TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / marxxiana / carta de amor 3

[C:858]


No tenés ni la menor idea de cuánto te extraño.
Sí ya sé que no es el encabezado más convencional y a la vez es bastante tonto. Pero es la pura verdad. Me duelen las tripas de extrañarte. Menos mal que ya pronto se viene un fin de semana largo y vas a poder venir (vos, tus anteojos y tus libros, porque por más que te lo pida no dejás tus libros en La Plata ni dormida). Te imagino bajando de ese colectivo, con tu mochila desteñida y algún libro fresco en la mano, sueño con que me busques entre la gente del andén y que me des un abrazo de esos que hacen que se me caigan desde las babas hasta los pelos.
Yo tengo pilas de cosas para contarte, pero la principal ya te la adelanté por teléfono. Colgué la galleta con el tema de la facultad. Vos sabés bien que si aprobé la secundaria con notas medianamente buenas fue porque siempre estabas al lado mío, rompiéndome los quinotos para que dejara de mirarte y estudiara un poco. Ahora que te fuiste tan lejos a estudiar por tu cuenta, yo estoy perdido y sin brújula. No tengo ni idea cómo abrir un puto libro. Y no tomés esto como un reclamo personal, porque no te echo la culpa. Eso lo tengo recontaasumido. Pero es que hasta me cuesta respirar si sé que no estás. Con qué ganas volvería a ver a la vieja tonta de geografía con tal de estar a tres bancos del tuyo todas las mañanas.
Por lo menos ahora conseguí un laburo, nada del otro mundo, pero bueno. Estoy en la regalería de Jorge, el primo de mi mamá. Horario de comercio, vendo y pongo cara de simpático y mientras tanto escribo en papelitos dedicatorias para vos. Como si fuera a gastarme lo que me pagan en regalos, ositos de peluche, caracoles de cerámica, cartelitos para la ventana, tarjetas musicales, floreros de vidrio azul y hebillas de colores. Ya hablé con Jorge y me va a adelantar una parte de la mensualidad para cuando vos vengas, así te puedo llevar a cenar. Porque me imagino que me acompañarás a cenar, no tendré que disputarme un ratito de tu presencia con tus viejos, ¿no? Ya tengo visto un restaurante y mi viejo prometió tirarme el auto para después poder salir. Si querés podemos ir a bailar así ves a tus amigas y después vamos a ir a recordar viejos tiempos al parque. Contestame si te va la idea. Espero que sí, porque tengo ganas de besarte toda una noche.
Leí varios de los libros que me recomendaste, el que más me gustó es ese de Bukowsky, sos una zorra =Je, Je = cómo sabés para dónde me tira la literatura a mí, ¿eh? Y yo que hace unos años pensaba que Girondo era un cerdo, éste sí que es un verdadero engendro. Lo único que le interesa en la vida es el puterío, las minas y el alcohol. Un cráneo como escribe. Yo intenté escribir un par de cuentos y de poesías así, pero lo único bueno que tienen es que me permiten descargarme y pensarte desde otro ángulo. Y la verdad es que desde todos los ángulos que te miro o te recuerdo sos hermosa. ¿Sabés qué es lo que más me gusta? Cuando te soltás el pelo mientras estamos solos. Esa cascada que tenés ahí siempre escondida con una hebilla o un rodete, y que dejás libre par mí, para mi deleite y mi placer. Como si fueras mi geisha o mi odalisca personal.
Hay algo que no te conté del último fin de semana que estuviste. La noche que estuvimos juntos en mi cama porque mis viejos y mi hermana Lucía se habían ido a casa de la abuela fue porque estaba hambriento de vos y también porque quería que tu imagen quedara grabada en mi cama, como si fuera un sudario de Turín. La noche siguiente abrí mi cama y tomando coraje como si fuera a zambullirme en una pileta de agua helada me metí bajo las sábanas. Me tapé hasta la nariz y me quedé quieto respirando tu fragancia adherida a la tela. Mezcla de sudor con perfume, sería un dibujo exacto de tu piel. Sentí el calor crecer nuevamente desde mi vientre y decidí que si quería impregnarme de tu esencia iba a hacerlo desnudo, así que pateando las mantas me saqué de un tirón la ropa que me quedaba puesta. Una vez desnudo me volví a cubrir con las mantas y apagué la luz. En el silencio y la oscuridad el ritmo desbocado de mi corazón parecía resonar como un tambor tribal.......................................... El resto me da una vergüenza terrible explicártelo, y más por escrito, pero con tu inteligencia seguramente podrás imaginártelo.
Te imagino con los ojos abiertos como espejos atrás de tus anteojos, temblando y sonriendo al llegar a este párrafo. Dejame imaginarte excitada, parpadeando con este papel entre tus manos, con el recuerdo de mi boca recorriendo tu piel de extremo a extremo, hasta llevarte al extremo. Dejame pensarte así, dejame soñarte así, dejame verte así.
No tenés ni la menor idea de cuánto te extraño. BAY
XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX*XY*XX


(1988 – 22 años)


Texto agregado el 15-11-2002, y leído por 988 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
06-01-2007 He leído las cartas anteriores a esta, lo he hecho sin siquiera parpadear, desde esa inocencia de un niño de 14, hasta... bueno, sigo. *********Mayté VACYA
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]