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Jorge-Lemoine-y-Bosshardt,18.04.2008
“Hasta que no acabe el lenguaje psiquiátrico no habrá diálogo entre los hombres que tenga posibilidad de ser comunicativo.” (Antonucci)


HISTORIA DE LA ANTIPSIQUIATRÍA

INTRODUCCIÓN:

"El terror actúa poderosamente sobre el cuerpo a través de la mente, y ha de emplearse en la cura de la locura." (Doctor Benjamin Rush, padre de la psiquiatría norteamericana, 1818.)

Aunque el término antipsiquatría lo acuñó el terapeuta y filósofo David Cooper en su conocida obra "Psiquiatría y antipsiquiatría" (1967), el comienzo de este movimiento podemos situarlo en 1957 cuando el psiquiatra norteamericano T. Szasz pone en duda la realidad de la enfermedad mental en su obra "Dolor y placer". A modo introductorio podemos definir la antipsiquiatría como "un movimiento crítico que se cuestiona las prácticas psiquiátricas tradicionales y la noción de enfermedad mental sobre la cual se apoya desde mediados del siglo XIX".
Tras esta definición a la contra, es decir, caracterizando a la antipsiquiatría como crítica y oposición frontal frente a muchas de las prácticas psiquiátricas de la época, Cooper extiende la definición, proponiendo que "...la Antipsiquiatría es política y subversiva, por su misma naturaleza, con respecto al represivo orden social burgués (...) antipsiquiatra es quien está dispuesto a correr los riesgos involucrados en alterar progresivamente y radicalmente la forma en la que vive. El o la antipsiquiatra debe estar dispuesto a abandonar los mecanismos de seguridad de la propiedad (más allá del mínimo necesario), los juegos monetarios explotadores y las relaciones estáticas, confortables, de tipo familiar, oponiéndoles la solidaridad y la camaradería (...) Debe estar dispuesto a ingresar en su propia locura, quizás hasta el punto de ser invalidado socialmente, ya que si así no lo hace, no estará capacitado. La Antipsiquiatría es una parte necesaria y urgente de la revolución permanente, de lo contrario no es nada".

Según Vallejo, podemos sintetizar las ideas básicas del movimiento antipsiquiátrico en los siguientes puntos:

1. La enfermedad mental tiene una génesis fundamentalmente social.
2. La psiquiatría tradicional ha sido la culpable, a través de su doctrina y de sus actuaciones prácticas, de la perpetuación de un estado de represión ante el paciente psíquico.
3. Consecuentemente, rechazo hacia toda la estructura que sustenta y se deriva de la psiquiatría tradicional: clasificaciones psiquiátricas, terapéuticas ortodoxas (biologistas, conductistas, psicoanalíticas), fenomenología clínica, hospitales psiquiátricos, etc...
4. La solución se enfoca a través del compromiso y praxis política que corre en paralelo al desmantelamiento de la psiquiatría tradicional.

Junto a los trabajos de T. Szasz y de otros autores como Cooper y Laing, que fueron los que establecieron las bases teóricas del movimiento antipsiquiátrico, otro de los factores determinantes, que confluyen en esa época, y que será una pieza clave en el ulterior desarrollo de este movimiento es la publicación en 1961 de "Historia de la locura en la época clásica", de M. Foucault. El autor sostiene que son las presiones que la sociedad ejerce sobre el sujeto las que producen la alienación, condenándolo posteriormente a la reclusión y al abandono. Para Foucault, "los gestos de Pinel en Francia y de Tuke en Inglaterra rompen definitivamente el diálogo entre la razón y la sinrazón, recluyendo esta última en un estéril silencio" (Vallejo). El análisis que realiza Foucault de la evolución del concepto de locura a lo largo de la historia y de las relaciones entre este concepto y el pensamiento de cada época, ayudó a la construcción de las teorías antipsiquiátricas. Todo el pensaminto de Foucault está presente en este movimiento, desde su análisis de las institiciones psiquiátricas, el modelo de la lepra y de la peste, el Panóptico (como concepto tanto psiquiátrico como social )... etc.

(Nota: He intentado estructurar por zonas las distintas vertientes de este movimiento para facilitar el ánalisis de su desarrollo histórico, pero no debemos olvidar la estrecha interrelación que había entre los miembros de este heterogéneo colectivo.)

LA ANTIPSIQUIATRÍA INGLESA:

D. Cooper, A. Esterson, R. D. Laing, fueron los iniciadores y máximos representantes de esta corriente en su país. La locura es ponderada como una forma natural y positiva de enfrentarse a la patología social (la familia aparece como una estructura portadora y continuadora de las contradicciones sociales).
Cooper nació en 1931 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Allí se graduó de médico en 1955 y después se trasladó a Londres para hacer su formación psiquiátrica. Influido por el pensamiento de Sartre, H. Marcuse y con unas inclinaciones póliticas cercanas al anarquismo, comienza a desarrollar una teoría y praxis propias, manteniendo una concepción existencial y fenomenológica de la locura.

Cooper ditinguía tres tipos de locura:

1.- La primera, que el denominaba "demencia" es la locura social que nos envuelve (explotación, guerras, desastres ecológicos, masacre del deseo, relaciones de competencia...), fruto del capitalismo y de la sociedad espectacular-mercantil en la que vivimos.
2.- La segunda locura que distinguía era la locura de "viaje interior", defendiéndola como un medio de desestructuración de la experiencia alienada y de construcción del propio proyecto existencial.
3.- La tercera locura que señalaba era la producida por la "demencia social", la creada por los entornos esquizofregénicos (generalmente a partir de la estructura familiar patriarcal pero también en el trabajo, escuela...), que sitúan a la persona en una posición sin otra salida que la locura.

Ronald Laing nació en el seno de una familia humilde de Glasgow, siguió estudios primarios y secundarios en una escuela estatal, de allí pasó a cursar estudios de medicina en la universidad de Glasgow. Se graduó en 1951. Adquirió sus primeras experiencias psiquiátricas en el ejército inglés entre 1951 y 1953 (mientras hizo el servicio militar obligatorio). Trabajó en Glasgow como especialista en psiquiatría desde 1953 a 1956 en un hospital psiquiátrico y en tareas universitarias de enseñanza. Va acumulando experiencias y observaciones sobre el comportamiento de los esquizofrénicos crónicos, que posteriormente utilizaría para su libro "El Yo dividido".
En 1957, Laing pasó a desempeñar un puesto en la clínica Tavistock de Londres, ese año completa el borrador de "El Yo dividido". Comenzó a estudiar en profundidad la literatura freudiana y neofreudiana y a escritores de corte existencialista (tanto psiquiátrico como literario).

La patogenia familiar y social:

Esterson y Laing pusieron el acento sobre la causalidad esencialmente social y familiar de la enfermedad mental y dirigían sus investigaciones hacia el proceso dialéctico e histórico que se ha desarrollado a través del complejo juego de las relaciones interpersonales. La familia es considerada por ellos como una textura relacional, un campo de interacciones concretas donde los enfrentamientos y las influencias recíprocas se encuentran agrandadas. Esterson y Laing llevaron a cabo una investigación sobre una serie de familias, en cuyo seno se encontraba un "esquizofrénico", y demostraron que el comportamiento clínicamente sintomático de la esquizofrenia no era más que el resultado de interacciones sociofamiliares.
El estudio de las familias permite entender la sintomatología del enfermo mental como la adaptación dramática de un individuo al que las condiciones familiares fuerzan, en alguna medida, a una verdadera situación de supervivencia. Dos sectores totalmente separados convergen en el pensamiento de Laing: París y Palo Alto (California), es decir, por un lado incluye una serie de términos y conceptos utilizados por Sartre, y por otro lado, aprovecha las investigaciones del grupo de Palo Alto (J. Aeakland y D. Jackson), en torno al "doble vínculo" (término introducido por el etnosociólogo G. Bateson, que puede definirse como una distorsión de la comunicación intrafamiliar), que constituye uno de los factores determinantes en la aparición y desarrollo de la esquizofrenia.

LA METANOIA

El movimiento antipsiquiátrico inglés ponía en duda el diagnóstico de psicosis crónicas (creían que en el desarrollo de esta categoría desempeñaba un papel fundamental la institucionalización del paciente), pero sin embargo aceptaban la existencia de las "psicosis agudas", en las que había que respetar su evolución normal que debía ir hacia la curación. Era suficiente, por tanto, acompañar al enfermo en su "viaje". Laing denominó a este viaje metanoia, palabra griega que aparecía en los Evangelios y que venía a significar "conversión" o "transformación espiritual". En estos viajes metanoicos de las psicosis (que podían ser producidos también por sustancias psicomiméticas como el L.S.D.), se producía una transformación del espíritu, y son "buenos" o "malos" en función de un medio beneficioso o negativo para tales viajes.
La psiquiatría tradicional, que consideraba estos viajes como enfermedades y los trataba como tales, producía la cronificación del cuadro y la aparición de la esquizofrenia. Sin embargo, cuando el medio es favorable, este viaje es un descubrimiento más profundo de uno mismo, con un dinamismo revolucionario beneficioso, es (en palabras de Laing) "un vuelco favorable en la evolución de la personalidad". Estos viajes nos permitirían conseguir la aparición del "Inner Self" (sí mismo verdadero y auténtico), que existe detrás del "False Self" (sí mismo artificial).

El "antihospital": "Más que teorías lo que necesitamos son experiencias, porque la experiencia es la fuente de la teoría." (R. D. Laing)

El movimiento antipsiquiátrico tiene la necesidad de presentar una alternativa terapéutica al conjunto de prácticas clínicas que ferozmente atacaban y frente al hospital psiquiátrico clásico, surge la figura del "antihospital".
En las instituciones psiquiátricas clásicas, el sujeto internado es concebido siempre como "objeto" y no como "sujeto activo" de la comunicación. El enfermo vive en un "panóptico" donde es visto, pero no ve. Este análisis de la institución psiquiátrica (formulado como una concretización capilar del poder dentro de una "sociedad panóptica"), realizado por Foucault y otros autores (Goffman...), aplica el concepto arquitectónico inventado por Bentham en 1791 (que permitía "hacerse dueño de todo lo que pudiese suceder a un cierto número de hombres" y conseguir el control de todas sus acciones) a la sociedad en general y a la práctica psiquiátrica en particular.

A pesar de que podemos hablar de la existencia de un "movimiento antipsiquiátrico" como tal, no deja de ser una corriente muy heterogénea tanto en la teoría como en la práctica, por lo que no podemos exponer el modelo del "antihospital" como un concepto invariable que se repite con las mismas características en todas las experiencias antipsiquiátricas.

VILLA 21

En "Psiquiatría y antipsiquiatría", Cooper analiza su experiencia al frente de "Villa 21", un pabellón para jóvenes esquizofrénicos que creó en un gran hospital del noroeste de Londres, y que fue inagurado en 1962. En este pabellón, los pacientes gozaban de una total libertad, sin normas ni imposiciones, y existía una participación activa de los pacientes en las cuestiones del centro, organizándose asambleariamente junto a los miembros del personal. Se intentó superar "la frontera particularmente amenazante que separa personal y paciente, salud y locura". La selección del personal que trabajó en este pabellón se realizó buscando a aquellos "enfermeros y cabos más jóvenes cuya actitud hacia el trabajo era menos probable que hubiera sido deformada por la institucionalización". Había un encuentro diario de toda la comunidad y varios encuentros grupales con distintos fines (terapias, grupos de trabajo, encuentros grupales del personal...), en donde se intentaba mantener una relación más abierta y participativa con los jóvenes ingresados. Esta relación tan especial entre personal y pacientes producía, en muchos casos, un alto grado de ansiedad en los trabajadores del pabellón, ya que continuamente veían caer los "muros" que los separaban de la locura.
Cooper pensaba que en la institución psiquiátrica tradicional, el personal presentaba una "irracionalidad institucional" (es decir, un conjunto de defensas erigidas contra peligros que son más ilusorios que reales), y que la conducta violenta de muchos pacientes mentales "es directamente reactiva a la restricción física" que se les imponía en tales instituciones.
"Villa 21" fue una experiencia pionera en la que fueron cayendo una serie de prejuicios mantenidos por las prácticas psiquiátricas tradicionales (imposiciones horarias, sexuales, terapéuticas...), pero donde aparecieron otra serie de contingencias, fruto del nuevo tipo de relaciones establecidas (una gran ansiedad en los trabajadores del pabellón, que se veían incapaces de manejar a los pacientes, desorden, falta de apoyo institucional...)
En lo que se refiere al balance final de la experiencia, Cooper expone que sin la aplicación de shocks, con un uso muy reducido de tranquilizantes y con una terapia conjunta de familia y medio, se consiguieron iguales o mejores resultados terapéuticos que con cualquier otro medio.

KINGSLEY HALL

En Junio de 1965, en pleno apogeo contracultural, varios pacientes mentales ingleses organizaron junto a R. D. Laing y otros psiquiatras, una comunidad para ellos y para las personas que se encontraban en un estado de psicosis. Kingsley Hall era una antigua casa londinense situada en el Este, que había servido con anterioridad para otros servicios sociales. La casa podía albergar a unas 15 personas y contaba con unas 20 habitaciones, cocinas salones... etc.
Los fundadores de la experiencia "Kingsley Hall", entre ellos Ronald Laing, Joe Berke, Jerome Liss y Leon Redler, creían en el ambiente de protección y ayuda y favorecían el "viaje" interior de las personas etiquetadas de esquizofrenia.
La experiencia duró desde junio 1965 hasta agosto de 1969 y en la casa vivieron más de cien personas, la mayoría jóvenes esquizofrénicos con estancias variables. El estilo de vida era totalmente comunal, con una estructura de autogobierno, de tal modo que los que estaban mejor ayudaban y cuidaban a los que estaban mal. No existía personal ni se daban medicamentos y eran el ambiente y la atmósfera los que favorecían el viaje interior y la exploración de las contradicciones de la comunicación humana. En la comunidad cada uno pagaba según sus posibilidades, de acuerdo con las necesidades de todos.
Uno de los casos más famosos del Kingsley Hall es el de Mary Barnes, que llegó a convertirse en una auténtica "paradigma" del movimiento antipsiquiátrico. Mary Barnes realizó, ayudada por el psiquiatra J. Berke una larga regresión-renacimiento a lo largo de su estancia: "Eso fue para mí Kingsley Hall, un salto mortal hacia atrás, una ruptura, una purificación, una renovación (...) El yo enterrado, embrollado en la culpa y ahogado en cólera, creció de nuevo, libre de los nudos de mi pasado" (Mary Barnes).
En 1964, R. D. Laing funda la asociación "Philadelphia", que intentaba "proveer y promocionar lugares para que puedan alojarse las personas que sufren o hayan sufrido enfermedades mentales y proveer asistencia económica a los pacientes pobres". En 1970, tras el fin de Kingsley Hall , algunos de los antiguos residentes de esta comunidad deciden formar otras comunidades con semejantes planteamientos (Proyecto Archway) y desarrollan 7 comunidades en el área de Londres.

Antipsiquiatría y política:

"La salud mental, tal y como yo la concibo, es la posibilidad para todo ser humano de comprometerse no solamente hasta el corazón de la locura, sino también en el corazón de toda revolución, encontrando en esta vía una solución a la preservación del Yo." (Cooper)

La antipsiquiatría nació como una lucha dentro de las instituciones, frente a la represión y la violencia que existía dentro de los manicomios. Pero los antipsiquiatras vieron la necesidad de dar un paso más y "salir de las instituciones y de politizar la locura (...) hay que evitar que la locura sea recuperada por el sistema y que sea asesinada como posibilidad subversiva" (Cooper).
Podemos ver el total compromiso político que existía entre los antipsiquiatras ingleses, que veían en el cambio social un factor determinante de su lucha antipsiquiátrica, y que entendían al "loco" no sólo como un posible beneficiario de los cambios sociales, sino como participante activo de las insurrecciones.
En el Congress on Dialectics of Liberation, que tuvo lugar en Londres en 1967, se encontraron Laing, Cooper, H. Marcuse y S. Carmichael, se buscaba "crear una verdadera conciencia revolucionaria uniendo la idealogía a la acción, en los individuos y en las masas, sin rechazar la violencia si fuera necesaria".
La etapa de máximo desarrollo de las ideas y prácticas antipsiquiátricas (años 60-70), coincide con el último gran período revolucionario, en los que los cimientos de todo un sistema se tambalearon. Mayo del 68 y los situacionistas, los movimientos antimilitaristas, los autónomos italianos de los 70 y, en general, todos los movimientos sociales que eclosionaron en esa época, influyeron y fueron influidos por la antipsiquiatría. En 1975 se funda en Bruselas la llamada Red (Réseau) Internacional de Alternativa a la Psiquiatría (Elkaïm, Guattari, Jervis, Castel, Cooper, Basaglia, Bellini...), cuyos principios básicos ilustran perfectamente la conciencia política de los antipsiquiatras: "...Las luchas concernientes a la salud mental deben insertarse en el conjunto de las luchas de los trabajadores por la defensa de la salud y en forma coordinada con todas las luchas de las fuerzas sociales y políticas por la transformación de la sociedad. No se trata para nosotros de obtener tolerancia para la locura, sino de hacer comprender que la locura es la expresión de las contradicciones sociales contra las que debemos luchar como tales. Sin transformación de la sociedad, no hay posibilidad de una psiquiatría mejor, sino sólo de una psiquiatría opresora."

LA ANTIPSIQUIATRÍA EN FRANCIA:

Las ideas antipsiquiátricas tuvieron gran difusión entre los intelectuales franceses en el ambiente de 1968, pero no consiguió cristalizar en proyectos concretos. Se abrieron en esa época algunos lugares de acogida y de libertad, sobre todo en el ámbito de la psiquiatría infantil y juvenil.
Se organizó en París, el 21 y 22 de octubre de 1967, un coloquio sobre psicosis , en el que Laing y Cooper tomaron la palabra y expusieron sus conceptos, Laing sobre la "metanoia" y Cooper sobre los grandes principios de una antipsiquiatría que "renunciaba a todo fin de readaptación" y que tiene como fin "la liberación de aquel que viene a encontrarnos". A pesar de que estas intervenciones levantaron bastante expectación, el entusiasmo no fue general, y H. Ey, junto a otros psiquiatras críticos con las tesis antipsiquiátricas, veía en estas teorías una peligrosa "tendencia psiquiatricida", que no beneficiaba en absoluto a la lucha frente a la enfermedad mental.
Otros autores que debemos destacar son Deleuze y Guattari, que en sus obras "El Antiedipo" y "Capitalismo y esquizofrenia" (1973), analizan la esquizofrenia como "el universo de las máquinas deseantes, productoras y reproductoras" donde los delirios tienen un contenido histórico, mundial, político y racial y son la "matriz general de toda catexis social inconsciente". Propugnan el esquizoanálisis (Psicoanálisis político y social) como alternativa al psicoanálisis tradicional, al que atacan ferozmente, acusándolo de estar al servicio de la ideología burguesa represiva, ya que trata la enfermedad como algo individual que se sustrae de lo social y de los poderes políticos y económicos.

LA ANTIPSIQUIATRÍA EN ESPAÑA:

Las teorías antipsiquiátricas llegaron con cierto retraso a España y a pesar de no adquirir la relevancia que tuvieron estas ideas en otros países, sí que fueron de capital importancia en el desarrollo de la asistencia psiquiátrica, ejerciendo una determinante influencia en la Reforma Psiquiátrica, que recogió (sólo en teoría, como siempre) muchas de las revindicaciones planteadas por los antipsiquiatras.

La reforma psiquiátrica:
Hasta comienzos de los años setenta, la Seguridad Social, o el Insalud, sólo cubría precariamente la asistencia ambulatoria de los enfermos mentales y se resistía a asumir la hospitalización psiquiátrica como uno de sus servicios. Esta función era llevada a cabo por las instituciones manicomiales.
En 1985 se intenta cambiar esta situación mediante las bases que fueron sentadas en el Documento para la Reforma Psiquiátrica y la Atención a la Salud Mental. Este documento indicaba que la Administración Pública debía promover la integración de la salud mental en la asistencia sanitaria general y proponían los siguientes criterios:
• Ordenación de los servicios asistenciales sobre la base de su delimitación territorial.
• La protección de la salud mental en atención primaria.
• La hospitalización psiquiátrica debe evitarse en lo posible, ser abreviada y efectuarse progresivamente en unidades psiquiátricas de los hospitales generales de la red pública.
• Los hospitales psiquiátricos deben disminuir progresivamente sus camas, facilitando la externalización de la mayoría de los pacientes y su reintegración al medio sociofamiliar.

En la elaboración de la Reforma se recogieron, como puede verse, puntos básicos de las ideas antipsiquiátricas, e incluso algunos "antipsiquiatras" participaron activamente en su realización (¿se pasaron al lado oscuro?)
Sin embargo, la Reforma ha recibido duras críticas, ya que se ha orientado hacia un asistencialismo pragmático, dejando de lado la prevención comunitaria y la rehabilitación de los enfermos crónicos.
Desde la óptica antipsiquiátrica, una de las experiencias más relevantes que se llevaron a cabo en España fue la del "Hospital de Día", en la que el psiquiatra Enrique González Duro, junto a sus colaboradores, llevó a cabo un trabajo con una línea paralela a la de otras experiencias comunitarias (Kingsley Hall). Era un centro de día al que los pacientes iban voluntariamente, con unas treinta personas ingresadas, de ambos sexos, con un promedio de edad muy bajo (alrededor de la veintena), que iban allí de nueve y media de la mañana hasta las seis de la tarde. Las decisiones se tomaban comunitariamente (incluyendo tanto al personal como a los pacientes) en una asamblea general, se hacían sesiones de terapia de grupo (repartidos los pacientes en 3 ó 4 pequeños grupos), se llevaban a cabo sesiones de psicopintura, psicodrama, relajación y psicoterapias individuales y familiares. Se proponía que el Hospital de Día fuera un lugar de encuentro, un espacio de verificación de la locura.

BIBLIOGRAFÍA:

Libros:
—J. Vallejo Ruiloba, "Introducción a la psicopatología y al paiquiatría". Ed. Masson.
—D.Cooper, "Psiquiatría y Antipsiquiatría". Ed. Paidós (1967).
—T. S. Szasz, "El mito de la enfermedad mental". Ed. Amorrortu (1961).
—J. Berke, Mary Barnes... y otros: "Laing, Antipsiquiatría y contracultura". Ed. Fundamentos (1973).
—R. D. Laing, "El yo dividido: un estudio sobre la salud y la nefermedad". Fondo de Cultura Económico (1960).
—R. D. Laing, "La política de la experiencia". Paidós (1967).
—R. D. Laing, "Las cosas de la vida" (1976), Grijalbo.
—M. Foucault, "Historia de la locura". FCE (1961).
—M. Foucault, "Enfermedad mental y personalidad". Paidós.
—H. Heyward, "Antipsiquiatría". Ed. Fundamentos (1971).
—Samuel Shem, "Monte Miseria". Anagrama (1991).
—F. Basaglia, "Psiquiatría, Antipsiquiatría y orden manicomial" (con Castel y otros). Barral (1975).
—H. Bloch, "El gran diccionario de la psiquiatría". Pardo.
—Enrique González Duro, "Distancia a la Locura".

Publicaciones:
• Revista "Ajoblanco" (Extra marzo 1978, n.º 17, Dic. 1976, n.º 18, Enero 1977, n.º 20, Marzo 1977, n.º 24, Julio 1977).
• Boletín de Contrapsicología y Antipsiquiatría, "El Rayo que no Cesa". Números: 1 (1998), 2 (1999) y 3 (2000).
• Publicación "Enajenados", Números del 1 al 5.

Correlación de citas:

Cita extraída de la novela de Samuel Shem "Monte Miseria", Anagrama, 1991.

J. Vallejo, "Introducción a la psicopatología y la psiquiatría".

Henriette Bloch, "El gran diccionario de la psiquiatría". Pardo.

D. Cooper, "La gramática de la vida: estudio de los actos políticos", 1974, párrafo copiado vilmente de "El rayo que no cesa", revista de antipsiquiatría y contrapsicología.

M. Foucault, "Historia de la locura en la Época Clásica", FCE, 1991, Madrid.

"Double bind", doble vínculo: En palabras de Peter Sedwick, hablando sobre los trabajos de Laing en el libro "Laing, •Antipsiquiatría y contracultura•", es una expresión que se refiere a un patrón especial de comunicación alterada que se detecta en las familias patológicas, mediante el cual uno de sus miembros se encuentra sometido a un par de vínculos conflictivos, ambos altamente significativos.

R. D. Laing, "El Yo dividido".

D. Cooper, "Psiquiatría y antipsiquiatría".

Mary Barnes, J. Berke, R. Cole... etc. "Laing, Antipsiquiatría y contracultura", 1975, Ed. Fundamentos.

Revista "Ajoblanco: extra antipsiquiatría, Marzo 1978".

Se puede encontrar el texto completo de esta Ley en http://www.ecn.or...

Extraído de la publicación "Enajenados", número 1.

Según Antonucci, "...hasta que no acabe el lenguaje psiquiátrico no habrá diálogo entre los hombres que tenga posibilidad de ser comunicativo" ( Boletín de Contrapsicología y Antipsiquiatría, "El rayo que No Cesa", Número 1, 1998).

J. L. Fabregas - A. Calafat. Política de la Psiquiatría. Ed. ZYX, Barcelona, 1975.

Autonomía Operaria (Autonomía obrera).

Como ejemplo ilustrativo de la situación que se vivía: Ante el incremento de la represión en Italia, una serie de intelectuales franceses (J. P. Sartre, Guattari, Deleuze, Macchioqui ) hacen público un documento de condena contra la represión en Italia, que es contestado duramente por el PCI, que veía en estos actos policiales una salvaguarda de las instituciones democráticas. Es fácil imaginar el cruce mutuo de acusaciones que hubo en las jornadas de Trieste entre los autónomos y los miembros del movimiento antipsiquiátrico vinculados al PCI (como era el caso de Basaglia).

Extraído del artículo "La crisis de la salud mental", de E. González Duro (Psiquiatra), Boletín de Contrapsicología y Antipsiquiatría, "El Rayo Que No Cesa", número 3, año 2000.

La experiencia del Hospital de Día podemos verla recogida en el libro de E. González Duro, "Distancia a la Locura".



JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT

 



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