las manos de Esteban se retorcían, se expandían y cerraban en el intento de transmitir aquello que las palabras no alcanzaban a mostrar.
-Y así durante dos semanas. Moría cada crepúsculo para renacer con el primer rayo de sol. Los médicos hablaban de un mal desconocido, inventaban causas probables.
-Y aquí viene lo increíble, lo espantoso-. Miró hacia ambos lados como asegurándose que no ser escuchado por extraños y dijo con tono resignado:
-Una noche, tras verlo caer en la profundidad de la nada, me fui a casa rumiando una sospecha que no me terminaba de germinar. Durante tu ausencia, hermano, fui su único confidente y ello me permitió estar al tanto de sus andanzas. Esa noche, con lápiz y papel, me dediqué a rememorar cada papel, cada personalidad de Lucho. Una completa revisión me permitió contar veintidós nombres distintos. Tomé un almanaque y calculé los días desde el primer estado de coma. Llevaba quince y era viernes. Faltaban, para ese entonces, siete días, a uno por personaje. Si mi teoría funcionaba, el sábado siguiente sería el último día de la vida de Lucho.
Y así fue.
Pasé ese sábado definitivo, junto a su cama. Flaquísimo, piel y huesos. Los ojos y los dientes enormes, la tez amarilla. Había dejado trozos de sí en cada noche pasada.
No hablamos mucho, charlamos de pavadas, incluso te recordamos. Creo que ambos sabíamos que esta noche era la última, que no había más para fingir.
No saludó antes de la partida; se lo notaba agotado.
Veintitrés muertes son muchas para un solo tipo.
Muchas.

 
gmmagdalena,13.07.2008
bMil palabras./b

¡Cuántas cosas se pueden decir en mil palabras! Y debo agregar que cuantas ideas quedarán fuera, por no ser suficientes palabras para alcanzar a expresarlas.
Es un buen comienzo, éste, para un cuento de concurso, pero lo continuaré mañana, con más tiempo y más inspiración, porque la susodicha me está escaseando. Debe ser porque no estoy enamorado y no tengo musa que me haga suspirar. Cuando estoy enamorado, los versos se me caen de la boca y llevo los bolsillos llenos de frases ingeniosas. Pero ahora, mejor dicho hoy, no logro hilvanar una frase inteligente. Y hasta aquí sólo he escrito 105 palabras. Me faltan por lo menos 895 más. Bueno, mañana será otro día…

Estaba en el campo de mis abuelos. Había ido a pasar las vacaciones de verano, porque mamá decía que me hacía falta tomar sol y leche al pie de la vaca. Mi padre, más realista, opinaba que el sol y la leche no me iban a quitar los granos que me estaban saliendo en la cara.
Con mis abuelos, que tenían orden de atiborrarme de comida sana, no había muchos chicos de mi edad y los pocos que vivían allí, no podían perder tiempo con un adolescente capitalino. Ellos debían ayudar a sus padres en las tareas comunes del campo.
Así que vagaba con mi caballo por la orilla del arroyo, bajo los sauces, buscando la sombra reparadora, donde me sentaba en alguna piedra a leer algún libro de los muchos que había llevado.
Recuerdo como si fuera hoy, que estaba acostado en el pasto con una ramita entre los dientes, pensando boludeces propias de mi edad, cuando mi caballo, que estaba suelto ramoneando aquí y allá, salió disparado corriendo enloquecido.
Me paré de un salto, sin comprender que era lo que lo había asustado, ya que era un caballo medio viejo y sumamente manso, cuando vi al puma. Estaba a tres metros de mí y me miraba fijamente con sus enormes ojos amarillos. No me asusté y traté de hacerme el amigable, como cuando creemos que un perro desconocido nos amenaza…
—¡Lindo bichito! ¡Lindo bichito! ¡Pumita bonito y bueno!— le dije tembloroso.
—No te asustes, Edy, que no te voy a comer. Solo quiero ser tu amigo. No sabes la envidia que me da verte todo el día sin hacer nada, aburrido como una nube al mediodía…
Hablamos largo y tendido y terminamos haciéndonos amigos.
Todos los días nos juntábamos bajo los sauces y yo le contaba de la vida de los humanos. Él a su vez me contaba de su vida. En realidad era un puma joven y deseoso de conocer el mundo. Un día le leí “El ocaso de los dinosaurios” de Alejandro Vignati y juro que mi amigo lloró.
A todo esto mis abuelos me hicieron invitar a un cumpleaños de quince, de la hija de unos estancieros vecinos. Habría baile y mucha gente vendría de Buenos Aires.
Yo no deseaba asistir a la fiesta porque tenía la cara llena de unos granos, que me hacían parecer a un choclo. Entonces se me ocurrió. Haría que mi amigo el Puma fuera por mí. Cuando se lo dije, le tembló la larga cola de alegría. Como faltaba una semana para la fiesta, discurríamos de qué manera lograríamos que mi amigo, pasara por mí. Conseguí que el puma aprendiera a caminar erguido y a lavarse los dientes, porque tenía un aliento un poquitín fétido y si tenía que bailar algún lento, podría pasar algún papelón con su compañera. Mi ropa le calzaba justo y le recorté el pelo y lo peiné medio revuelto, como yo usaba el cabello. El problema que teníamos era su cara. Por más que lo afeitara y maquillara, le quedaba esa cara felina y los ojos amarillos. Por suerte era muy poca la gente que me conocía y conseguí unos anteojos de mi abuela, con marco blanco, muy parecidos a los que usaba la escritora Victoria Ocampo, a quien mi abuela admiraba. El día antes de la fiesta decidimos hacer un ensayo general, para ver si todo funcionaba bien. Lástima que no hubo forma que el caballo se dejara montar por mi amigo. El puma tampoco quería que lo llamara por ningún nombre, porque pensaba que eso sería como quitarle su libertad. Algo de razón tenía, porque estamos esclavizados a un nombre y a un apellido que es muy difícil cambiarlo, si no nos agrada. Hay jueces que no aceptan de ninguna manera autorizar un cambio de nombre a pesar de tener motivos sobrados para hacerlo.
Me estoy desviando de la narración. Decía que hicimos un ensayo general. Llegamos a casa y se lo presenté a mis abuelos quienes se mostraron muy contentos que yo hiciera un amigo. Lo invitaron a almorzar y yo me apresuré a decirles que mi nuevo amigo era vegetariano. No fuera a suceder que el puma, con la carne se volviera loquito y nos descubrieran.
Mi abuela por suerte, no reconoció los anteojos a pesar que en un aparte me comentó que el muchacho le parecía una cara conocida, pero nó, no podría ser pariente del Guatón Loyola, porque el muchacho tenía la voz bastante gruesa y vibrante y toda la familia del Guatón tenía la voz finita.
La muchacha que servía a la mesa lo miraba con ojos desorbitados y se persignó al pasar junto a él, pero aparte de eso, todo transcurrido con normalidad. Habíamos pasado el examen y nadie sospechaba que no era un humano.
A la noche siguiente acompañé a mi amigo hasta la entrada de la casa donde iba a ser la fiesta y luego de innumerables recomendaciones lo dejé entrar.
Todo lo que puedo contar a partir de ahí, lo supe por boca de terceros y cuentan que Edy (el falso Edy) causó sensación entre los asistentes a la fiesta. En especial entre las damas a quienes cautivó con su amabilidad y simpatía. Bailó con todas las mujeres presentes y especialmente con la quinceañera, ante la alegría de los padres de la muchacha, quienes creyendo que era yo, lo consideraban un buen partido.
Por eso no se asustaron cuando su hija desapareció con el galán de los anteojos blancos y no volvió nunca más. Total, ya la chica estaba en edad de merecer y ambos eran jóvenes y se habían enamorado a primera vista.
Años después supe que se habían casado y mi amigo se había dedicado con éxito al canto y ella era su representante.
Se hacía llamar el Puma Rodríguez y era el feliz propietario de una famosa marca de zapatillas.
 
gmmagdalena,14.07.2008
LOS ÁRBOLES.

Soy periodista investigador en una revista de misterio y ciencia. Una tarde, en la redacción recibí un anónimo.
Resultaba extraño en una época donde todo se comunica por e-mail recibir una carta.
El sello era de la provincia de Misiones.
Denunciaban una historia increíble y muy claramente exponían que tenían miedo.
Llegaban a la redacción muchos casos que no resistían investigación, y terminaban en el canasto de papeles. Pero esta vez, mi olfato me decía que había algo diferente en el relato. Pedí autorización y me puse en campaña de indagar.
Recordé a mi amigo Jorge Puente diputado de la provincia misionera, lo llamé para pedirle ayuda.
Una semana después estaba viajando a la región.

El viaje se hizo pesado, el último tramo era zona boscosa. Tarde quince horas en llegar. Un amigo del diputado me estaba esperando.
Mi anfitrión resultó ser un tipo amable, me ofreció una habitación en su casa, ya que no había hotel cercano.
Siguiendo los datos del anónimo, debía llegar hasta un antiguo caserón llamado “La escondida.” El paraje estaba cubierto de árboles, desde el camino apenas si se divisaba la casa. Me acerqué y llamé. Un hombre se asomó. Era un ser extraño, su apariencia era la de un personaje de novela misteriosa. Resultó ser el casero.
Con una autorización del diputado Puente, me presenté como periodista y fotógrafo. Deseaba visitar la casa y sus aledaños. Me dejo pasar.
La vivienda era antigua, pero lo que me interesaba, era el inmenso parque y la arboleda que la rodeaba.
Desde el ventanal del primer piso observé un pequeño bosque bordeando un camino de tierra.
Bajé y me acerqué a los árboles, mirándolos de cerca se veían horribles. Su tronco era blanco, tenían un singular parecido con la forma del cuerpo humano, sus ramas eran similares a brazos que se elevaban al cielo. El casero no se separaba de mí lado, no demostré fastidio al contrario, agradecí su presencia, gracias a ella conseguía respuesta a mis dudas.
Saqué muchas fotos, y le pregunté:
-Me han contado extrañas historias referidas a estos árboles. ¿Usted ha visto algo que llamó su atención?
-No, pero conozco los cuentos que tejen los del pueblo, puras tonterías.
-Escuché que las arboledas toman forma humana y atacan a las personas. Hay testigos, no me parecen inventos.
-Bah… no haga caso entre esta gente hay demasiada ignorancia.
Mientras los observaba, pregunté:
-No les encuentro similitud con ninguna especie conocida ¿De dónde son?
-Los primeros dueños de la casona los trajeron de Brasil. Es lo único que sé.
Seguimos hablando, luego me despedí.
Visité a algunos vecinos, hice preguntas, pocos se largaron a hablar. Una mujer me acompañó hasta una casita alejada, allí vivía un chico que fue atacado y del que me hablaron en el anónimo.
Los padres me recibieron con desconfianza, al decir que venía de la revista para investigar, se sintieron más seguros, y la madre del pequeño habló:
-Mi hijo no es el único que han atacado. Esta vez, todos estamos indignados. Siempre habían agredido a personas mayores, pero a un niño, es la primera vez. Mi chico vive con miedo –la mujer se echó a llorar.
-¿Cómo proceden los árboles? –pregunté.
- En las noches de luna llena, cobran vida y atacan a las personas. Hoy día nadie sale en esas noches.
-¿Y qué hacía su hijo?
-Nos habíamos acostado y él con otros dos quiso investigar. ¡Cosa de chicos!
-Que casi le cuesta la vida –respondí- ¿Qué pasó con los otros dos?
-Escaparon apenas comenzó una tormenta, mi hijo siguió y según nos contó, cuando reaccionó, estaba solo, en medio de las ramas que lo atacaban. Lo hayamos unas horas después, estaba empapado y desvanecido. Estuvo internado varias semanas.
-¿Hicieron la denuncia?
-¿Para qué? ¿Qué íbamos a denunciar? ¿A los árboles?
No supe que responder.
Visité a personas atacadas y en sus relatos encontraba similitud. Agredidos en noches de luna, las ramas se abatían sobre ellos hasta dejarlos desfallecientes. Para mi sorpresa me dieron los nombres de tres jóvenes que habían perdido la vida en esos ataques, meses atrás. Comencé a tener miedo.
Sacando valentía no se de dónde, me acerqué nuevamente a “La escondida” y pedí al casero, me permitiera sacar fotos durante la próxima luna llena. Con poca amabilidad, accedió.
Unos días después me preparé cámara en mano. Sentía temor, en el fondo no estaba convencido de la veracidad de los casos. Alcanzaba a comprender que los ataques existieron, pero pensaba que otros eran los motivos.
Ya en la casa y desde una ventana del primer piso me senté a esperar.
Había pasado la media noche y todo estaba en calma. La luna aparecía cubierta de nubarrones. Saqué varias fotos. De pronto unos relámpagos quebraron la quietud, se largó a llover, el sueño me iba venciendo.
La tormenta hacía que los árboles se agitaran furiosos, las ramas parecían la melena de un león enfurecido. A la luz de los relámpagos vi algo que me impresionó. Las ramas se desprendían de los árboles, sus hojas se unían formando una capa que bailaba con el fuerte vendaval. Sólo pensaba en sacar fotos, una tras otra, terminé un rollo, lo guardé en mi bolso y coloqué otro. Las ramas se abalanzaron contra mi ventana, golpeaban los vidrios con furia. La cámara cayó de mis manos por mi temblor. El miedo me provocaba un zumbido en los oídos, me estremecía de frío, a pesar del calor.
El cristal del ventanal estalló, desperté empapado de transpiración, me quedé sentado sin comprender que sucedía. ¿Fue un sueño? Tambaleando me incorporé, los vidrios estaban dispersos. La cámara y dos rollos de fotos estaban caídos.
Afuera la tormenta amainaba, las nubes dejaban ver una luna brillante.

Comprendí que no fue un sueño, los cristales rotos en el interior, me decían que el ataque vino desde afuera, la cámara, los rollos habían sido inutilizados sin explicación. Me convencí que los árboles asesinos existían. El único rollo que se salvó fue el que guardé en el bolso. Con las fotos y mi denuncia el fin de los árboles estaba cerca.

Años más tarde volví al lugar, no me sorprendió saber que los árboles habían sido talados y quemados, y que a partir de ese momento desaparecieron los ataques. Lo que si me sorprendió, fue la muerte repentina del casero, el mismo día en que quemaron los árboles.
 
gmmagdalena,15.07.2008
bDa Capo –
Era lunatica Año 10420/b

R23hh se dirigió a la cámara blindada del laboratorio experimental donde los científicos esperaban su orden para comenzar el Proyecto Renacimiento. Sería un proceso delicado que realizarían según las instrucciones que el Supremo Técnico OM77 enviaba via satélite.
El Supremo Técnico OM77 dirigía todas las operaciones y sus científicos enviados a la entonces Tierra cumplían puntualmente sus órdenes.
R23hh era su ayudante primero y seguía sus instrucciones con la devoción de un satélite.
Había llegado el momento de deshibernar a los tres periodista, dos hombres y una mujer, que se habían prestado como voluntarios en el 2008, cuando los tres tenían alrededor de treinta años.

En el momento de la hibernación voluntaria los tres habían declarado que lo hacían para tener el privilegio de comunicar al mundo las experiencias de un despertar a la vida 50 años después. Los cuerpos fueron conservados en cajas de vidrio en un sótano de la facultad de medicina de Alaska .

No pudieron tener en cuenta que la tierra sería arrasada por múltiples explosiones atómicas, diluvios y tsunamis. Los mares se habían secado luego por efecto del agujero negro provocado por las radiaciones . No quedaba nada que recordara la Naturaleza de entonces, salvo una zona entre dos rios, que por raro caso, los científicos lunares no encontraban explicación al fenómeno, no había sufrido ecológicos y en ella crecian animales y pájaros de todas las especies. La región fue recintada y conservada como muestra de las civilizaciones pre era lunática, pero no la aprovecharon. Nada había allí que les sirviera.

Todo lo que había sido una vez la Tierra era un cúmulo de piedras, no había restos de los habitantes. El terreno resultante después del exterminio de todo lo viviente era muy semejante al de la luna y por eso los científicos lunares establecieron allí varias bases para investigaciones de todo tipo.

R23hh era el director del laboratorio experimental en la base Tierra .
Hacía poco se había encontrado en una excavación las tres cajas de vidrio infrangible que contenían los cuerpos de los periodistas hibernados.
Habían controlado el estado de mantenimiento de esos seres y encontraron que gracias a la capa de hielo que los había cubierto durante siglos, se encontraban aún en buen estado. Habían decidido volverlos a la vida uno a uno.
En la cámara del gran laboratorio estaban los mejores científicos para dar términe a la hibernación.
La primera caja fue abierta. Un hombre de complexión robusta, fue sometido a un proceso lento y laborioso que fracasó en el estadio final .El hombre no llegó a despertarse, murió asfixiado. Los científicos lunares comprendieron por este primer intento los errores que debían evitar .Probaron con el segundo hombre decidiendo dejar a la mujer como última reserva..

Después de pasar mucho tiempo en una cápsula de reambientación autógena intensiva el periodista abrió los ojos. No salía de su estupor viendo a esos seres de cuerpos de metal con lámparas en lugar de las orejas y tubos prénsiles a los lados del cuerpo cuadrado que estaba munido de un monitor circular rodeado de cables y micrófonos de donde salían los sonidos más incomprensibles. Todos esos entes parecían iguales, no comprendía qué le decían ni por qué lo manipulaban probando con los garfios de sus cables. Fue alimentado con infusiones y pastillas y tal fue el desconcierto del pobre humano devuelto a la vida después de tantos siglos, que después de tres días de relativa lucidez perdió completamente la palabra y la memoria.
Los lunáticos viendo que con ese ejemplar no iban a aprender nada que no supieran ya, pensaron que deberían resignarse a descartarlo y probar con la mujer.El hombre sin memoria no podía darles ninguna información. Querían saber sobre cosas que ellos no poseían: ¿qué eran las emociones, los sentimientos,el erotismo, los celos, la envidia,el enojo? cosas que habían esxistido entre los hombres y que habían tenido una gran fuerza energética que ellos querían incorporar en sus programas.Ese ejemplar no servía para el estudio y el El Supremo Técnico 0M77 pensó que por el momento debía ser dejado en la reserva entre los ríos.

Cierto tiempo después el que veía y controlaba todo desde la Luna dió la orden de despertar a la mujer y llevarla a la reserva..
Los tendrían en observación allí, dejándoles creer que estaban libres.. Probablemente aprenderían lo que querían saber por su conducta que grababan y filmaban a cada paso.que daban.
La mujer tuvo una reacción histérica al despertar, reía a carcajadas y al mismo tiempo lágrimas de miedo caían de sus ojos.
Los lunares no habían visto nunca un fenómeno semejante .Agua que salía del cuerpo.
Obedeciendo al Supremo Técnico OM77 fue conducida hasta la reserva en un chorro de luz comunicante y la dejaron junto al hombre que dormía a la sombra de un árbol imponente cargado de frutos.

La pareja en su segunda oportunidad de comenzar la historia de la humanidad, dado que carecían de memoria, cometió Da Capo los mismos errores que la antecedente.
 
gmmagdalena,19.07.2008
bEn Un Lugar De La Mancha II

Nota:/b Doña Angustia y Don Casimiro, habían aceptado de buen grado, ser los primeros viajeros en el tiempo de las creaciones literarias, y así conocer los entretelones de las vidas de los personajes más conspicuos y famosos de la literatura universal. Jamás hubieran creído que tal cosa fuera posible. Sin embargo, cuando se les ofreció la oportunidad de hacerlo, ambos, sin muchas preguntas, decidieron dejar atrás al monstruo asesino de la guerra que amenazaba a la vieja Europa, y huir de las plagas más horrendas que uno pudiera imaginar; plagas que, al iniciarse el siglo veinte, se hacían anunciar con los temibles cascos de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Todo les aconsejaba salir del siglo de las masacres; siglo, al que los profetas llamaron: El siglo de los exterminios y las resurrecciones. Así, fueron transportados, en un secreto viaje de entrelíneas de fe; conocido como: ‘Llamando las cosas que no son como si fuesen, así serán’, a una venta de La Mancha, donde se hospedaron. Él extrañaba, su biciclo; y, ella, su piano.


Relamiéndose aún de puro gusto, y paladeando los dejos del salpicón manchego en sus bocas; salpicón que fuera no muchas veces manducado por viajeros de tiempos idos y venidos; tiempos peregrinos y coexistentes, pero tan ciertos, escogidos y reales, como ciertas visiones nocturnas de luna llena en los páramos que orillan las regiones de La Mancha.

Doña Angustia Del Páramo y Don Casimiro De La Puerta, se levantaron lentamente de sus banquetas, tratando de no llamar la atención de los numerosos comensales que a esa hora; hora de encuentros, debates, flatulencias y conclusiones de frontera entre cerebros adobados por las egregias emanaciones del vino, llenaban el penumbroso ámbito del fantasmagórico mesón levantino. Algunos de ellos seguían danzando, extrañamente, entre los pesados humos de las candelas apagadas en las aguas de la excomunión; lo hacían alrededor de las mesas, adentrándose y saliendo de las escupideras hundidas en el aserrín de los rincones; crecían y menguaban constantemente en su enloquecida y funambulesca acrobacia; también, cambiaban de color y de luminosidad entre refulgentes tinieblas. Lo notable de todo ello, era que nadie parecía notarlo. Pero, esos extraños seres, deformes y ditirámbicos, no perdían su naturaleza humana; eran tan reales y concretos como cualquiera de nosotros, sólo que se daban a cumplir una función innominada, que los demás parecían aceptar de buen grado. Por la cabeza de Don Casimiro cruzó la idea de estar viendo una mala sintonización de la realidad, algo así como una interferencia anormal en su propia mente. Pero, desechó tal idea, cuando supo que Doña Angustia veía el mismo espectáculo que él; sólo que con más preocupación y espanto.

Don Casimiro propuso a Doña Angustia, acercarse a Don Quijote, y revelarle el secreto de su fantástico viaje a través de los clásicos de la literatura universal. Doña Angustia, al oír tal propuesta, no pudo contenerse, y casi vomita el salpicón sobre la mesa. Dio una arcada y empalideció hasta el asomo de pelo bajo la túnica, color púrpura de Tiatira, que velaba su frente.

Don Quijote permanecía impávido, de pie junto a la tosca y pringosa mesa, donde Sancho daba cuenta de un espeso plato de lentejas, con embutido troyano, a cucharón colmado va y viene.
Doña Angustia Del Páramo, a quien, desde que el Caballero de la Triste Figura entrara al mesón, le había sido imposible, a causa de tanta maravilla, quitarle los ojos de encima; pensó, que una cosa era estar en un mesón de la llanura manchega, comiendo salpicón y otras nueces, con Don Casimiro De La Puerta; pero, otra muy distinta, sería presentarse, como viajera de un tiempo por venir, entrelineándose en los clásicos de la literatura universal, ante el esquelético e insólito personaje cervantino, a quien se le endilgaran las más desopilantes sinrazones y los más prodigiosos y peligrosos desvaríos, como para tentarle a que, en menos de lo que se dice un santiamén, le pareciera oportuno desatar un aquelarre de aquellos, con quiénes, dónde y cómo quiera que, tempestivamente, se le cantare desatarlo.

Don Casimiro De La Puerta, al verla en actitud de fuga sin remedio, chasqueó la lengua con disgusto, y tan evidente y efectivo fue aquel mojado sonido, que Doña Angustia Del Páramo pareció despertar del raro encantamiento en que ese genio y figura de La Mancha le había hecho caer, entonces, revolviéndose bruscamente hacia Don Casimiro De La Puerta, gimiendo suplicante, le dijo: -Por favor, Don Casimiro, salgamos ya mismo de este lugar, se lo ruego. No se le ocurra decir lo que me ha dicho que diría. Si lo hace, nuestra itinerante vida será un tormento, y nunca podremos disfrutar la realidad escondida en este fantástico y quijotesco destiempo de salpicones y aventuras. Don Casimiro le dijo, muy quedamente, machacando cada frase: -Haga usted el servicio de controlarse. No estamos para estampidas, ni cosas semejantes; por lo tanto, mi estimada señora, tome asiento ahora, otra vez, como si nada; y veamos si preparan aquí algún brebaje caliente como un té, un café o alguna cascarilla tramontana, con que podamos ser entonados un poco, ¿me ha entendido? Doña Angustia, dejó caer un sí, rendido en un suspiro, sobre el silencio oscuro de ese tumultuoso diálogo. Mientras sus inquietos ojos, casi sin quererlo, medían situaciones, posibles peligrosos atisbos demoníacos o impertinentes acechanzas faunescas; fue deslizándose precavidamente sobre la banqueta, tal como se lo había pedido Don Casimiro De La Puerta. Luego, Doña Angustia, bastante angustiada, se dio a pensar en su blanco lecho con dosel de colgadura francesa; y en cuánto, todavía, extrañaba su maravilloso piano alemán.
 
ninive,21.07.2008
El Super/ Reto 1000 finaliza el 31 de julio
El tema es libre, con fondo de realismo mágico o ciencia ficción.
 
gmmagdalena,21.07.2008
bSzeinde/b


iSé que las ballenas pueden ver la inmensidad de la luna cuando danza sobre el océano, ellas me lo han dicho, y también me han confesado que en el fondo de todos los fondos no hay esperanza, si no oscuridad. /i


No estoy loco, aunque se empeñen en decir lo contrario. Y tampoco soy un improvisado arriesgando en una quimera personal casi treinta años de investigación sobre el tema, y que, sin ánimo de echar culpas, me han dado tantas satisfacciones como amarguras. Dediqué la mayor parte de mi vida a estudiar el canto de las ballenas, y aunque esto se llevó también mis mejores años, incluso la familia que podría haber formado, estoy convencido que no fue en vano.

Al principio, el espectrograma acústico sólo mostraba secuencias rítmicas de sonidos, el famoso canto de las ballenas eran meras notas. Algunos teorizaron sobre el por qué, y hubo tantas razones como posibilidad de variables en los tonos. No era el por qué lo que a mí me interesaba, ni siquiera el cómo, yo quería ir más allá. Este es el punto de inflexión con mis colegas. No me quedé anudado en las redes de la teoría, profundicé la investigación seguro de encontrar un esquema de comunicación. Lo conseguí. Pude establecer un contacto, hablé con ellas. Y ellas conmigo.
No ha sido sencillo lidiar con la tecnología, desde el inicio de mis investigaciones, incorporé computadoras, radares ultrasónicos, lectores de variabilidad de tonos, pero ninguno lograba lo que yo estaba empeñado en demostrar.
Luego de intentar por varios años, al fin pude crear un dispositivo que me permitiera decodificar estos sonidos en forma muchísimo más sutil que los estudios de cualquier otro. No sólo “leía” sus mensajes sonoros, estaba en condiciones de “contestar”.

Jamás olvidaré ese momento, cuando pude cambiar sonidos y saber que “del otro lado” eran recibidos. La respuesta fue total. Habíamos establecido un contacto superior. Las ballenas no hablan de muertes, ni de locura, ni de enfermedades. Sus códigos son cerrados pero concretos, se guían, alientan, invitan a una pelea o a la procreación... Son seres admirables, con una sensibilidad infinitamente mayor a la humana.
Hay, como en toda comunidad, quienes son más sociables que otras, y fue con una en especial, que lo que en primer momento creí la parte más importante de mi investigación, se convirtió en la prueba cabal que pude haber obtenido y en una total devoción, mezcla de agradecimiento y por qué no, absoluto cariño.
Preferí darles un nombre a cada uno de los cetáceos que formaron parte del proyecto, pues me pareció poco serio catalogarlos simplemente con una secuencia de números o letras para su identificación. Además, la comunidad merecía mi más alto respeto.
A ella la llamé Szeinde. Su canto me llegaba por las noches, estaba a muchos kilómetros del barco, según me dijo, más de tres mil, pero a mí me parecía que nadaba casi tocando la quilla, así de cerca la sentía. En la soledad de lo que fue en ese entonces mi casa flotante, muchas veces me descubrí esperando el anochecer, deseando escuchar aquel murmullo ensoñador que me llevaba lejos, que lograba hacerme recorrer un universo impensado. Aprendí los secretos del mar a través de canto, ella fue tan generosa al compartírmelos... El cielo, la luz, cada bocanada de aire cambió para mí a partir de conocerla. Es verdad que nunca la vi, jamás mi mano pudo deslizarse por su piel, mis ojos no admiraron los suyos, no puedo estar seguro que haya suspirado por mí, en cambio yo... La mujer que busqué desde siempre, sin encontrar, lleva la identidad de Szeinde, lo juro. Claro que este océano de paredes y humo donde yo habito, no es lugar para seres como ella.

Separé mi investigación en dos partes: una conteniendo información específica, y otra –que consideré mucho más valiosa- donde detallé conclusiones respecto del comportamiento humano y del resto de los seres vivos. Cometí lo que ahora considero el peor de los errores: confié. Di a conocer todos los datos conseguidos con el invaluable aporte de Szeinde, por ejemplo, que la profundidad de las fosas Marianas es muy superior a la que se supone –Szeinde suele cantar allí, le gusta jugar con el eco- y otra serie de interesantes aportes que no vienen al caso, pues hacen más a la comunidad científica. Ninguno fue tomado en cuenta. Por qué, preguntarán ustedes. Pues por la estúpida idea de volcar también mis experiencias con Szeinde y asegurar que la esencia humana poco y nada dista de cualquier otro ser viviente, no somos tan distintos, nos unen muchas más emociones, anhelos y desencantos de lo que se puede llegar a imaginar. El raciocinio del que tanto nos enorgullecemos, y que nos ha llevado a cometer todo tipo de atrocidades a través de la historia, es un punto ficticio en el universo de la inteligencia. La verdadera inteligencia consiste en saber manejar el poderosísimo caudal del instinto. Vivir en armonía con el entorno es absolutamente posible. Todo esto ella me lo mostró, abriendo mi mente cual abanico, Por qué no distinguirla entonces por sobre el resto de la comunidad? Y fue precisamente esta distinción la que provoca el tambaleo de mi intachable carrera. Mis colegas no sólo ridiculizaron la investigación, tuvieron hasta la osadía de expresar por escrito, pues lo vi en muchos medios, que este trabajo carece de criterio, puesto que no pueden tomar por veraz lo que diga alguien que parece manifestar una malsana suerte de “emociones casi románticas” por una ballena. Me tildaron hasta de insano, “loco” para ser más preciso, pero no lo estoy, aunque ellos opinen lo contrario. Sé que me he convertido en el tema irrisorio de mis propios congéneres. Más solo que de costumbre, el único consuelo lo encuentro cuando salgo a navegar y converso otra vez con las ballenas.
Aún Szeinde nada debajo de la quilla, acariciando las olas y entonando suaves canciones para que yo me sienta acompañado. Estoy seguro, en sus notas pronuncia mi nombre.
 
Ninive,27.07.2008
El Super/ Reto 1000 finaliza el 31 de julio
El tema es libre, con fondo de realismo mágico o ciencia ficción
 
ninive,30.07.2008
El Super/ Reto 1000 finaliza hoy el 31 de julio
El tema es libre, con fondo de realismo mágico o ciencia ficción

La votación es en esta misma página 3 para el considerado mejor y 1 voto para el que sigue en preferencia. Se vota el 1 y 2 de agosto.

 
gmmagdalena,31.07.2008
bEL TRIANGULO DE LAS BERMUDAS/b

Acaricio aquel bello rostro, el viento de una noche de abril jugaba con su pelo, mientras se escuchaba aquélla horrenda exclamación; “haaaaaaaaaay miiiiss hijos” la leyenda contaba que había que permanecer tranquilo para vencer aquel fantasma, ya que su alimento era el miedo de las almas que vagaban por ahí, quien logrará permanecer en paz el más tiempo posible, ante el hostigamiento terrorífico del espíritu en pena la vencería y lograría desterrar de una vez por todas aquella terrible imagen, era paradójico; pues ante la presencia de un ser de ultratumba lo ultimo que se podía lograr era la calma.

Aquella noche contrario a la escena; era hermosa postal de la perfección, el cielo estaba lleno de millones de chispas luminiscentes que brillaban en sincronía para hacer de aquello una sinfonía perfecta de luces, mientras unas parpadeaban por milésimas de segundo, otras incrementaban su luz para reemplazar a los breves instantes de oscuridad, si el brillo hubiese sido sonido se escucharía como un concierto de perfecta coordinación de los instrumentos celestiales, mientras el aire aplaudía aquél hermoso espectáculo, haciendo un homenaje a la perfección del universo. En ese mismo instante se paseaba el aire por aquel rostro sublime, apunto de estallar por el agobio de la angustia, respiró hondo y profundo, para calmarse, sabia que tenia que mantener la calma, pero la batalla no era simple, así que aquel fenómeno antinatural, se arrastró por el espacio y tocó el cuerpo de aquella desgraciada; con sus harapientos y fantasmagóricos jirones del más allá…

Aquélla fugitiva del averno; utilizaría todos sus recursos para impedir que aquella simple mortal la venciera, utilizó el viento a su favor y envolvió con su umbral terrorífico a su pobre victima, hizo que la suave brisa se pusiera en su favor y se convirtiera un amenazante ventarrón, pero aun así, la mujer permaneció en su interior sin prestar atención a lo que sucedía afuera. El próximo ataque fue en contra de la cordura, el fantasma uso otro de recurso y de un lugar incierto; surgió el maullido de un lobo feroz, el aullido fue tan sonoro que además de anunciar su proximidad; derrumbó la defensa mental de la victima.

El sonido penetró por sus oídos, causando que su ritmo cardiaco se acelerara, en sus venas circulaba más adrenalina de la normal, las plaquetas y glóbulos viajaban de prisa, un coagulo paso rozando a una igg secretora, esta sorprendida por la premura de este, se puso en contacto con una igh, para advertirle de un peligro inminente, esto causo que la victima tuviera un ataque de pánico y su taquicardia alcanzara niveles peligrosos…

Sabia que de su tranquilidad dependía todo, era la encrucijada; derrumbarse, tal vez desmayarse y seguir sufriendo de las consecuencias; cada que pasara por el sitio y dejar que aquel fenómeno siguiera aterrando a los transeúntes o tomar de una vez por todas la situación y controlarla, así que volvió a la calma, respiró, se metió en su esfera; que fabrico imaginariamente, para que fuera su campo de fuerza y con cada respiración y cada regresión a su estado normal, los esfuerzos por la fantasmagórica figura, rebotaban y fracasaban mientras la mujer con cada pensamiento y respiración se fortalecía…

Otra respiración honda, profunda, acompañada de una inspiración aun más lenta y profunda, además de imaginarse; aquella esfera protectora, se metió en una bella y paradisíaca playa, se descalzó y sintió el suave contacto de la arena, disfrutó de la bella melodía del mar y las caricias de la brisa, había logrado tal concentración en su mundo interno, que la fuerza del espectro se fue perdiendo, entonces fue tal la paz que sintió, que no quiso abandonar aquel instante lleno de la mas calida paz que la vida puede ofrecer, las embestidas de la fantasmagórica figura; eran cada vez más débiles y el aullido de aquella bestia había cesado. Llegó a tal nivel de calma que era adictivo; aquello que había logrado la mujer ahora la atrapaba sutilmente…

Para la mujer sólo habían transcurrido escasos minutos, pero en realidad habían sido ya algunas horas, la luna estaba en plenitud y a la mitad del cielo, hacia rato que el ente había desaparecido, pero la mujer estaba encerrada en aquella deliciosa y sublime cárcel de paz y calma, no se durmió por que disfrutaba de forma total aquel momento…

Se despertó en un buque de la segunda guerra mundial, 65 años antes, caminó sorprendida por la cubierta, no podía creer; como era posible aquello, buscó y buscó y en aquel buque el único ser vivo era ella, comenzó a escuchar un ruido de motor que inundaba el ambiente, salio corriendo del cuarto de maquinas hacia la proa del barco y vio como de un helicóptero descendían por las escalerillas del mismo; un par de soldados, se dirigieron hacia la mujer y le preguntaron: ¿Qué, que hacia ahí?, ella sólo se quedo mirándolos, como si estuviera todavía en un sueño.

A pesar de la atención medica y de las múltiples interrogaciones; la mujer permaneció en un mutismo infranqueable, mientras dentro de su cabeza, se ha encontrado con la mujer del espectro y aquella le agradeció por haberla librado del mundo de las tinieblas, ahora; es el mundo de ambas; disfrutan de aquella paradisíaca playa que ahora es más hermosa por la fuerza de la imaginación de las dos.
 
ninive,31.07.2008
El Super/ Reto 1000 finaliza hoy el 31 de julio
El tema es libre, con fondo de realismo mágico o ciencia ficción

La votación es en esta misma página 3 para el considerado mejor y 1 voto para el que sigue en preferencia. Se vota el 1 y 2 y 3 de agosto.

Agregamos un día al voto para que tengan tiempo de leer bien los textos. Después de la votación junto a la autoría de los ganadores se dará a conocer la autoría de todos los participantes.
 
gmmagdalena,31.07.2008
B"Nueva profecía"/B


María se levantó de la cama nada más sonar el despertador. No podía hacer aquello de “cinco minutos más” porque sabía que se quedaría profundamente dormida. Así que, en estado sonámbulo, se dirigió al cuarto de baño. Cerrando los ojos cegada por la luz, lo primero que hizo fue sentarse en la taza del váter. Entre bostezos, se limpió con un par de hojas de papel higiénico y tiró de la cadena. Ya frente al espejo del lavabo, abrió los ojos, se acercó a la imagen que reflejaba sacando la lengua y mirando también las patas de gallo que cada día se hacían más abundantes. Abrió el grifo y metió las manos bajo el frío chorro. Fue entonces cuando lo vio: tenía las manos manchadas de sangre seca.
Se despertó de súbito, lavándose las manos nerviosamente. Vio que la sangre provenía de sendas heridas que le atravesaban las manos. Ahora parecían cerradas y no le dolían nada, pero igualmente estaba espantada. Fue al dormitorio y sin importarle si despertaba a su marido José o no, encendió la luz de la lamparita de noche. Miró las sábanas y su miedo creció: estaban empapadas en sangre. El marido se despertó y se volteó para ver qué sucedía. Se incorporó de un salto al ver toda aquella sangre, que le había manchado también a él.
Poco después estaban en el hospital, en el departamento de urgencias. La miraron extrañada cuando les dijo el motivo de su visita: le habían aparecido unas llagas en las manos. María notó que hubo quien la trataba de histérica, mientras que otros miraban acusadoramente a José, como si fuera sospechoso de ser un maltratador. La propia María no sabía qué pensar.
Tras las radiografías y los largos minutos de espera, llamaron a María a que lo visitara un doctor. Convocaron a que acudiera también el marido. En la consulta el doctor clavó su mirada por encima de las gafas, primero deteniéndose en María, luego en José. Sacó las radiografías de una carpeta de papel marrón y las fue colocando sobre el expositor, encendiendo la luz para que se vieran al trasluz. Usando un bolígrafo como puntero, el doctor comenzó a explicarles:
—Como pueden ver aquí y aquí… Hay dos heridas en los huesos que indican que sus manos fueron atravesadas por un objeto como un punzón grueso, un gran clavo, o algo similar —el matrimonio intercambió miradas de desconcierto mientras el médico proseguía su explicación—. Por el aspecto que presentan las falanges en la parte donde rozó el objeto, así como las heridas en su carne y piel, está claro que estas heridas han sido realizadas hace tiempo.
María abrió los ojos como platos.
—Es decir, señora —concluyó el médico—, esas llagas no le han aparecido ahora, sino que se las infringió, o infringieron hace ya algunas semanas. ¿Por qué ha venido hoy al hospital? ¿Por qué dijo que le habían aparecido durante esta noche?
María con voz temblorosa, afirmó:
—Por… porque me aparecieron esta noche, do..doctor… ¡Se lo juro!
—¡Es verdad! Anoche, antes de acostarnos, no lo tenía. ¡Joder! Si hicimos el amor y todo, ¡me hubiera dado cuenta! —soltó el marido, sonrojando a María.
El doctor arqueó las cejas mostrando escepticismo: resultaba obvio que no les creía.
—Bien, bien… Luego les daré la carta con mi recomendación. Creo que deben asistir al centro de salud mental a que les visiten. Sobre todo después de los resultados que hemos obtenido tras analizar su sangre…
María se llevó una mano al pecho asustada.
—¿Qué… qué tengo? —dejó escapar conteniendo un sollozo.
El médico quiso componer una sonrisa pero se le quedó en una mueca.
—Está usted embarazada.


María y José estuvieron navegando entre la alegría de tener un hijo y el extraño comportamiento del cuerpo de María, a quien al poco tiempo le aparecieron llagas en los pies. Días después, fue la cabeza la que sangró. A continuación, el costado. No acudieron al centro de salud mental. Y evitaron también visitar a ningún médico para que controlara el embarazo de María. No tenían ninguna explicación a esa aparición súbita de heridas sangrantes ya cicatrizadas, y sabían que les mirarían y tratarían como un par de locos. Pero como estaba su historial en el hospital, las autoridades sanitarias empezaron a llamarles a casa apremiándoles a que fueran visitados. María y José, temiendo que les fueran a quitar a su bebé en cuanto naciera, decidieron marcharse de la ciudad. Ambos tenía trabajos poco importantes que les daba igual perder o no. Así que con sus pocos ahorros, unas cuantas pertenencias y su viejo coche, partieron rumbo a la búsqueda de algún lugar tranquilo donde pasar el embarazo en paz.

Ante el empeoramiento de María –quien, por otro lado, se sentía bien de salud– acabaron teniendo al bebé en un trastero de alquiler, en una nave industrial a las afueras de la ciudad de Zaguán. A pesar de los nervios del momento, la niña nació bien, fuerte y sana. Decidieron llamarla Magdalena, como la madre de María. Estuvieron un par de días más en el trastero, asombrados por dos cosas: por un lado, el milagro del nacimiento de su hija, y, por otro, la desaparición de todas las heridas en María. Con la piel limpia de cicatrices y radiantes de felicidad, fueron a registrar a la niña al registro civil. Tras registrarla, volvieron al coche dispuestos a retornar a su casa, a su ciudad. Ya no tenían nada que temer, todo había vuelto a la normalidad. Para celebrarlo, hicieron un picnic en un parque cercano, antes de emprender el viaje. Estaban los tres bajo la sombra de un árbol en un día radiante de verano. María y Jesús, no pudieron evitar enlazarse en un abrazo preñado de tiernos besos.
Por eso no pudieron ver cómo Magdalena, tocando con uno de sus gordezuelos deditos, despertaba a un gorrión que hacía unos instantes yacía muerto a su lado. El gorrión, batiendo las alas, salió volando, mientras Magdalena, sonreía dejando caer la baba.
 
gmmagdalena,31.07.2008
bLa maldición de Chaital Puirica./b

Es un amanecer incongruente, antagonista, en el lago Chaital Puirica donde Pablo, el pescador de misterios, sentado sobre el hoyo de una roca acecha caña en mano la llegada del pez que nunca se pudo pescar. Hay mil amaneceres distintos, pero sólo uno le basta para reconocer su providencia. Salpicando la extensión aún ocre del lago, de vez en cuando, exotéricas burbujas rezuman en superficie y le indican la llegada del pez, quien describe círculos concisos y concéntricos, en torno a su cebo asentado en el fondo.

El pescador lleva más de ocho meses fraguando que la dificultad de un momento impreciso se torne favorable; tan sólo le resta un mes. Debe hacerlo antes que su primer hijo varón nazca. Mientras, siente, como desde algún rincón inescrutable de la tierra las puertas del vacío se abren y llenan de sentido. De pronto la nostalgia de lo inalcanzable lo abruma, como aquella vez en que su padre le encomendó bajar con la red a por el pez y lo vio. El ser lo miró con su perfil milenario y de sus ojos brotaron lágrimas de esfuerzo. Deseaba vivir después de habitar casi una eternidad, porque existir es una droga que atrapa. Así lo sintió Pablo al ver ondularse el volumen de un pez que por primera vez conocía lo que es estar desprotegido y respirar el oxígeno impuro del aire. Estuvieron cerca. Si quisiera, el monstruo inmenso y antediluviano podría haberse tragado a Pablo como la ballena hizo con Jonás. No sucedió. Escapó y desapareció como si nunca hubiera existido.

Pablo se arropa, permanece pensativo. Hace generaciones que el pez es una herencia maldita de la familia Pedrosa Huasca; nadie más sabe de su entidad. Incluso después de posteridades sin verlo dudan de su existencia.

Mientras se recrea en sus manos ásperas, asidas a la caña, le envuelve la nostalgia y piensa en Iorana, su primera novia de labios suaves de pulpa y mirada de cielo, con la que compartió bolsas de pistachos y dulces besos impregnados de ternura y timidez. Y el día en que fueron al lago en verano y ella quiso bañarse. Pablo sintió desasosiego y se lo dijo. Le habló del ser que habita esas aguas y su maldición, en tanto ella lo escuchaba con aparente seriedad, aunque en el fondo tomó la historia por broma, no le creyó y se bañó.
Dos meses más tarde Iorana comenzó a desvariar, luego a sentirse mal; quedó ciega.
Una mañana, para desvanecer el maleficio, Pablo la acompañó hasta el lago y la volvió a bañar de nuevo. A los dos días Iorana, falleció.

Su mente va aún más lejos. Cuando era un chico de diez años y su familia, incluidos su abuelo Andrés Pedrosa López, y su abuela Chital Huasca, transportados en camillas, viajaron al lugar para rezar a Dios y a los dioses por la suerte de la familia maldita.

Abre los ojos y la oscuridad abisal de las aguas le devuelve a la realidad del momento. Ahora tiene cuarenta y pico años, ya no es un niño, conoce el amor y sabe lo que es amar a Lílian su mujer. Recuerda cuando la desnudó para amarla: juró acabar con el monstruo. Mientras el irradiar aromático de ella colmaba sus sentidos y abrazaba su precioso cuerpo mediante caricias placenteras: juraba; mientras, primero con suavidad, luego con urgencia y al final con perentoria necesidad la penetraba: juraba; y en tanto el frenesí de ardor finalizó y ambos reposaron explorándose con ojos de satisfacción: ¡juró!

De detrás de las montañas nace un sol alborotado y llameante que como eterno suplicio comienza a proyectar su aureola de calor ocre sobre la superficie del lago. Pero algo bulle en el fondo. El pez, quien sin demostrar el menor indicio de necesidad ha estado observando el cebo más de una hora sin tocarlo, de pronto, sacudido por una urgencia de siglos, lo toma y parte hacia lo más profundo.

La caña de bambú salta y se tensa; al tiempo, Pablo sale de su trance y agitado comienza a soltar sedal. Cuando ha cedido cien metros, de pronto tensa y recibe el primer tirón inesperado y brutal. Cae de la roca y se introduce hasta la cintura en las aguas, mientras, de forma angustiada, suelta de nuevo sedal a su vital oponente.
Poco a poco logra retroceder hasta alcanzar el borde del lago y desde allí plantea su contraataque.
Tensa de nuevo y resiste a duras penas el empaque del segundo tirón. La maniobra se repite tres cuatro diez, veinte, cuarenta veces…
El atardecer cae sobre el lago, cuando a cincuenta metros, una forma gigantesca emerge por primera vez coleteando cansada. Transcurren dos horas más y Pablo tiene a sus pies a un pez de cerca de seis metros que lo mira con… ¿dulzura, comprensión? ¿Mendiga acaso piedad? Imposible. ¡Maldición!
Toma el arpón y de un desenvuelto y brusco movimiento se lo clava.

Todo ha acabado…

De pronto se gira. No sabe dónde está. Pero se siente nuevo, ágil y poderoso, pero sobre todo, libre. Una oscuridad, un aire envolvente y fresco lo va atrapando hasta hacerlo suyo, y Pablo desciende y sigue descendiendo, mientras se desliza entre aguas muy frías pero acogedoras para instalarse en su nuevo hogar: Las profundidades del lago...
 
gmmagdalena,31.07.2008
bEste reto Finaliza a las 24.00 hos de la página. el voto es aquí mismo tal como lo indica Ninive más arriba, 3 votos al texto que les guste más, 1 voto al texto que les siga en preferencia. Se ruega a los que votan no emitir opiniones para no obtaculizar luego el conteo de votos /b
 
gmmagdalena,31.07.2008
bSe cerró la recepción de cuentos para el Reto de 1000 palabras/b
 
tequendama,01.08.2008
Mi voto es por....

LAS SOMBRAS 3 puntos.

LOS ALIAS DE LUCHO....1 punto.
 
kanenas,01.08.2008
mis tres votos van a Seinde II

mi voto 1 va "en un lugar de la mancha II"
 
gmmagdalena,01.08.2008
b PUEDEN VOTAR TODOS LOS QUE DESEEN HACERLO, HAYAN O NO PARTICIPADO EN EL RETO. GRACIAS /b
 
gmmagdalena,01.08.2008
Voto a:
La maldición de Chaital Puirica - 3
Nueva profecía - 1
 
electroduende,01.08.2008
Qué bueno! Gracias por permitir la participación.
Aunque, todos son buenos relatos, me decanto
por:

•Szeinde 3

•Da Capo –
Era lunatica Año 10420 1


Enhorabuena a todos.

 
zumm,01.08.2008
Votos:
Las sombras -3

Szinde -1
 
josef,02.08.2008
voto a:

Nueva Profecía 3

Szeinde 1
 
EMIHDEZ,02.08.2008
felicidades:

mil palabras 3

los arboles 1
 
maravillas,02.08.2008
Sin ninguna duda: b "Los alias de Lucho": 3,/b a pesar de encontrar un corte en el cuento, concretamente, en este párrafo:

i-"Y aquí viene lo increíble, lo espantoso -. Miró hacia ambos lados como asegurándose de no ser escuchado por extraños y dijo con tono resignado"/i: ¿...?

Tiene ritmo narrativo, naturalidad en los diálogos, originalidad en la historia que cuenta y que atrapa la atención del lector, sin cansarle.
 
sajonio,02.08.2008
Mi voto: Los alias de Lucho (3) y La maldicion de Chaital Puirica.
 
annasayago,02.08.2008
Mi voto es: Las Sombras 3; y, Szinde 1.
 
moebiux,03.08.2008
Las sombras (3), los alias de lucho 1.

 
gmmagdalena,03.08.2008
b SE CIERRA EL RETO SIENDO LAS 24.03, NO SE RECIBEN MÁS VOTACIONES Y SE DAN A CONOCER LOS NOMBRES DE LOS AUTORES. GRACIAS A TODOS LOS PARTICIPANTES. EN UNAS HORAS SE DARÁN LOS RESULTADOS /B
 
gmmagdalena,03.08.2008
b1000 Palabras - Zumm
Da Capo –Era lunatica Año 10420 - Kanenas
En Un Lugar De La Mancha II - annasayago
Las Sombras - gmmagdalena
Los Alias de Lucho - Leobrizuela
Los Árboles. - Tequendama
Szeinde - jeve_et_ruma
El Triángulo de las Bermudas. - EMIHDEZ
Nueva Profecía - Moebiux
La maldición de Chaital Purica - Josef /b
 
ninive,04.08.2008
Estos son los resultados de los votos:
10 participantes

1000 Palabras - Zumm.............3 votos
Da Capo – Kanenas..................1 voto
En Un Lugar De La Mancha II - annasayago...1 voto
Las Sombras - gmmagdalena......12 votos
Los Alias de Lucho - Leobrizuela......8 votos
Los Árboles. - Tequendama............1 voto
Szeinde - jeve_et_ruma.................9 votos
El Triángulo de las Bermudas. - EMIHDEZsin voto
Nueva Profecía - Moebiux........4 votos
La maldición de Chaital Purica - Josef....4 votos

bFelicitaciones a todos./b El puntaje es sólo informativo. Por ahora, hasta que organicemos mejor el sitio, no hay ganadores ni perdedores.



 
gmmagdalena,04.08.2008
bMe uno a las felicitaciones de Ninive. Gracias a todos los que participaron y a todos los que votaron. Recomiendo para el próximo Reto a los compañeros que vayan leyendo a medida que se suban los cuentos a fin de que no se les complique al momento de votar. Nuevamente Gracias y Felicitaciones. Magda /b
 
tequendama,04.08.2008
Gracias ninive y gracias magdalena.
Felicitaciones a la ganadora y besos a todos los compañeros.
 
electroduende,04.08.2008
felicidades a la ganadora; eran todos muy buenos cuentos. (¡que se repita pronto!)
 
chantal-deveraux,04.08.2008
Como jeve_et_ruma aún no puede escribir en los foros, desde aquí, en nombre de marfunebrero y mío, felicitamos a Magda y a todos los compañeros de lujo con los que compartimos este reto. Fue para nosotros una excelente y alentadora experiencia. Muchísimas gracias.
 
EMIHDEZ,04.08.2008
GRACIAS POR LA INVITACIÓN Y FELICIDADES AMAGDA UN BESO.
 
josef,04.08.2008
Gracias por todo, y felicidades Magda, virtual campeona.
 
zumm,05.08.2008
Felicitaciones a todos y que en el próximo reto participen más cuenteros.
 
moebiux,05.08.2008
Felicidades a magda, que ha sido la ganadora! Estuvo divertido participar!


 
gmmagdalena,05.08.2008
bAmigos agradezco las felicitaciones pero en este Reto todos hemos sido ganadores por el sólo hecho de participar, ha sido una prueba y salió muy bien, habrá unos pequeños ajustes y apenas Ninive lo disponga lanzamos el Reto con "tutti", estén atentos y participen. Besos. Magda/b
 
leobrizuela,05.08.2008
Un placer haber participado y compartido un juego donde se disfruta de buena literatura. Mis felicitaciones y agradecimiento a Magda por su cuento y por el esfuerzo de organización, sin olvidar a Nínive, mentora de la idea. Salú.
 



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