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La primera vez que te vi fue la noche en la que toqué en vivo en ese bar electrónico de mierda.
Desde el escenario noté tus mirada y despues, al bajar, me dijiste que te gustaba como me vestia.
Hablamos sobre algo que ahora no recuerdo y mientras lo haciamos te miré: tenias unas interesantes
medias de red y ese look años veinte fusionado con una tierna actitud fuck you.

No supe mucho más de vos hasta que te vi con el amigo de un amigo y,
poco después, con mi amigo. El circulo se cerraba.
Imaginé que yo seguía en tu lista pero, no me preocupaba mucho.
Alguien me dijo a lo cual respondí


Un día, simplemente me llamaste y me hiciste reír bastante.
Noté que eras muy ágil mentalmente y, a tu manera, tenias clase.
dijiste.

dijiste. Me reí.

Entonces limpié lo mejor que pude la casa, principalmente
el baño y la cocina. Cuando llegaste, nos sentamos en el bacón.
Escuchamos ella fitzgerald y tomamos los primeros martinis de la noche.

dije.
Llegamos y el pizzero, un tipo gordo que de alguna manera se las arreglaba para estar
detrás del mostrador unas 15 horas al día, me guiño un ojo cuando vos no mirabas.
dijiste mientras esperábamos la pizza.
pregunté, aunque sabia a que te referías.
. pregunté.
. pregunte.

Después de comer, estábamos en la cocina, vos sentada en la mesada y yo frente a vos.
Puse mi mano sobre tu pierna. Medias de red. Piernas largas y firmes. Habíamos tomado toda la noche,
música y luz tenue, cerezas y fuego. Instinto: Te miré, nos besamos.

Mientras te desnudaba, llegué a compararte con las chicas inocentes con las que suelo estar, y me refiero a las que
llevan medio kilo de algodón rosado donde debería haber un cerebro. Por que las prefiero? porque hacen que las cosas sean
mas dulces y suaves. Te desabrocho la camisa. Tenés una tetas hermosas. Me gustan tus besos, tu actitud y tu estilo.
Pero, hay algo malo en vos, es algo sucio y, no me refiero a tu higiene personal sino, algo en tus ojos, llamesé alma llamesé mente.
Intento no pensar en eso. Quiero pensar en tus tetas y en la concha húmeda que estoy tocando, pero no puedo dejar de pensar.
Alguien dejo mi cerebro encendido y salio corriendo. Me concentro en tu respiración agitada: me olvido de todo.

Me dormí en algún punto de la noche. Cuando me desperté, era pasado el mediodía. Te miré de reojo. Miré a mi izquierda:
Pocas cosas son tan tristes como una lámpara de lava bajo la luz del sol. La apagué. Fui a la cocina y tomé algo de agua.
Tuve que despegar de mi pie una semilla de cereza que pisé descalzo. Decidí volver a la cama y, antes de llegar, vi. en el piso
tus botas negras y una bombacha blanca, no recuerdo muchas cosas tan hermosas como esa:
El cuero negro de las botas, firmes, erectas y frías. Y tu ropa interior arrugada, impecablemente blanca sobre el piso,
tan suave e inocente. Te miré, dormías con la boca abierta, estabas pálida y tenias el maquillaje corrido.
Tu pelo estaba crispado y duro en ciertos puntos, enredado por el semen, supongo. Cuando te despertaste
fuiste al baño y, sabes? bajo la luz de la mañana, no sos tan bonita como bajo la luz de la noche.

dijiste. Yo estaba realmente cansado, y te dije:
Entonces en algún momento sentí tu brazo insistente llamándome para que te baje a abrir.

dije.
preguntaste. .
Me cambie, te abrí y no volví a verte desde hace exactamente un año.
Aunque, ahora que lo pienso, no estaría nada mal volver a hacerlo.

Pablo Kersz
www.kersz.com

Texto agregado el 28-02-2005, y leído por 97 visitantes. (0 votos)


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