Perdida la fe en Dios, en los seres humanos y en mí misma; con varios años sin acudir a una iglesia; siento que nada vale la pena. La gente me parece hipócrita y juzgo y critico a todos… mediocridad y aburrimiento… ¡Sin creatividad! Mis proyectos, entonces, reducidos a la aplicación de técnicas sin alma…
Completamente desinformada, sin leer prensa ni ver T.V. Entro a “Mi Cafecito” y noto algo mágico en el ambiente: A cambio del estridente ruido de la música de todos los días, se oye una suave música instrumental; han desaparecido los grasientos olores y se respira la fragancia de las varillas aromatizantes del ambiente… Uno de los comensales canta en voz baja:
- Tú me has mirado a los ojos… Sonriendo, has dicho mi nombre…
Los mendigos, generalmente expulsados del local para que no molesten a los clientes, se hallan repartidos en cada una de las mesas comiendo opíparamente. Nadie les están dando sobras ¡Los clientes cancelan sus comidas!
- ¿Qué milagro sucede aquí? – pregunto al mesonero
- Hoy es un día de gracia especial… Él viene… - mostrándome su fotografía – nos honra visitando nuestra ciudad. Ya que no podemos ir tan lejos a donde vive, el llega hasta nosotros… ¿Le molestaría invitar a un mendigo y compartir su mesa con él? Si usted quiere, cancela su almuerzo, si no, alguno aquí lo hará.
Sin darme tiempo a responder; un par de jóvenes andrajosos (ella embarazada) se sientan a mi mesa y él sonríe… Dejo de ver sus rostros recordando cuando nadie quería recibir a José y María para que Jesús naciera. No siento que yo los estoy invitando, sino que Dios me invita a mí…
Mario y Lina, los dueños de Mi Cafecito, obsequian una copa de vino… Realmente, el momento es mágico y todos brindamos:
- Damos gracias por el privilegio de ser visitados por un ser tan importante, Dios nos lo ha enviado para recoger a sus ovejas perdidas y enseñarnos a ser generosos.
Hoy le doy gracias a Juan Pablo II por haberme rescatado de la mediocridad y la apatía y haberme señalado el camino que había perdido y a Dios le pido que alivie sus sufrimientos.
Aquí en Maracaibo, son las 4.30 de la tarde del dos de Abril de 2005, me estoy enterando de que El Papa ha sido recibido por los ángeles para ser conducido a la inmortalidad…
- ¡Gracias, Dios! Por haberlo traído a nuestra ciudad a despertar nuestra conciencia…