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Inicio / Cuenteros Locales / Keiji / 36) Entre sueños, un extraño hermoso.

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Un fuerte dolor la trajo de sus sueños y la introdujo en una pesadilla que sabía ahora era la realidad.

-¡¿Pero que te pasa? ¿qué me estas haciendo?!- Gritó alarmada la mujer mientras él la penetraba analmente lleno de rabia.

-¡Callate perra, eres una puta!- Le gritó el hombre, que de un sólo golpe cercano al oído la dejó nuevamente inconsciente.

Recobró el conocimiento y con un ojo entrecerrado a causa de un duro impacto, apenas distinguía una figura borrosa, de pie. Ella estaba ahora sentada y atada a una silla con las manos amarradas por detrás del respado, llevaba mal puesta una bata de baño ensangrentada, y el rostro le dolía casi tanto como sus partes más íntimas ahora desgarradas, como su ropa interior hecha jirones, algunos en el piso frente a ella.

Él la había seguramente sedado y violado, pero... ¿Por qué? ¿qué había ocurrido desde que se fué a dormir la noche anterior? Acaso habian pasado unas cuantas horas, o tal vez más, pero no lo sabía.

Desorientada y dolorida, iba recobrando conciencia cuando al levantar la cabeza, quedó deslumbrada del único ojo que podía abrir mientras el pelo seguía pegado a sus mejillas y su boca destrozada.

Su antiguo hermoso rostro estaba ahora por completo desfigurado, pero ella no lo sabía aún. Notó el sabor metálico-ferroso de la sangre y que le faltaba de menos un diente, se alarmó conforme sentía su cuerpo lacerado, ultrajado y atado, pronto lleno de cardenales y equimosis.

En un instante pasó del sueño a la vigilia, y de la confusión al terror más puro y verdadero, estaba temblendo cuando sintió el calor húmedo entre sus desgarradas piernas, se había orinado.

-Veo que ya has despertado, ¡maldita zorra!-La injurió el hombre que teníe enfrente.

-¿Qué pasa?, ¿donde estamos? ¿eres tú? ¿pero qué me has hecho? ¡Animal!- Llorando de rabia, dolor e impotencia, alcanzó a distinguir la figura de su marido, que frente a un reflector, y junto a una cámara de video casero montada en un tripie, la miraba friamente. O al menos eso creía ella ver.

-¡¿Que qué pasa? ¿Y me lo preguntas tú perra maldita?! Si ya me lo decían mis amigos, "Esa tipa es una puta, ofrecida, mira como se nos ofrece" !Y yo, todavía defendiéndote! Me lleva la mierda...

-Pe..¡¿pero qué hice?!

-¡Cállate, que estoy hablando yo!, Tú ya hablaste demasiado anoche, ¿o no tuviste suficiente?- Y de un golpe a puño cerrado le giró el rostro.

-Espera, detente... ¿Por qué lo haces?- Preguntó aturdida, llena de temor y llanto, mientras escupía sangre y palabras con dificultad por la hinchasón y la lengua mordida, sangrante.

-¡Ahhh! ¡Te parece poco, ¿ehh?! Maldita seas, deja de llorar, estupida. - Y tomándola del cabello levantó su cara y le abrió la boca para meterle un trapo a modo de que se callara.

-No, no lo hagas, espera, espera- Suplicó la mujer entre sollozos volteando la cara.

-Que espere "Tu hombre", que se quede esperando como pendejo, porque de esta no sales.

-¿Cual otro hombre? Si tu eres el único, amor... Perdóname...

-¿Amor? ¿así le llamabas también a él? ¿Cómo anoche?

-¿Qué? ¿Por qué haces esto?- Preguntó horrorizada.

-¡No te hagas pendeja! Si entre sueños te pusiste a hablar de él, ¡maldita seas! "Mi amor, pequeño, no me dejes sola" decias, "te amo Albert, no importa lo que pase..." ¿Te importa ahora? ¿¡Eh!?

-Pero si Albert no es, es mi...- No pudo terminar la frase porque tenía ya un par de calcetines sucios dentro de la boca, le costaba respirar y se tragaba el sabor a suciedad que se le pegaba en el paladar y la lengua.

-Ya sé lo que vas a decirme, que es un amigo, ¿verdad? Si lo sabré yo, para pretextos...

La mujer lo miraba aterrada mientras negaba con la cabeza, miraba horrorizada al tipo, con los mocos y sangre saliendole por la naríz, no dejaba de negar deseperada intentando gritar, pero ni siquiera podía moverse.

El hombre se apartó de ella y encendió la cámara en modo de grabación, mientras recogía una bolsa de papel. Dentro había un arma negra, la tomó y le apuntó cuidando mantenerse lejos de quedar grabado él.

-¿Querías un minuto de gloria, hacerte famosa verdad? Pues lo vas a tener, ya te lo estoy dando, voy a grabar cómo te mueres y luego le voy a mandrar el video a él, ya veré cómo.

Si te encanta que te miren el culo, por eso esos vestiditos y esos pantalones negros satinados tan ajustados, ¿verdad? ¿No que querías ser actríz? ¡Pues actua, haz como que te mueres! Si no yo te ayudo, perra. !Muérete ya!

El disparo retumbó en la habitación semivacía y la sangre se desparramó con trozos de masa encefálica y cráneo sobre la blanca pared, ahora manchada y escurriendo como pintura fresca.

Él, dejó la pistola aún caliente en el piso, apagó la cámara y de las sombras detrás del reflector salió un extraño y hermoso hombre que con aire frío intervino.

-Mejor, ¿verdad?

-Si, claro, ya está, se lo merecía- contestó el marido todavía exitado y alterado por lo que había hecho.

-Querías la verdad ¿no?, pues ahí la tienes, toda tuya, puedes hacerle lo que quieras y no podrá negarse como antes siempre, después de todo es tu mujer, ¿que no?

-Er..., era.

-Como sea, disfrútala y penetrala tanto, por donde, como quieras y puedas, antes de que se pudra, cójetela...

-Sí si, claro.

-Esa es la verdad después de todo, querías hacerlo y ahora sí te pertenece, y a nadie más, pero... ¿Sabes lo que me da risa?

-No, ¿qué? -Preguntó el hombre mientras desataba el pesado cadáver.

-Lo ingenuos que son los hombres... Y... Que la verdad sólo la sé yo, ja, ja ja.

-¿Cómo?- Preguntó el marido extrañado.

-Sí, que Albert... era su hermano fallecido, yo sólo la hice soñar con el día de su muerte, cuando niños.

-¿Me hiciste creer que.. era su amante?

-No, no, no, yo no, tú eres libre y yo sólo estaba viendo, ¿recuerdas? Yo no jalé el gatillo ni te mentí, tú decidiste hacerlo, tú sacaste las conclusiones.

-¡Maldito seas!- Gritó el alterado hombre mientras arrodillado levantaba el arma con las manos temblorosas.

-Ya lo soy. Ah, y ni lo intentes, mejor tómate unas pastillas, el arma sólo tenía una bala. Nos vemos pronto, te espero en casa...- Dijo finalmente el hermoso extraño, mientras se alejaba de la pareja, caminando nuevamente hacia el fondo de la habitación hacia las sombras de donde había surgido. Para de pronto desaparecer.

Texto agregado el 29-03-2005, y leído por 316 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
29-06-2007 Me parece que esta es una gran muestra de tu versatilidad, deberías experimentar mas por este lado inalicia
25-05-2006 Que miedo, y que horror. Estas cosas me dan mucho miedo, como el escrito de lo que narras le paso a mi tocaya, me atormentan. andyengel
20-04-2005 jodeeer...hacía tiempo q no leía nada tan bueno y q me dejase tan impactada... es morboso y es cruel, en efecto, pero a la vez es acojonantemente profundo, y desgraciadamente, muy realista. maraboa
29-03-2005 Te pasaste de chido, me fascinó... chhina
29-03-2005 buena narración y descripción, pero demasiado morboso y cruel para los tiempos en que vivimos...y eso es amor? creo q eso es locura,nada más...pero bueno...dentro de ese género está bien chikara
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