Día de muertos

-“Mátalas callando”, respondiste burlonamente al
preguntarte la fórmula mágica”-

Fui muriendo poco a poco con tu silencio arrepentido después de hacer el amor
Morí por cuatro segundos cuando recordaste mis llamadas sin emoción

No me gusta cuando callas; así sea a las ocho de la noche o en los pliegues de las sábanas.

Yo me muero por saberte, por entenderte, por sonreírte, especialmente en la mañana.
Y tú te callas y en silencio me das la espalda.
Y me matas.

Imagina cuántas veces resucité en toda la semana.

Yo intenté matarte el otro día de muertos. Con el altar en el suelo, le sonreíste al fantasma.
Tu imagen de espaldas.

Y la muerte cruzó la puerta.
Y entró en mi alma.
Y me robó la calma.

Yo te mato en silencio, pero tú no te das cuenta.
Mientras muero en silencio cada madrugada desconozco al amor.
Una pesadilla. Me da frío y no tengo tu abrazo.
Ya no tengo tu calor.