Su principal idilio eran los años, su amor arrebatado por la traicionera memoria. ¿Cómo no querer a los años? Si cuando es la tercera edad es lo único que queda. Pasan, cierto pero como cual viajero dejan huella.

Desde que lo abandonaron a su suerte, los recuerdos son lo único que le queda, recordar día y noche. Pero ahora perdió la noción. Aunque la fecha esta en los diarios, la hora en los relojes y los suspiros e instantes en el alma junto con un sin fin de números que catalogan cada recuerdo en un lugar.
-joven-decía-¿me da su hora?
-tres de la tarde

La tarde es entre la noche y el día ¿ cuando empieza la noche? ¿Cuándo acaba el día? De algo estoy seguro, no es amnesia. Tiene setenta años, mide un metro con ochenta, vive él la calle Amador Salazar del el 23-78. su teléfono es 5766. -9889. Nació en 1932 en una buena familia. Recuerda hasta el primer día que comenzó a hablar con gente que no era de la familia.

Ahora las fechas se acomodan, da igual el año. Son cifras. Un sitio. Si fueran números no estaría ordenados. Las cifras son coordenadas. Carajo. son c
ifras