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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Retos y Concursos / Desafío creativo (sólo para valientes) III - [F:16:12732]


Canon,23.06.2014

Este desafío está pensado para todo aquel que esté dispuesto a poner a prueba su imaginación y su capacidad literaria.


bu¿Cómo participar?/b/u

Cada cuentero que desee participar, deberá proponer abiertamente:

b* Un personaje cualquiera/b (iuEjemplo/u: Un angel, un payaso, una niña pequeña, un chico de veinte años llamado José/i)
b* Un escenario cualquiera/b (iuEjemplo/u: Un barco, el Purgatorio, una caja/i)
b* Un género o subgénero literario/b (iuEjemplo/u: Poesía, Cuento, Terror, Ciencia ficción/i) -obviamente, queda excluida la novela o cualquier género demasiado extenso-

Los aportes pueden tener relación entre sí, o no.

iTened en cuenta que dejar propuesta implica seguir participando a lo largo de todo el desafío/i


buReparto de variables/b/u

Una vez recibidas las propuestas, numeraré los datos al azar.

En los siguientes 3 días, bcada uno de los participantes dará 3 números para escoger un personaje, un lugar y un género o subgénero/b. El primer participante que escoja, podrá hacerlo sobre todos los números disponibles. Los subsiguientes ino podrán repetir los números dados por los anteriores/i. Yo, como organizadora, me quedaré con los que queden al final sin escoger.

En el hipotético caso de que una persona de las que lanzó propuestas no escoja números, publicaré las opciones restantes, y será el primer concursante que comente en el foro quien decidirá los datos con los que trabajaré.


buPublicación de textos/b/u

Cuando se hayan repartido todas las variables, se abrirá un plazo de diez días para bsubir al foro un texto en el género o subgénero literario que le haya tocado, usando el personaje asignado como principal /b–pueden añadirse más- by el escenario asignado como el predominante /b (aunque haya otras localizaciones secundarias).

biSe establece un máximo orientativo y flexible de 1.000 palabras /b/i

Las publicaciones serán abiertas.


buEspacio de Crítica/b/u

Cuando todos los concursantes hayan posteado sus textos, bse abrirá un espacio de crítica, desde el más absoluto respeto y con una perspectiva constructiva/b. En él se valorará y dará opinión libremente sobre qué relatos consideramos que mejor o más fielmente se han adaptado a las premisas y por qué, y se pueden dar consejos sobre cómo mejorar o pulir un escrito. También se puede dar réplicas sobre nuestro propio texto.

Este paso no siempre es sencillo. Sin embargo, bies importante/b(y enriquecedor para los demás) bque todos aquellos que participen en la redacción, también lo hagan activamente en el período de crítica/b/i.


buOtra información/b/u:

buCUPOS/b/u: Se dará un plazo orientativo de dos días para apuntarse al desafío.
El cupo medio de cuenteros por desafío será de 10. A partir de ese número, cerraré la “admisión” de participantes. El máximo número de cuenteros para un mismo desafío será de 13. Si se excede este número antes de que lo cierre, se harán dos grupos iguales, tomando como referencia para dividir a la gente el “orden de llegada”.
El número mínimo de participantes para arrancar el desafío será 5.

buPLAZOS/b/u: Todos los plazos (de participación, reparto de variables y publicación), son orientativos; el reto avanzará al ritmo que se alcance el cupo, finalicen las elecciones y se hagan todas las publicaciones. Esto demanda más atención por parte de los participantes, pero mantiene el desafío dinámico.

buBANDERA BLANCA/b/u: Cuando un cuentero tenga dificultades, sea con el estilo, los personajes, o con todo el conjunto de variables, puede pedir ayuda. Se le pueden lanzar ideas, o ayudarle técnicamente, según lo que necesite, lo que dará lugar a un pequeño taller literario o creativo. En esta sección pueden participar tanto los demás concursantes como otros cuenteros.


 
Canon,23.06.2014

Para dar comienzo al desafío, resumo la primera parte.

Se pide:

* Un personaje
* Un escenario
* Un género o subgénero literario

Hasta el miércoles 25 de Junio inclusive, todo aquel que desee participar puede dejar estos datos en el foro.


iTened en cuenta que dejar propuesta implica seguir participando a lo largo de todo el desafío
/i


Mis propuestas son:

b* Un chamán
* Un jardín
* Epistolar
/b
 
filiberto,23.06.2014
Mamita...yo me animo, jajajjaa.

-un mochilero
-dos canicas
-aventuras
 
filiberto,23.06.2014
me equivoqué, el segundo es escenario.
-un mochilero
-una ruta
-aventuras
 
laber,23.06.2014
*Una mujer
*Una plaza
*Ficción histórica
 
kasiquenoquiero,24.06.2014
Una prostituta.
En un tren de larga distancia.
Relato de Amor no correspondido.
 
Yvette27,24.06.2014
#un fósil
#el desierto
#folklorico
 
Alejandro_1007,24.06.2014
superman
supermercado
romantico
 
Carmen-Valdes,24.06.2014
Calendario
Casa de Campo
Policial
 
Canon,24.06.2014
Muy bien, tres propuestas más y podremos empezar a crear
 
Canon,25.06.2014
No hay más valientes dispuestos a enfrentarse a este desafío creativo?
 
dosenlaciudad,25.06.2014
Yoooooo!!!!

*un narcotraficante
*una habitación cerrada
*cuento
 
Canon,26.06.2014


bQueda cerrado el cupo, esta vez, con 8 participantes. - Iniciamos el reparto de variables /b

Dad 3 números al azar -del 1 al 8- para elegir personaje, lugar y género.

El primero podrá elegir sobre todos los números. Los siguientes, no repitáis lo que han pedido vuestros compañeros anteriores.

 
laber,26.06.2014
personaje 6
lugar 7
genero 8
 
filiberto,26.06.2014
personaje 7

lugar 1

género 4
 
Carmen-Valdes,26.06.2014
personaje 3 - lugar 6 - genero 2
 
filiberto,26.06.2014
¡¡¡¡Esto es como jugar a la ruleta rusa!!!! jajjaaa
 
kasiquenoquiero,26.06.2014
5+5+5
 
Canon,26.06.2014
¡Siento el retraso! Ya estoy aquí.
Por orden:

bLaber/b:

iPersonaje 6:/i Una mujer
iEscenario 7:/i Casa de campo
iGénero 8:/i Cuento
 
Canon,26.06.2014
bFiliberto/b:

iPersonaje 7:/i Narcotraficante
iEscenario 1:/i Un tren de larga distancia
iGénero 4:/i Relato de amor no correspondido
 
Canon,26.06.2014
bCarmen-Valdes/b:

iPersonaje 3:/i Una prostituta
iEscenario 6:/i Una habitación cerrada
iGénero 2:/i Policial
 
Canon,26.06.2014
bKasiquenoquiero/b:

iPersonaje 5:/i Un mochilero
iEscenario 5:/i Una plaza
iGénero 5:/i Folklórico
 
Alejandro_1007,26.06.2014
1/2/2
y a ver que sale
 
Canon,26.06.2014
Quedan por elegir variables: bYvette27, Dosenlaciudad y Alejandro_1007/b

Están disponibles:

iLos personajes: 8, 4, 1, 2.

Los escenarios: 3, 2, 8, 4.

Los géneros: 6, 1, 7, 3.
/i
Yo me quedo con los parámetros que queden sin elegir
 
Canon,26.06.2014
bAlejandro_1007/b: El género "2" ya está adjudicado, es de Carmen-Valdes, Policial. Necesito que me des otro número para el género. De momento, te dejo las otras dos variables:

iPersonaje 1:/i Un chamán
iEscenario 2:/i Una ruta
 
Yvette27,27.06.2014
elijo 8 8 7 gracias por la ayuda

8 8 7
 
Alejandro_1007,27.06.2014
A ver el 1....
 
Canon,27.06.2014
De nada, Yvette. ASí quedan tus variables:

bYvette27/b:

iPersonaje 8:/i Un fósil
iEscenario 8:/i Un supermercado
iGénero 7:/i Ficción histórica
 
kasiquenoquiero,27.06.2014
¿qué es un tema Folklórico?
 
Canon,27.06.2014
bAlejandro_1007/b, el género 1 corresponde a Romántico. Así pues, tus variables son:

iPersonaje 1:/i Un chamán
iEscenario 2:/i Una ruta
iGénero 1:/i Romántico
 
Canon,27.06.2014

bKasiquenoquiero/b, lo siento, no había visto tu pregunta. El folklore es la forma de expresión cultural de un pueblo: costumbres, historia, cuentos o leyendas de transmisión oral, música, superchería,… incluyendo las tradiciones de dicha cultura o subcultura. Por ejemplo, los Grimm con sus cuentos trataban de recopilar esa tradición oral, ese folklore de la Alemania del siglo XIX. Los cuentos folklóricos son anónimos y de tradición oral. Quizás puedas reflejar esa forma de narrar cuentos en tu escrito…


***** *****

bDosenlaciudad/b, puedes elegir entre:

Personaje: 2 y 4
Escenario: 3 y 4
Género: 3 y 6


Lo que no elijas tú me lo quedo yo y empezamos
 
kasiquenoquiero,27.06.2014
Gracias Canon dame tiempo, que tengo que empaparme del tema.
Un abrazo.
 
Canon,27.06.2014
Tómate tu tiempo. Espero haberte sido de ayuda.
 
carmen-valdes,27.06.2014
Estoy muy nerviosa, espero hacerlo mejor esta vez, sin embargo, quiciera hacer un comentario: me parece que no todos están cumpliendo con el espacio para la crítica que es muy enriquecedora.
 
Canon,27.06.2014
Carmen-Valdes, no te pongas nerviosa, estamos entre amigos y compañeros, y venido aquí a lo mismo: a crear y aprender juntos, a azuzar nuestra inventiva y a mejorar en lo posible, así que, tranquila

En cuanto al espacio para la crítica, lo deseable es que todos los participantes nos tomemos un tiempo en leer y aportar nuestras críticas de forma respetuosa y constructiva, ya que es enriquecedor para todos y puede ayudarnos a mejorar o impulsar nuevas ideas.
 
Canon,29.06.2014

Vamos a empezar mientras bDosenlaciudad/b aparece para elegir variables. Si el día 1 seguimos sin noticias, pediré que alguno de los participantes escoja número entre los parámetros que quedan para que yo desarrolle mi relato.

bDesde hoy, y hasta el miércoles 9 de Julio (como fecha tope), podéis empezar a publicar vuestros textos en el foro. No olvidéis ponerle título a los relatos e incluir vuestras variables al inicio o al final, para facilitar la crítica posterior./b

Y para aquellos que tengáis dificultades con las variables, ya sabéis que se puede izar la bandera blanca.
 
filiberto,29.06.2014


Personaje 7: Narcotraficante
Escenario 1: Un tren de larga distancia
Género 4: Relato de amor no correspondido


Como agua de río


Tremendamente bonita y frágil, para que el guarda se preocupara de pedirle otra cosa, que no fuera el boleto de ida y por una cuestión estrictamente imprescindible. Ni se le hubiese pasado por la cabeza recordar que, junto al boleto, la empresa exigía constatar, a través de la verificación del documento, la identidad del pasajero. La joven meneaba como ninguna el gracioso culito y lo único que se le ocurrió al empleado, fue ayudarle a subir los petates y acompañarla hasta la clase turista.
Dos inocentes pestañeos, le bastaron para regresar más tarde, por si necesitaba algo y para preguntar, si le resultaba cómodo el viaje.
Meiri da Silva, no se explicaba cómo, aquel adorado gigante rubio, que conoció en la discoteca, había sido capaz de fingir tan bien. Se había acostado con ella al segundo mes de conocerla, luego de haber conseguido que le tuviera confianza ciega. Sin más, enamorada perdidamente, se había dejado llevar, como agua de río, por las ensoñaciones del amor adolescente.
También como agua de río, había subido al ferrocarril, aquel sofocante mediodía de lunes, en Brasil, Corumbá, su ciudad natal, con destino a la localidad boliviana de Quijarro.
Veintiuna horas la separaban del arribo, de modo que decidió acomodarse para disfrutar del paisaje. Un recorrido que sabía difícil por lo azaroso del camino, la precariedad de los vagones y lo rudimentario de los servicios.
Dos historias le habían contado acerca del tren. Una, que hace algunas décadas, en estos mismos vagones, se trasportaba enfermos de fiebre amarilla, muchos de los cuales, murieron antes de llegar a destino y la otra, la que afirma que, en una trayectoria tan larga y accidentada, todo viajero que sube en él, en realidad desea quitarse la vida.
Quitarse la vida era lo que había querido hacer Meiri, cuando se dio cuenta de que era una chica abandonada, que había dejado de creer en el amor y en la palabra de los hombres.
Los primeros meses de relación fueron brillantes. Había descubierto el goce del sexo y el vértigo de una vida, diferente a la vivida, dentro de las costumbres pueblerinas en las que se había criado.
Conoció a mucha gente nueva, participó de fiestas inolvidables a las que, poco a poco, se fue incorporando, de la mano de su amor. La repetición de los viajes en su maravillosa compañía, la alejaron, sin demasiada culpa, de los estudios y de su familia. El sentimiento era tan grande como el futuro luminoso, que preveía junto al amor de su vida. La marihuana primero y luego el consumo de otras sustancias, fueron solo un escalón para la conquista de la tierra prometida.
El traqueteo del viejo y sobrecargado tren, casi impide que escuchara, la voz imperativa de la obesa mujer:
-¡Señorita! ¡Señorita!- Abrió los ojos alejándose con dificultad de los recuerdos. No estaba segura de que fueran ciertos o fueran un sueño estremecedor, que la acosaba cada noche y que le impedía dormir, a no ser que se ayudara con grandes dosis de ansiolíticos, conseguidos a fuerza de condescender favores.
-¿Necesita agua? -¿Agua?, Sí, me quedan dos botellitas, ¿las quiere? El polvo que se levantaba entre los pasajeros por el paso de los vendedores, la ropa colorida, los bultos que, fuera de los buches para maletas, llevaba la gente; el olor penetrante del cerdo guisado, de las verduras frescas, que se vendían dentro mismo del vagón, los quesos, la algarabía que producían los que hablaban a los gritos, no le impidió notar la dudosa calidad del agua embotellada, en forma casera, que le ofrecía la improvisada vendedora. Tenía la boca demasiado seca y sabiendo de la inexistencia de salón comedor, donde aprovisionarse del preciado líquido, se apresuró a comprar las dos unidades ofrecidas.
El asiento del tren, de madera dura, rígido en sus noventa grados, comenzaba a endurecer su espalda, sin embargo no dejaba de maravillarse, de la cantidad de niños ofreciendo arroz con carne roja o pollo y agua envasada por ellos. Se trepaban, cada vez que la estructura se detenía en las estaciones y con llamativa facilidad, luego de vender sus productos, saltaban del tren en movimiento, sin ninguna precaución.
Entre comida y comida que probaba, sin pensar demasiado, en las consecuencias que podrían traerle a su organismo que, de hecho, evidentemente no solo eran sabrosas sino para nada dañinas, volvía a sus ensoñaciones y a sus recuerdos, apoyada la cabeza, sobre el vidrio de la ventanilla semi- abierta.
El calor era agobiante y el viento que se colaba sin pudor por las rendijas del tren, no alcanzaba a refrescarla ni a evitar el mal olor que llegaba de los baños.
Todo había transcurrido asombrosamente rápido. El amor, los viajes, el conocer a aquellas personas importantes, el lujo, un cauce encerado y vertiginoso del que no quiso, ni hubiera podido abstraerse, a menos que hubiese tenido el espacio suficiente, que le hubiera permitido pensar a tiempo.
El guarda pasaba de vez en cuando y la miraba con ojos pícaros, mientras trataba de despertar, a la gente que dormía en el piso mugriento, obligándolos a levantarse y a quitar del camino, sus molestas vasijas cargadas de mercadería.

Al atravesar la zona de pantanos, maldijo no haber traído repelente de mosquitos y se extrañó, de que no hubiese aparecido un vendedor que se lo ofreciera. Protegió su frente con un pañuelo. No conseguía recordar en qué momento, la habían obligado a tragar los globos de látex, conteniendo la mercancía que debía entregar llegada a destino. No conseguía recordar en qué momento, habían empezado los dolores espantosos de estómago ni pudo evitar que la gente que la rodeaba, no advirtiera sus estertores y gemidos.
Los gritos de alerta al guarda no demoraron. Cuando el hombre consiguió atravesar la barrera de bolsas y de personas de pie, apoyadas contra los asientos, Meiri, ya tenía el rostro lívido y la boca retorcida. No pudo responder a los insistentes llamados…no pudo.



 
Yvette27,29.06.2014
bFósil
supermercado
ficción histórica./b

El supermercado de los fósiles

Si van a Copenhaguen me podrán ver en el Museo de Ciencias Naturales al que siguen llamando “el supermercado” porque fue construído en el terreno donde durante años hubo uno. Aquí lo único que se vende son recuerdos, nuestras fotografías, o los libros que cuentan nuestras historias.

Me trajeron al museo hace poco y soy el dinosaurio más antiguo descubierto hasta ahora.
Estuve vivo hace siglos y siglos cuando era el tiempo del principio del tiempo. Me separan de vosotros los hombres, años y años luz, millones de millares de años. Los humanos creen saber todo sobre el cosmos y su creación, cuando realidad no saben más que lo que conoce del desierto un granito de arena.
Mi memoria permanece intacta a pesar de la rigidez de mi cuerpo. Dadas mis dimensiones me ubicaron en el centro de un enorme espacio abierto de este antiguo supermercado de la ciudad. Mido seis metros, estoy parado sobre mis cuatro patas , y me mantengo erguido gracias a una armazón metálica.
Modestia aparte, soy el mejor ejemplar del lugar.

Un hombre me encontró cuando estaba terminando la excavación de un terreno en la Patagonia. El foso debía ser muy profundo porque iban a construir allí cuatro niveles de estacionamento subterráneo. El sujeto trabajaba con una máquina muy parecida a mí de joven. Cuando la pala del guinche sacó al exterior la mitad de mi mandíbula, el humano gritó aterrorizado dando la alarma. Los detalles los conocen por las noticias del diario. Lo que a lo mejor no conocen es la historia del fósil de la pareja que está también en este museo y que fue encontrada en Siberia durante la campaña en Rusia de Napoleón en 1812. Los soldados trataban de cavar una trinchea en el hielo para repararse de los vientos glaciares. A unos metros de profundidad los picos dieron contra los esqueletos de un hombre y una mujer que estaban tan solidificados entre si que formaban un solo cuerpo.
A esos amantes, la muerte no consiguió separarles.

Los soldados temían ser castigados por haber profanado una tumba y recubrieron los restos sin tocarlos. La idea de la venganza del fósil surgió después, a causa de los calamitosos resultados de las batallas. Los soldados de la Grande Armada luchaban, más que contra el enemigo, contra la escasez de las provisiones, las distancias inmensurables y la inclemencia del tiempo.
La noticia del hallazgo del fósil se divulgó entre los combatientes y lo que al principio fue acogido como un rumor desprovisto de veracidad, durante la desastrosa retirada de las estepas rusas, la idea de la venganza del fósil tomó vigor y alimentaba la mente de los soldados en sus momentos de agonía y muerte. Todos temían convertirse en fósiles congelados durante siglos, en ese enorme océano helado

No sé cuándo trajeron a la pareja al museo, porque soy el último llegado e ignoro muchas cosas, pero me iré enterando. Sabré hasta los detalles de la proveniencia de las hojas fósiles y de la trayectoria de los caracoles incrustrados en las piedras porque un pájaro que anidó en una cuenca de mis ojos, me pone al día con las historias de los ocupantes del supermercado en pago de mi hospitalidad.

 
kasiquenoquiero,02.07.2014
Kasiquenoquiero:

Personaje 5: Un mochilero
Escenario 5: Una plaza
Género 5: Folklórico


El hombre alto.


Erik, fornido ejemplar nacido en el norte de Europa, un buen día decidió que era hora de ver mundo. Ni corto ni perezoso tomó su vieja mochila, echándose a la carretera. Anduvo con peor suerte y las muchas con mejor suerte, por esas calzadas del viejo continente haciendo auto-stop. Sus experiencias fueron gratas para su enriquecimiento personal, trabajó para pagarse su manutención y hospedaje. El sur le atraía. Su país siempre entre brumas y lluvias, no le permitía ver muy a menudo al astro rey. Conforme se acercaba a la meridional nación que conformaba la península Ibérica, su piel blanca empezaba a perder esa palidez propia de su raza. Conoció a un sinfín de personajes, variopintos lugareños, extraños y pequeños pueblos, en donde el tiempo no existía, en el cual las prisas no eran necesarias.
Llegó a la punta de la península. Allá a lo lejos la majestuosa áfrica, se divisaba entre la espuma del océano estrellándose en sus costas formando una formidable postal. Meditabundo y ensimismado contemplada el apacible paisaje. La noche con una majestuosa luna llena, iluminaba lo suficiente para ver los contornos del panorama.
Un frenético chapoteo acompañado de gritos desesperados, lo sacaron de su idílico estado de paz. Entre las olas de un océano algo picado, divisó a una mujer que luchaba por su vida.

Aluna caminaba por el desierto sahariano, atrás dejó todo cuando quería. La vida no valía nada en su país natal. Los hombres del poblado a menudo contaban fantásticas historias de un país lejano más allá del desierto, en donde la gente podía comer todos los días, no había guerras y la abundancia era tal que tiraban la comida. Ella con disimulo bebía de lo que decían, “los mayores nunca se equivocan” pensaba Aluna. Una mujer valiente con determinación de dejar la miseria, no se lo pensó más.
Su marido murió a manos de una tribu enemiga. Ella embarazada lo vendió todo. Toda su dote, que tanto sacrificio tuvo su padre que hacer, para que su querida hija se casara con el mejor cazador de la aldea. Sus preciadas cabras, su choza con tejado de paja y paredes de barro, que tanto trabajó le dieron a su familia... y su asno que tanto quería, pero el prometedor futuro para su posterior hijo podía más que, todos los sacrificios y más si fuera necesario.
Los traficantes de personas eran implacables, poca agua, poca comida y siempre desplazándose a pie. Su destino, la cuidad de Tánger. Nido de víboras, policías corruptos, administración mal pagada, por un gobierno que miraba para otro lado. Tuvo que pasar por increíbles calamidades, todo por un futuro mejor, todo por su hijo. Las penurias aumentaban a razón de su vientre, pero ella implacable, constante, con una valentía propia de una amazona gritaba en silencio. Nadie, de la colla de desgraciados, nunca se dieron cuenta del sufrimiento, de aquella mujer de color ébano en avanzado estado de gestación. Ella, orgullosa provenía de una estirpe de duros y vanidosos guerreros, donde la palabra miedo no existía.

Los embarcaron a todos en una lancha neumática, con motor fuera borda. Varios litros de agua, y gasolina estimada para el traslado hasta la península. El viaje según sus negreros duraría unos pocos días. Todos hacinados sin apenas moverse. Los días pasaron, las noches lo peor. Ronquidos, malos olores, toses, esputos y rechinar de dientes por el frío y humedad del implacable océano. Ella gorda como un barril aprovechaba las horas nocturnas, para hacer sus necesidades en una lata comunitaria. Una sucia y raída cortina daba algo de intimidad, siempre le tocaba vaciarla, si no quería coger una infección. Los días fueron más largos de los prometidos, el agua ya se terminó y los alimentos estaban podridos. La enfermedad fue causando bajas entre los hombres, cada noche los que con fuerzas se encontraban tiraban por la borda a los desgraciados. Aluna se aferraba a la vida con uña y dientes. “Ya falta poco, ya se ve algo de costa”, se decía dándose ánimos. Pensando en su hijo, en el paraíso que le esperaba. Todo ello la alimentaba.

Nubes preñadas de agua, negras como la boca del infierno cubrieron todo el cielo. Relámpagos iluminaban la noche. La endeble embarcación se movía al capricho de las tremendas olas. Gritos, llantos desesperación se oían entre los desdichados.
Sin saber cómo Aluna acabó aferrada a los restos del bote hinchable, apenas daba soporte para que no se ahogara. Iba a la deriva, sus compañeros de viaje flotaban inertes a su alrededor. Llegó la noche, sus fuerza menguaban a gran velocidad. Su mente le jugaba malas pasadas, haciéndole ver lo que no existía, para luego delirar llamando a su madre.
Cuando ya pensó en el final, divisó una gran silueta en la playa. Gritó con todas las fuerza que puedo reunir.

Erik raudo se metió en el mar, era tan grande y robusto que tardó mucho en que el agua le cubriera. Alcanzó a la desdichada y en un alarde de excelente deportista, la llevó hasta la orilla.

Muchos años más tarde en una aldea del centro del África negra. En la plaza de tierra batida de un poblado indígena, a la sombra de un gran árbol. Erik estaba rodeado de niños de color de ébano, que concentran sus miradas y oídos a lo que el gran y viejo guerrero les estaba contando.
—Entonces… vuestra bisabuela fue salvada por ese hombre alto venido del norte. La ayudó a parir allí mismo en la arena. Ella en agradecimiento le prometió que el pondría su nombre al niño… —Erik hizo una pausa. Una lágrima asomó al recordar a su madre, que supo salir adelante, darle una buena educación, y nunca renegó de su glorioso pasado hablándole de su pueblo. Él le prometió que una vez jubilado, volvería a su tierra— ¡Abuelo, abuelo! ¿Cómo sigue la historia? —repitió al unisonó la chiquillería. Erik se repuso, diciendo— Mira a tus hermanos-as y primos-as, la historia acaba en todos vosotros.
Fin.
J.M. Martínez Pedrós.







 
Canon,02.07.2014
Dado que Dosenlaciudad no aparece, pido que uno de los participantes elija por mi los números con los que he de trabajar entre los siguientes:

Personaje: 2 o 4
Escenario: 3 o 4
Género: 3 o 6

Gracias de antemano
 
kasiquenoquiero,02.07.2014
2+3+3
Suerte.....
 
Canon,02.07.2014
Muchas gracias, bKasiquenoquiero/b, por ser la mano inocente.

Mis variables, pues, son:

Personaje 2: Superman
Escenario 3: Un jardín
Género 3: Aventuras


Gracias nuevamente.
 
carmen-valdes,02.07.2014
Personaje 3: Una prostituta
Escenario 6: Una habitación cerrada
Género 2: Policial

Guisselle
Enero 10, 2011
La despertó el rancio olor de la cerrada habitación, no había sonidos cercanos que le indicaran la ubicación del lugar, trató de moverse pero sus acalambrados miembros le hicieron gemir de dolor, estaba atada a un poste de madera y sentía mucha sed. Los recuerdos golpearon como flashes en su cabeza adolorida. Recogían las redes con su padre, le ayudaba ese día porque su socio estaba enfermo, el viejo bote crujía con el vaivén de las olas, amontonaban ordenadamente la fuerte malla, después se embarcarían y la lanzarían en mar abierto. A pesar de los guantes recordaba el dolor en las manos. Debían ser las 7 de la tarde, el ocaso iluminaba majestuoso el horizonte ondulante, a las 8 su madre les serviría la cena.

Un lanchón llegó por proa hasta donde ellos se encontraban y tres hombres bajaron, se acercaron a su padre y sin mediar palabra le golpearon en la cabeza, a ella con rapidez le taparon la boca ahogando su grito de auxilio y la subieron a rastras a la embarcación, cubriéndole la cabeza con un fétido saco. Trató de defenderse pero todo se puso negro.

El ruido en la cerradura le puso en alerta, una mujer mayor de aspecto vulgar, Se acercó a ella y la hizo beber de una botella con agua, mientras le hablaba casi con ternura pidiéndole que estuviera tranquila. El ruido del motor y el movimiento le hizo comprender que estaban en el fondo del lanchón que había visto llegar a la caleta, pensó en su padre y no pudo contener los sollozos, la mujerona le acarició el cabello para que se calmara. Luego la soltó y le puso un plato en las manos de arroz y un trozo de pescado hervido y la dejó orinar en un tarro viejo de pintura.

Enero 15, 2011
Después de una larga travesía los motores se detuvieron, el lugar olía cada vez peor, la mujer abrió nuevamente la puerta y luego de taparle la cabeza, la llevó a la cubierta del bote donde había personas esperando. La hicieron avanzar por un grueso tablón que las hacía de puente hasta una embarcación mayor, donde tuvo que bajar por una escalerilla a tientas sujeta por unas manos que parecían tenazas. La dejaron en el piso, le quitaron el saco de la cabeza y salieron sin mediar palabras. Gritó desesperada pero nadie acudió en su ayuda. Después de horas encerrada en ese lugar oscuro y casi sin oxigeno, la sacaron en andas de allí y la llevaron a un camarote de lujo, le quitaron las ataduras y una hermosa mujer de origen chino le señaló una bañera perfumada con sales y espuma y un vestido y zapatos de tacón, luego del baño, ella misma la maquilló y la peinó. Le hablaba al oído todo el tiempo, pero Daniela no entendía sus palabras. Finalmente le puso unos aretes y un collar y le mostró su figura en el espejo. Se quedó pasmada ante la belleza del reflejo, la mujer le seguía susurrando cosas que no entendía, pero por sus gestos entendió que quería que apreciara el trabajo que había hecho. La tomó de un brazo y la guió hasta un salón del inmenso barco, allí un gran grupo de chicas esperaban junto a un hombre, que le habló en español.

- Tu nombre es Gisselle de ahora en adelante
- ¿Pero qué hago aquí?
- No te hagas la estúpida y será mejor que te portes bien, ya murió tu padre no esperes que le hagamos lo mismo a tu madre y a tu pequeño hermano.
-
Una de las chicas le dijo al oído que la primera vez sería complicado pero que se acostumbraría. El Salón comenzó a llenarse de gente, la mayoría varones, vestidos elegantemente, en la medida que entraban elegían a algunas de las muchachas, una orquesta emitía los sones de una alegre música, camareras entregaban bebida, cigarrillos y drogas, en bandejas de plata. Arriba, hombres armados vigilaban la cubierta

Luego de un rato, el hombre la llevó hasta una especie de tarima y tomando un micrófono, la ofreció a los presentes: “Esta es la bella Gisselle, de 15 años, VIRGEN… el que la quiera esta noche debe purgar por ella”. Intentó correr pero el hombre la abrazó con fuerzas por la cintura y le recordó al oído la vida de su madre y su hermanito menor.

Esa noche se convirtió en Gisselle, una meretriz mas en ese yate de lujo, abusada por el que mejor pagó por ella, una esclava ofrecida al conspicuo postor.

Marzo 20, 2011
La noticia corrió por el pueblo, el rapto de Daniela y las heridas que tuvieron a su padre en peligro de muerte por casi un mes, sin embargo antes de caer inconsciente el hombre logró dar toda la información que recordaba a la policía. El Comandante de fuerzas especiales de la policía se contactó inmediatamente con la armada para que le ayudaran a detectar con sus radares el lanchón descrito por el pescador, pero no lograron encontrarlos y ya habían pasado dos meses.

- ¡Maldita sea! –exclamó furioso el Comandante - No puedo dejar que escapen de nuevo, ya son casi 10 muchachas en el último año y estos infelices no dejan ni un rastro…
-
Había agregado la foto de Daniela al set que poblaba la pizarra de su oficina sintiendo lástimas por esas niñas y sus familias, la mayoría pobres, sin educación ni recursos para invertir en abogados y procesos. Pero él no se detendría, buscaría hasta el final. Había seguido pistas por toda la costa desde Enero, pero no habían vuelto a ver el lanchón desde el último secuestro.

El teléfono lo sacó de sus pensamientos.

- Comandante, la embarcación que busca está en Bahía Corderito, dos hombres han bajado a comprar provisiones, ¿qué hacemos los tomamos detenidos?
- ¡No! les avisaré a la guardia costera la posición exacta para que su radar nos indique donde llevan a las niñas. Esta vez no podemos cometer errores!
- Nos prepararemos entonces y esperaremos su orden señor
- Si sargento, le avisaré, tenga las embarcaciones listas, también pida helicópteros y personal médico.

Marzo 23, 2011
Después de dos meses se entregó a su suerte, su cuerpo vejado, su dignidad convertida en guiñapo, quebrada su voluntad, bebía todo lo que le ofrecían para no pensar, para no sentir, para olvidar quien había sido y sobre todo quien era ahora, una prostituta, solo que el pago lo recibían sus captores.

Una noche en que el yate ofrecía otra de sus fiestecitas a sus distinguidos visitantes, Gisselle bailaba con un hombre que la fue arrastrando hasta un rincón, a pesar del tiempo que llevaba en el barco, cada vez que alguna de esas bestias la tocaba, las náuseas la dominaban, el tipo le susurró al oído:

- Tu padre está vivo, hizo la denuncia pero nos costó mucho encontrar este barco
- ¿Mi padre está vivo? ¿Mi madre y mi hermano están bien?, pero ellos dijeron que lo habían matado…
- ¡Calma! tu familia está bien, tu padre aún en el hospital, pero sanará. Soy policía, mis hombres están esperando mi señal para abordar, pero debes guiar a las otras chicas.
- Tengo miedo – dijo Gisselle con un hilo de voz - sus familias también están en peligro, prefieren sacrificarse en esclavitud a ponerles en riesgo.

El Comandante de fuerzas especiales de la policía le acarició el cabello, pensó en sus hijas que tenían casi la misma edad, llevaba meses en busca de estos tratantes de blancas, no quería exponerlas, su deber era salvarlas.

Siguió bailando con ella hasta quedar en un rincón menos iluminado, esperarían hasta cuando el alcohol y las drogas hicieran efecto en los visitantes. Las chicas se esconderían en la bodega, era un lugar pequeño, pero tenía una sola entrada y podrían defenderse.

Marzo 24, 2011, 4 AM
Thomas y su mujer Ju-Mei, sacan cuentas de sus jugosas ganancias de los últimos meses, pero requerirán de otra virgen. Sus clientes acuden a ellos para satisfacer sus fantasías, pero les complica el último pedido, la suma que les pagarán supera con creces sus dudas, el ricachón quiere una niña de menos de 10 años. Sus hombres habían salido toda la semana para localizar la adecuada y en unos días la tendrían.

Ríen felices y se besan… gritos y disparos que llegan de las salas de fiesta hacen que Thomas busque su arma, el Comandante y dos uniformados aparecen en la puerta del camarote principal apuntándoles con sus rifles automáticos, les gritan que se tiren al suelo, pero Thomas dispara su pistola y pone a su mujer de escudo, pero el disparo de uno de los policías los hiere a ambos. Abajo, Gisselle ha reunido a las chicas en la bodega y se tapan los oídos, aterrorizadas esperando que termine la refriega y que los vencedores sean quienes vienen a salvarlas.

Agosto 30, 2011
Daniela trata cada día de olvidar lo que sucedió, su madre debe acunarla en las noches como cuando era un bebé para que duerma tranquila y aún así despierta gritando. Hace un mes que recién se ha atrevido a salir nuevamente de casa, hoy de la mano de su hermanito, esperan el regreso de su padre en la playa, para llevar las primeras merluzas que serán la cena de esa noche, se pone las manos en el vientre, mientras que el pequeño inocente que la habita, le patea la abultada barriga.
 
dosenlaciudad,02.07.2014
una gran disculpa por la tardanza, asumo que mis variables son (si aun sigo en la dinámica):
Personaje: 4
Escenario: 4
Género: 6
 
dosenlaciudad,02.07.2014
una gran disculpa por la tardanza, asumo que mis variables son (si aun sigo en la dinámica):
Personaje: 4
Escenario: 4
Género: 6
 
Canon,02.07.2014
Dosenlaciudad, no te preocupes, sigues en la dinámica si quieres. Lamento que hayas tardado por el hecho de que no has tenido posibilidad de elección, y te quedan unas variables que, personalmente, me parece la combinación más complicada:

iPersonaje 4: Un calendario
Escenario 4: El desierto
Género 6: Epistolar
/i
Un saludo y suerte
 
laber,02.07.2014
bEuskal Herrian/b

El 3 de febrero de 1972, no es solo un día caluroso de verano, es también un día de alegría inconfesable para Adelina Elizalde, la sesentona que observa el paso demorado del coche fúnebre. Su luto no se debe al cadáver que transita bordeando la laguna rumbo al cementerio. Viste de negro por el hombre que le pertenecía y que la muerta le robó con descaro.

María Zulma khalil era una hermosa adolescente de cabellos negros, tez blanca, enormes ojos oscuros y una simpatía desbordante. Bastaba que alguien le dirigiese la palabra para recibir de ella una sonrisa de respuesta. Tenía 17 años cuando sus padres la obligaron a casarse con Francisco Mainero, un solterón sexagenario, rico y eterno novio de la señorita Elizalde.

La boda fue un acontecimiento. En el salón de fiestas del Club de Pelota, agasajaron la familia, los amigos y las personalidades de la ciudad. Entre los invitados se encontraba Daniel Olmos, un excompañero del bachillerato secretamente enamorado de la muchacha.

El matrimonio se mudó a la estancia "Euskal Herrian" a unos siete kilómetros de Chacomús. Zulmita se convirtió de un día para el otro, en ama y señora de un caserón vecino a la laguna. Allí viviría el resto de sus días.
No faltaron rumores mal intencionados que hablaban de "confinamiento" en el casco de la estancia. Si bien es cierto que Francisco "compró" una esposa, no es menos cierto que la colmó de ternura. Para encadenar a un hombre que podía disponer de todo y, hasta romper su compromiso con la hermana de un amigo, María Zulma, debía ser para su esposo mucho más que un cuerpo atractivo y sensualidad bien dispuesta.

El matrimonio estaba signado por la desgracia. Habían festejado el primer aniversario de casados cuando Francisco sufrió un infarto. Tuvieron una hija que murió a los 3 años de meningitis. Quedó nuevamente encinta y su segundo hijo falleció a los pocos días de nacer. Por entonces, Mainero continuaba con problemas de salud. El dolor profundo sufrido por la pérdida de su hijo, dio origen a una depresión aguda que lo llevó al suicidio.

Esa joven viuda de 24 años y dueña de 5000 hectáreas de campo, era la mujer más rica, codiciada y asediada de Chascomús. Entre sus numerosos festejantes estaba Daniel Olmos; ahora tendría una oportunidad. Con la excusa de guardar luto, atendía simpática a todos, sin dar esperanzas a ninguno.

Una tarde volviendo de la ciudad, se desató un temporal que oscureció el cielo. El chofer perdió la huella y detuvo el automóvil. De entre las sombras apareció un jinete. Se acercó diciendo i"Allí está la casa, que es suya, señora"/i. Este caballero resultó ser el teniente Ruben Mendizábal, sobrino del dueño de un campo vecino. Zulmita, una tía que la acompañaba y el chofer, se guarecieron en la vivienda hasta que pasara la tormenta. Quedó impactada de la educación y la amabilidad de este joven que no conocía.

La amistad que nació entre ellos, al poco tiempo se convirtió en un amor apasionado. Los rumores del idilio llegaron a oídos de Daniel, el frustrado pretendiente. Sería de boca de la muchacha de la cual escucharía la confirmación de su relación con el militar y el rechazo terminante a sus propuestas amorosas.

Zulma Khalil organizaría una reunión de familia y amistades en "Euskal Herrian" para anunciar su compromiso matrimonial con el teniente Ruben Mendizábal. Desde ese momento, comenzaría su calvario. Sufrirá el acoso incesante del despechado Daniel. Si bien esta situación le preocupaba y no la olvidó, dejó de pensar en ella.
Durante semanas estuvo atareada con los preparativos del acontecimiento, y paralelamente, trabajando en la comisión de festejos para la inauguración de una escuelita rural en su estancia.

La mañana del 2 de febrero, un día antes del compromiso, se despertó sobresaltada. Daniel, a los gritos, pretendía que lo atendiera. Celoso por su decisión irrevocable, decidió ir hasta "Euskal Herrian" y hablar con ella. Zulmita rogó a su tía que lo despidiera con cualquier excusa.
Ante la insistencia del enamorado accedió y dispuso que la esperase en el escritorio. Bajó al comedor vestida de blanco, cruzó el jardín a tranco largo y entró en la oficina. Una vez allí, entre sentencias y reclamos, él preguntó:
i¿Te casás con el milico o te casás conmigo?/i
Exaltado, sin siquiera escuchar la respuesta, saco un arma y gritó:
i¡O te casás conmigo o no te casás con nadie!/i
Aterrada, abrió la puerta y escapó al jardín. Allí recibió un tiro por la espalda. Enloquecido, el asesino se disparó en la boca con el mismo revolver que acababa de matar a su amor imposible......
La historia no termina aquí...; pero comienza la leyenda.

En Chascomús se cuenta:
iSi en los atardeceres de verano, se deja un pañuelo en la bóveda de la familia Mainero, a la mañana siguiente aparecerá húmedo de lágrimas. Y que la noche de los 2 de febrero, se puede ver corriendo por el jardín del casco de la estancia "Euskal Herrian", una llorosa mujer vestida de blanco./i
 
laber,02.07.2014
Me faltaron:

Personaje 6: Una mujer
Escenario 7: Casa de campo
Género 8: Cuento
 
Canon,08.07.2014
Faltan los textos de bAlejandro_1007/b, bDosenlaciudad/b, y el mio. Deberán postearse en el foro antes de mañana. Una vez estén todos los relatos, abriremos el periodo de crítica, en el que Es importante que utodos/u participemos, dando nuestra opinión y haciendo crítica constructiva de los relatos presentados.
 
Canon,08.07.2014
iPersonaje:/i Superman
iEscenario:/i Jardín
iGénero:/i Aventuras

b
Las aventuras de Superman/b


«¡No es un pájaro! ¡No es un avión! ¡Y no es un simple tío en calzoncillos! Él es… ¡Superman!

Ataviado con su ceñidísimo traje azul y su ropa interior de un rojo intenso, tras haber interceptado a un grupo de maleantes que planeaban atracar el Banco Central; después de haber detenido una terrible avalancha en el Himalaya, y una vez ha terminado de vender galletitas con las iGirl Scouts/i del barrio, Superman surca los cielos de Metrópolis en busca de Lex Luthor, el único de sus archienemigos que no tiene ni un pelo de tonto. Se dirige a la velocidad de la luz hacia el centro de operaciones del villano, la LexCorp, cuando sus super oídos detectan una llamada de auxilio que no puede ignorar: Lois. Inmediatamente se encamina hacia el lugar de donde provienen los gritos: el gigantesco, frondoso, pero no muy limpio -por falta de presupuesto- Jardín Botánico de Metrópolis. La intrépida reportera, que se había desplazado hasta allí buscando cubrir el evento anual de floración de los descomunales geranios, corría un grave peligro, a tenor de los alaridos que profería. Llegó al lugar en un suspiro, listo para enfrentarse a cualquier situación, pero nada podía prepararle para lo que tenía ante sus ojos.

Atada con poca maña a una de las enormes flores del jardín, ataviada con un inapropiado vestido de gasa rosa, en lugar de encontrar a su amada Lois Lane, una descarnada joven de cabellos oxigenados era quien reclamaba su ayuda.

-¿Señorita, quién le ha hecho esto?-, preguntó, mientras dirigía sus ojos al chapucero nudo que mantenía suspendida a la muchacha. Unos rayos rojos se hicieron patentes, chamuscando lentamente las fibras de la cuerda.
-Un gigante, ¡un gigante me ha atacado!-, atinó a contestar, mientras se quemaba el último trocito de ligadura. Superman, absorto, no reaccionó a tiempo, y la rubia del vestido color chicle se precipitó contra el suelo. Afortunadamente para ella, no había mucha distancia.
-¿Estás tonto o qué? ¿A eso le llamas ayudar? ¡Se me ha manchado de barro el vestido!
Pero nuestro musculoso super héroe no respondió. La joven que trataba de incorporarse en el lodazal tenía la misma voz que Lois. ¿Cómo era posible?
-¿Está… está usted bien, señorita….?
-Lois. Soy yo, Clark, ¿qué te sucede?

Por primera vez en su vida, se sintió confuso y mareado. O le engañaba su vista o le engañaba su oído, pero algo no estaba bien. ¿Quién podría estar detrás de aquella cruel farsa? ¿Acaso Lex…?

-Señorita, ¿ha visto por aquí a un tipo calvo con cara de pocos amigos?

La supuesta reportera permanecía inmóvil.

-¿Señorita?

El apuesto kryptoniano estaba convencido de que algo raro estaba pasando, mientras la rubia miraba estúpidamente al frente sin articular palabra. De hecho, sin articular ni un solo miembro de su cuerpo. Se acercó lentamente a ella mientras pensaba, si realmente aquello había sido obra de un gigante, ¿dónde estaba en ese momento? Debería haberlo visto… Y, de pronto, una gran sombra lo eclipsó todo. Una enorme mano se precipitó sobre él, apresándole sin darle apenas tiempo a reaccionar. Forcejeó inútilmente mientras aquel ser lo levantaba en el aire. Definitivamente, aquello tenía que ser obra de la mente enferma de Luthor: había creado un monstruo gigantesco que, de alguna forma, era inmune a su fuerza. ¿Acaso, por fin, habría descubierto su punto débil? ¿Estaba aquel ser hecho de Kryptonita? ¿Dónde tenía escondida a Lois? ¿Por qué la rubia tenía la misma voz que su amada? ¿Y qué sería de ella, fuera quien fuera?

¿Será este el fin de Superman?»

-Chris, ¿has recogido tus juguetes del jardín?
-¡Si mamá!
-¿Seguro? Mira que ayer ya me encontré la Barbie de tu hermana en una maceta…



 
Alejandro_1007,09.07.2014
Chaman/carretera/romántico,

bAdivina quién/b

- i¿Que estoy haciendo yendo a ver a un chamán? – me espete a voz en grito a mi misma aferrándome al volante de mi destartalado coche fiel reflejo de mi propia vida./i

No hubo respuesta, no la había y no la podía haber. Me quedé mirando el paisaje que pasaba ante mí en silencio. La antigua carretera nacional que llevaba a La Bañeza había quedado desangelada tras la variante de la autovía, otro reflejo de cómo la carretera, al igual que mi vida, había conocido mejores tiempos. Tras un matrimonio fallido, sin hijos y sin apenas familia cercana, había quedado fuera de servicio y como una variante exótica para viajes cortos y tranquilos.

Ya me había resultado raro que hubiera un Chamán en la provincia de León -será un curandero dije a mi interlocutor-, pero fui reconvenida con energía. No era lo mismo, no, no, los chamanes pueden curar también pero realmente se les llama así cuando tienen la capacidad de modificar la realidad -otro fumado me dije- y de visionar futuros alternativos y alcanzables – otro adivino de teletienda -. Vale, vale, pues eso, no tenía nada que perder y mucho que ganar, por lo que aquí estoy camino del “chamán de la comarca”. Voy apañada si esto funciona a base de tener fe, esa la perdí o la deje en algún sitio que no recuerdo, lo que a los efectos es lo mismo.

Las señas que me habían dado del chamán eran tan confusas como sus supuestas habilidades, me dijeron: - no tiene perdida, vas por la nacional y antes de llegar a La Bañeza, como unos dos kilómetros antes, te encontrarás a la derecha un camino de tierra, entras por ahí y en unos minutos te encontrarás una casa vieja que se cae a pedazos y ahí es. Ahora me venía en mente – no tiene pérdida, no tiene pérdida – pero ¿Cuál era el camino de tierra si hay decenas?

Vi a un paisano a lo lejos y me orillé para preguntar por el chamán, y solícito me dijo: - ¿Chamán? Seguramente estará buscando a Don Mateo, ¿ qué es de huesos o de amores ? – Sonrojada le dije que de amores y con la seguridad que suele dar esa tierra me soltó que sí, que sin duda era Don Mateo, que era un fenómeno que lo arreglaba todo. No sabía si decirle para que narices preguntaba si le valían las dos respuestas, pero me limité a darle las gracias una vez me apuntó con un dedo cual era la entrada y cual la casa que se veía a lo lejos. En verdad no tenía pérdida toda vez que estaba delante de la entrada. – Ay, que cruz!!! me dije –

Traqueteando por el camino de tierra que parecía haber sido excavado a posta para sufrimiento del mejor amortiguador fabricado por el hombre y que dejaba en evidencia que no eran precisamente los míos, que chirriaban, golpeaban el chasis reivindicando unas mejoras laborales urgentes, llegué hasta la casa que hacía juego con el camino y el entorno, lleno de cosas viejas y desvencijadas, desde aperos de labranza hasta lo que parecía una moto de la época romana por lo vieja que estaba, pero algo llamó mi atención junto a la casa, ya que bajo un árbol había una Harley Davidson bastante clásica de gama media cuyos cromados refulgían aquí y allá – otro cliente me dije – y aparqué junto a ella.

El silencio que rodeaba la casa fue desgarrado por el chirrido de la puerta de mi coche lo que me hizo plantearme que ya no hacía falta que llamase a la puerta. Hasta dos perdices curiosas que merodeaban por allí se quedaron mirando que era eso tan fuera de lugar, pero como nada es eterno perdieron interés en cuanto el portazo dio fin al chirrido.

Me acerqué a la puerta de la casa cuando ya estaba abriéndose y apareció un hombre joven, bien parecido, y más o menos de mi edad que me miró con cierta perplejidad, como preguntándose qué hacía yo allí.

- iBuenos días, ¿es Ud. Don Mateo?/i – le pregunté
- iSi y no, mi nombre es Mateo pero Don Mateo era mi padre ¿Quién lo pregunta? /i– me contestó con una media sonrisa y echándole una mirada a mi coche.
- iPues, …. Mi nombre es… Julia y me dieron estas señas para una consulta con Don Mateo, …. El cha …mán… o eso creo/i– dije con cierta falta de seguridad dado que sonaba todo muy raro
- iAh, te refieres a Eulogio, el curalotodo /i– empezó a decir pasando al tuteo y asentí para que continuara – iestá un poco más adelante, saliendo por la derecha en la carretera y a unos 600 metros nuevamente a la derecha./i
- iAh…, bueno…., gracias…, te pido disculpas, me lo habrá indicado mal el hombre al que le pregunté en la carretera /i– mi excusé con cierta timidez y mucho bochorno por el equívoco cuando Mateo se volvió a arrancar
- i¿Un hombre en la carretera? ¿Cómo era?/i– me preguntó frunciendo un poco el gesto
- iNo sé qué decirte, supongo que un señor normal aunque un poco cotilla./i
- i¿Y te mando hacia aquí seguro? /i
- iSi, seguro, estaba en la misma entrada desde la carretera hacia aquí /i– acoté con convicción
- iPues sí que es extraño, todo el mundo de por aquí sabe donde vive el curalotodo, aunque debo decirte que no lo conozco pero mi padre creía mucho en él./i

Nos quedamos unos momentos sin saber que decir, saltamos de la casualidad a su moto, a que hacía por allí, de quien era la casa, de donde era, a que nos dedicábamos, de los agujeros del camino, etc. Una cosa llevó a la otra y cuando nos dimos cuenta estábamos haciendo planes para tomarnos un café junto a la perfumería donde yo trabajaba en Astorga, dándonos mutuamente los teléfonos. Tras un momento de dudas en la despedida – solo la mano, me dije unas veinte veces-, monté en mi coche con mucha decisión y energía, y tras varios adioses, nos vemos y hasta mañanas, intenté arrancar el coche una y otra vez hasta que la batería dijo basta. Mateo, solícito, se puso a mirar bajo el capó a ver que podía pasarle a la batería o al motor o a lo que hubiera ahí debajo, -Que extraño, es la primera vez que el coche me da una alegría, me dije-.

- iEsto va a ser la junta del carburador catalítico lineal, … o no /i– soltó con cara de no tener ni idea de que le pasaba al coche.
- iSe ve que lo tuyo no es la mecánica /i – le dije sonriendo con ganas de romper a reír.
- iMe has descubierto, lo siento, habrá que llamar a alguien que venga a buscarte/i – dijo echando mano del teléfono móvil -. iConozco un taller en La Bañeza que tiene grúa y que te podría llevar el coche al pueblo /i - y se puso a llamar

Habíamos entrado un momento en la casa a tomar un refresco mientras llegaba la grúa, cuando Mateo vio una polvareda que se acercaba hacia la casa y me dijo que ya venía la caballería a rescatar a la chica en apuros, al tiempo que recogía los vasos de la mesa y los llevaba al fregadero. Como un resorte salí al encuentro de la grúa que envuelta en una nuble de polvo había completado la travesía del desierto y se colocaba junto al coche.

De la grúa bajo un señor que reconocí al instante y que saludó secamente con un – que hay-, sorprendida le dije:
- i¿Usted es …..? /i
- iSi, Eulogio para servirla/i – me contestó sin dejarme acabar la pregunta
- i¿Pero es Eulogio, el curalotodo? /i– le repregunté con gran extrañeza
- iNo, no, soy Eulogio….. “el Chamán” y no se preocupe Ud., la primera consulta es gratis. Otro día veremos el tema de los huesos.
 
kasiquenoquiero,16.07.2014
Personaje 4: Un calendario
Escenario 4: El desierto
Género 6: Epistolar


Un oasis de amistad.

16 de mayo de 1941.
Desierto de libia.
África del norte.
VIII Ejército británico.

Querida Angie:
¿Cómo está el pequeño Francis? ¿Dime sí ya dice sus primera palabra? En tus últimas letras me contaste las malas noches que te daba el pequeño con su llanto. Qué daría por estar a vuestro lado. No sabes cuanto anhelo tus besos, tus caricias, el olor de tu perfume… aquí en este desierto inhóspito sólo arena, dunas y el sonido lejano de las bombas enemigas.
No te enfades por lo que te voy a contar, uno de los pocos entretenimientos, acaso el único. Ya sabes lo traviesos que son los chicos de mi regimiento. Tenemos un gran calendario de la Hayworth, en un lugar destacado, todos y cada uno de nosotros contamos los días que faltan para reunirnos con nuestros seres queridos. Los solteros sueñan con la diva, los casados añoramos a nuestras mujeres y los muchos hablan con el calendario, en una animada he imaginaria conversación, que a todos nos hace mucha gracia. Menos mal que siempre hay alguno que hace el payaso, se disfraza imitando los contoneos de la actriz. Todo son rizas y chanzas, pero por dentro la ponzoña avanza y cuando solos. En el catre nos abandonamos a nuestros ahogados llantos.
Estimada Angie, te echo mucho de menos.
Tu esposo Arthur, que te quiere.

16 de mayo de 1941.
Desierto de Libia.
África del norte.
Deutsches Afrikakorps

Querida Erika:
Cuéntame cosas de nuestra hija Berta, ya debe de andar. Por lo que dijiste la última vez que escribiste. Pues bien, ya sabes la dura vida de un soldado, nunca sabe uno sí sobrevivirá a otra batalla. Menos mal que un calendario con la foto del Führer, nos reconforta. La moral es alta, las noticias de grandes victorias nos llega a través de la radio. La prensa llega, aunque con retraso. Habla de que pronto ganaremos la guerra. Tienes que ser fuerte, por lo que cuentas. Las penurias pronto acabarán. Ten paciencia y piensa que el precio a pagar es muy pequeño a cambio de la gloria del pueblo alemán.
Tu esposo Carl, que te quiere.

18 de junio de 1941.
Desierto de libia.
África del norte.
VIII Ejército británico.

Querida Angie:
Te escribo estas pocas líneas para contarte lo que cada noche me sucede. Después de una dura jornada atrincherado, de respirar el maldito polvo del desierto que se me mete por todas partes. Llega descansar, pero estas últimas noches tengo unos sueños muy raros. Tengo que contarte lo sucedido, no creas que divago. No tengo ningún síndrome de mal de guerra ni nada parecido. Sólo es un sueño muy vivo que se repite cada noche, al que me tiene muy preocupado. Paso a contarte lo siguiente:
En una ofensiva, me pierdo, no sé dónde estoy. De repente solo en medio del campo de batalla, aturdido por el ruido de las bombas, observo como una silueta se perfila entre el humo de la contienda. Un soldado alemán viene cara a mí con su bayoneta calada directamente apuntando hacia mi pecho, no sé porqué, pero me quedo paralizado. El miedo me atenaza, no consigo reaccionar…
No te preocupes será la copiosa cena que afecta mi sueño, terminando en pesadilla.
Tu esposo Arthur, que te quiere.

18 de junio de 1941.
Desierto de Libia.
África del norte.
Deutsches Afrikakorps

Querida Erika:
Desde mi última carta me ha pasado algo muy raro que paso a contarte:
Después de un día padeciendo los rigores de la guerra, y muy orgulloso de nuestra infantería. Llega el merecido descanso, pero por las noches no consigo reposar, ya que un sueño se me repite con insistencia:
El enemigo se retira, yo con absoluta valentía me lanzo en persecución del mismo, pero llega un momento que el humo lo invade todo, no alcanzando a ver más allá de nuestras narices. Entonces al disiparse la humareda observo a un soldado inglés, desorientado, como un niño que busca a sus padres. No soy ningún cobarde, tú lo sabes, tampoco es una gallardía matar de esa manera. Me gusta que mi oponente esté en las mejores condiciones. Ya lo sabes soy un caballero. Me acerco corriendo con mi bayoneta amenazándolo, pero es incompresible, no se inmuta, no se mueve. Entonces me despierto sofocado, sudoroso con necesidad de salir al aire fresco de la noche.
Erika, debe de ser el vino de la cena que es muy peleón, no te preocupes, pasará…
Tu esposo Carl, que te quiere.

1 de julio de 1941
Ministerio de la guerra
Winston Leonard Spencer Churchill

Estimada señora es mi deber comunicarle que el soldado. Arthur Johnson, que estaba destinado al 8º regimiento del VIII ejercito, en el desierto de Libia. Falleció en combate el pasado 19 de junio de 1941.
Mi más sentido pésame.

20 de junio de 1941
Desierto de Libia.
África del norte.
Deutsches Afrikakorps

Querida Erika:
Parece increíble, ¿recuerdas mi sueño que te conté la ultima vez? Pues se cumplió. Todo transcurrió igual que en mi pesadilla. Cuando avanzaba hacia él, igual que en mis visiones. Paralizado estaba, y yo a punto de atravesarle con mi bayoneta. Fue muy curioso, no tuve valor ya me conoces en este estado sería más una ejecución, que otra cosa. Lo calmé, hablamos. Ya sabes que chapurreo algo el inglés. Nos sentamos, le ofrecí un cigarrillo, él me dio fuego y mientras a nuestras espaldas el fulgor de los obuses causaba estragos, nosotros en ese oasis de reciente amistad intercambiamos fotos de la familia, en animada charla de camaradas. ¿Sabes? No son tan fieros como nos lo pintan. Este hombre posee una refinada educación y exquisito gusto por el arte, la música y la literatura.
Así pasaron los minutos, y cada vez me alegraba más de haber racionalizado mis impulsos. Se hacía tarde, no era plan de ser desertores. Ya que los de cada uno de nuestro bando pasarían lista. No era conveniente faltar al recuento, pero sí que prometimos reanudar nuestra confortada charla.
Convenimos vernos a la noche siguiente, y en un alarde de fraternidad intercambiamos por un momento nuestros cascos de acero. Nos miramos, una risa espontanea y contagiosa salió de nuestras gargantas.
Al pronto su rostro antes risueño y alegre, se tornó en una mueca. De su boca salió una bocanada de sangre, desplomándose a continuación. Acto seguido me tiré al suelo. Le quité de nuevo mi casco que tenía un limpio orificio de bala y lamentándolo en el alma. Me arrastré como pude, bajo el fuego de un astuto franco tirador, que debió de confundir a su camarada por un alemán.
Al retornar a mis posiciones. Mis compañeros hicieron bromas al respecto, de cómo pude sobrevivir a tal balazo que mi casco lucia en todo la frente.
Ahora cada vez me es más difícil cumplir con mi deber. Cuando sabes que hay personas enfrente, tan humanas como uno mismo.
Tu Esposo Carl, que te quiere.
Fin
J.M. Martínez Pedrós.









 
filiberto,16.07.2014
Va el mío:

Personaje 4: Un calendario
Escenario 4: El desierto
Género 6: Epistolar


El mejor recuerdo de nuestra vida.

Buenos Aires, 12 de enero de 1987
Querido hijo:
Recibí tu cartita. Feliz de que cumplas el sueño de la travesía. Trabajaste con ahínco para este proyecto. Sabemos del peligro que encierra internarte en ese desierto que es nuestra Patagonia, tienes merecido el éxito. Tu padre y hermanos seguirán con atención el trayecto de acuerdo vayamos conociendo, a través de tus mensajes, el itinerario. Sabemos que no siempre vas a encontrar una oficina de correo para enviarnos las misivas, igual estaremos pendientes de su llegada y muy preocupados por tu salud y estado físico. Revisa nuevamente el listado de útiles para el viaje especialmente el alimento, medicación y lo que necesites por si rompes la bicicleta. Llamó la abuela y tus primos de Córdoba, te mandan mil saludos y que tengas enorme suerte. Besos de todos. Manténte abrigado, no saltees comidas. Te abraza tu madre.

San Carlos de Bariloche, 29 de enero de 1987
Querida vieja:
Escribo mi carta en el correo de Bariloche, frente al lago Nahuel Huapi. Es de color azul intenso, estoy seguro de que te maravillaría verlo. Recorrí el Centro Cívico y sus construcciones típicas que tan bien has visto por fotos. Este año será declarado monumento histórico nacional. El edificio de correo se encuentra sobre el lado sur del centro. Su planta baja exhibe una recova con zona peatonal con arcos modelados en la piedra verde. Sobre la recova en el primer piso hay un hermoso balcón de madera.
Sigues tratándome como a un niño, recuerda que ya tengo veinte años, sabré cuidarme y por supuesto comeré bien. Pedalear da hambre espantoso. Estamos haciendo varios kilómetros por día, nos detenemos para almorzar, descansamos unas horas y luego seguimos hasta el atardecer. Federico ha sufrido un calambre en su pantorrilla derecha de modo que perdimos gran parte de la mañana esperando a que se recupere. Besos para todos, los extraño.

Buenos Aires, 7 de Febrero de 1987

Querido hijo:

Feliz de que estés bien y de que escuches mis recomendaciones. Tu hermana recibió los negativos de las fotos y ya las hizo revelar, una verdadera maravilla los lugares que están recorriendo. Hemos comprado un álbum para armar tus recuerdos del viaje.
El sábado cenamos con la familia de Federico, pasamos una velada divertida leyendo las locuras que nos cuentan en las cartas.
A cuidarse mucho especialmente ahora que van a entrar en lugares más inhóspitos, te besa mamá.


Trevelín , febrero 25 de 1987

Querida mami:

Anoche tuve vómitos. Se me pasó solo, ahora estoy bien. ¿Acaso el cansancio puede hacer que nos levante fiebre?
Ya visitamos Parque Nacional Nahuel Huapi y Los Alerces. El Bolsón, Lago Futalaufquen y ahora Trevelín. No sé si recordarás que esta ciudad es famosa porque en ella se dio el plebiscito donde los colonos galeses se manifestaron a favor de la soberanía argentina en 1902, en el laudo limítrofe con Chile por estas tierras.
El origen del Parque Nacional Nahuel Huapi, se remonta al año 1903, fecha en que el Perito Francisco Pascasio Moreno donó a la Nación una extensión de tres leguas cuadradas, ubicadas en el límite de los territorios de Neuquén y Río Negro. Es un área protegida y una muestra representativa de los ecosistemas andino nor patagónicos.

El parque Los Alerces encuentra en la Provincia de Chubut. Abraza al lago Futalaufquen , el río Arrayanes, lago Verde y Menéndez. Futalaufquen significa: lago grande en lengua mapudungún y el lugar es de una belleza difícil de explicar.

El Bolsón: Es una ciudad mágica. Se encuentra en medio de un paisaje de montañas, bosques de coníferas, ríos y lagos.
No tengo demasiado tiempo de escribir pues el viaje es agotador y no deseo quitar horas al descanso.
Recuerda que los amo, manden energía para que pueda continuar pedaleando. He tenido algunos problemas con la bici pero los he solucionado bien. Besos para todos.

Buenos Aires, 2 de Marzo de 1987

Mi adorado hijito:
Sé por Federico que han sufrido bastantes inconvenientes y que han tenido que viajar varios kilómetros en el vehículo cuyo conductor los ayudó. Imaginaba que no iba a ser tan fácil ni placentero semejante recorrido. De todos modos, disfruten del viaje. Cuídense, Chile no es vuestro país y si bien, han recibió solidaridad de parte de sus habitantes, cuanto más pronto regresen a Argentina, estaremos más tranquilos. Besos y abrazos de tus hermanos, de tu papá y míos.

Ruta 40, Marzo, 15 de 1987.
Querida Mamá: Espero recibas esta carta, le encargué a un policía caminero para que la lleve al correo. Cruzamos nuevamente el cordón montañoso pero con menos inconvenientes. Hemos ingresado al desierto patagónico argentino y su increíble estepa.
La ruta 40, se extiende desde santa Cruz hasta el límite con Bolivia, en Jujuy, La quiaca. Corre paralela a la Cordillera de los Andes y en esta zona es de ripio. Es la más larga y de las más difíciles del país.
Cruzar este desierto es labor intensa, muy exigente y un interesante desafío. No esperes recibir cartas por algún tiempo. No temas, nos arreglaremos bien. La carpa ha sufrido deterioro por los terribles vientos que azotan por la noche, de modo que con lo que queda sano, hemos improvisado un vivac. Es un ambiente riguroso debido al frío, la falta de agua y con fuertes variaciones de temperatura. Encontramos una liebre patagónica herida y a falta de comida decidimos cocinarla. Para eso tuvimos que matarla antes, estuvimos descompensados de la impresión dos días seguidos pero salvamos el momento y la verdad es que asada quedó muy sabrosa. Hemos visto cuises y armadillos pero ningún puma ni gato montés. Avistamos una manada de guanacos que nos miraban con curiosidad y nos causaron mucha risa.
Estoy seguro de que llegaremos bien, saluda por favor a la familia, los amo mucho, recen por nosotros. Espero no hayas olvidado de marcar en el calendario los días que demoramos en cada sitio visitado según acordamos y voy diciéndote. Es probable que cuando vuelvan a recibir cartas ya estemos en un sitio poblado y disfrutando de las comodidades indispensables. Esperamos llegar a Buenos Aires en tren, para poder llevar con nosotros las bicicletas, ya no para seguir usándolas porque las pobres no dan más pero sí para guardarlas como el mejor recuerdo que, seguramente, tendremos de nuestra vida. Prepara mi comida favorita, estamos delgadísimos, falta poco. Abrazos de Fede y míos, los amo, los amo.


 
filiberto,18.07.2014
No se la tomen en serio pero acá va otro:



Estación San Sebastián

Querido hijo:

He recibido la carta donde me sugieres que vaya a vivir con ustedes. Tienes razón, ya no es bueno que viva solo en esta casa donde me crié, desde donde mi madre, apretando sus labios en un rezo, me veía correr para subir al tren y luego saltar al vacío.
¿Qué hubiera hecho yo sin los trenes?
Cuando las piernas me lo permiten, me acerco a ver ese camino de hierro que se pierde, más allá del horizonte… en el cielo.
Entonces, miraba las vías de otro modo. Apretaba fuerte las estampitas entre los dedos y subía y bajaba del tren, cuando estaba en movimiento, sin ninguna dificultad.
Eran años difíciles. Los turistas venían desde Buenos Aires y viajaban en plan de baños a Carhué. Por lo que se sabía, allí había las aguas termales más curativas de la Argentina. Entonces, la gente era compasiva. Al verme descalzo, con poca ropa, me daban monedas, comida, golosinas y yo volvía a casa feliz y le prometía a mi madre que cuando fuera mayor, le compraría un sombrero y la llevaría a Carhué, para que se le cure del reuma.
Mi madre acariciaba mi cabeza y me miraba con ternura y yo me sentía más hombre que nunca.
-Tienes que aprender mucho sobre el ferrocarril, así cuando se los cuentes, los turistas te pagarán la información - insistía mi maestra. A la señorita le pareció muy buena la idea de que practicara la lectura y me prestó, de la biblioteca escolar, una revista con la historia del tren. Apenas había aprendido a leer y por eso me costaba bastante hilvanar las palabras y el sentido de las frases. Me hacía pasar al frente y me obligaba a practicar en voz alta, hasta que conseguí hacerlo de corrido y luego memorizar lo escrito:

“En la línea de rieles, San Sebastián, es la última estación en haber sido levantada, desde Puente Alsina, por la firma constructora Hume Hnos. Esta firma, edificaba las estaciones del FC Midland. Al llegar el tendido a San Sebastián, la sociedad constructora, quedó en bancarrota como resultado de largas disputas, por intereses con la Compañía General Buenos Aires. En ese momento (mediados de 1908) el Ferrocarril del Sud y el Ferrocarril del Oeste, absorbieron al Midland y continuaron la construcción, reemplazando a la Hume por la Clarke, Bradbury y Co., lo que le da a las estaciones de aquí a Carhué, un diseño arquitectónico totalmente distinto, similar a las estaciones del Ferrocarril Sarmiento”

De pie, en el centro del vagón, cada vez con mayor seguridad, recitaba lo aprendido. Luego pasaba mi cajita de cartón por todos los asientos y la gente depositaba sus colaboraciones. Los clientes me respetaban y las ganancias eran mayores. Dejé de vender las estampitas y compré, a mi mamá y a la maestra, un bonito adorno para colgar de la pared.

Aquel día, lo recuerdo bien, viajaba una señora, sentada junto a una de las ventanillas. El vagón estaba completo pero el lugar, al lado de ella, vacío, sin ocupar. El viento movía su cabellera, que era del mismo color del sol cuando cae. Un vestido con motitas verdes y sus anteojos ovalados, de ancha armadura blanca. Encendió un cigarrillo, a la vez que escuchaba mis palabras con atención.
Por su aire distinguido, no tuve dudas, venía de la gran ciudad. Sobresalía entre nosotros, la gente del pueblo pero también, era diferente a los otros viajeros que la miraban fumar casi con horror.
El caso es que ella estaba en el tren cuando yo lo abordé y me puse a recitar, mi memorización de rutina. Me preguntaba qué hacía esa dama viajando en este tren, indiferente a los susurros y chismes de los pasajeros que no le quitaban la vista de encima. También yo la miraba mientras me escuchaba, sus hermosas uñas pintadas y su bolso adornado, de resplandecientes adornos dorados.
No recuerdo de otra persona que no fuera de mi familia o mi maestra, que me haya sonreído, con tanta amabilidad, al momento de pasar mi cajita y tan generosa pues, tampoco recuerdo, haber recibido tamaña cantidad de dinero por el mismo trabajo.
Ese día como pocos, salté del tren, feliz de la recaudación.
Nunca volví a verla pero mi madre, se ruborizó cuando se la mencioné y me dijo que era de las mujeres que venían a trabajar, en un tugurio de lucecitas rojas, detrás de la estación La Rica, unos kilómetros más adelante.
Cuando terminé la primaria ya estaba hecho al ferrocarril y pude conseguir un lugar como mozo de carga. La muchedumbre se arremolinaba en el andén y yo debía correr de un lado al otro para cumplir con mi tarea.
Los años me hicieron guardabarreras y jamás me aburrí de ver pasar las formaciones, de esperar que llegaran y de despedirlas al partir.

Ahora que el calendario de mi vida consume sus últimas hojas, mi querido, mi buen hijo, no me pidas que deje los trenes.
Ha pasado la vida. Aunque el tren ya no regrese, sigo sentándome en el viejo banco, debajo del alero de la estación, a esperar el sonido que anuncia su llegada. El servicio se ha suspendido desde hace años y yo, he aprendido que la soledad, es una estela de humo en el recuerdo, restos de una memoria de papel que el tiempo ha borrado, un desierto sin norte, olas de arena en un mar seco, un extenso camino de hierro que marcha paralelo, desde mi niñez a la muerte.

Tuyo, tu padre.


 



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