Cap. I
Antuan buscaba entre las penumbras. Solo y perdido luchaba por entender lo que estaba pasando: hacía tres segundos atrás se encontraba acostado en su cuarto meditando y ahora danzaba entre el miedo y la excitación. Ayuda gritó desesperado. Nadie le contestó. Sus sólidas bases se desmoronaban.

Cap. II
Antuan se graduó en Standford con las mejores calificaciones. Ancho y cómodo en el mundo su ego se había agigantado. Nadie ahora podía llamarlo Antuan sino señor Antuan, o mejor dicho, ingeniero Antuan.

Después de graduarse se codeó con la gente más capacitada del planeta. Realizó proyectos en ciudades cosmopolitas como la Needle Tower en Tokio ( la torre aguja ) y las Neo Twin Towers en Nueva York ( las nuevas torres gemelas ). Aparte de su largo historial académico también se le atribuían logros destacados en el ámbito personal como el noviazgo con la modelo Naomi Campbell. Y para añadir más éxito a su vida se sabía que sus padres eran acaudalados y que él poseía dos onerosas mansiones en el Reino Unido y en los Estados Unidos. Era, sin duda, todo un campeón.

Pero había días en los cuales se sentía hondamente derrotado. En estos días habitaba en su mente el pensamiento obsesivo de que no había diferencias entre los sueños y la realidad. Esto le molestaba enormemente y trataba de librarse rápido de este tormento repitiendo frases como: esto es solo un pensamiento, no significa nada. Mientras más lo decía más se convencía de que esto era una pesadilla estando despierto. Se calmaba y luego volvía a su rutina. En otras oportunidades se acostaba a meditar, a relajarse, a alejar su piel de este sentir tirano.

Cap. III
Un día se encontraba reposando plácidamente en su habitación cuando empezó a sentir una gran energía justo al frente de su cama. Al principio la ignoró, pero esta se iba haciendo más potente con cada latido. Abrió lentamente sus ojos y entró en una especie de trance. Se había generado un portal dimensional en su propio cuarto. Luego se sintió consumido por una fuerza que lo haló hacia el portal brutalmente. Acto seguido nació en él un profundo pánico. No sabía donde se encontraba. Solo y perdido luchaba por entender lo que estaba pasando; reinaba en el un estado de confusión absoluta. Lo que le daba miedo era no saber que iba a pasar con su vida desde ese momento. Pensó en todos sus laureles. Ya no le podían ayudar. Quizás lo que no significaba nada eran mis triunfos dilucidó. Justo después se escucho una voz ronca:
- has llegado al laberinto de Zuu. Esto no es un juego. Esta será tu realidad hasta que puedas encontrar otra mejor.
El silencio hizó presencia nuevamente pero esta vez Antuan acarició una paz fugaz. No había sentido algo parecido con sus grandes obras. No se trataba de pasión. Se trataba de conexión con el ser interior.

Empezó a caminar y el silencio le mordía los tímpanos. No tenía certeza de lo que iba a encontrar pero confiaba. Tenía fe. Sentía que con cada paso reconstruía su conciencia. A pesar de encontrarse en plena oscuridad su mente parecía que brillaba con tal claridad que era capaz de iluminar el sendero. Acto seguido aparecieron en el piso unas flechas fosforescentes que recalcaron el camino. Se dejó guiar. Hasta un ciego puede caminar con paso firme cuando se siente acompañado murmuró con una leve sonrisa.

Después de unos minutos Antuan sintió una vibración mágica que lo acarició en son de amor. Trató de cerrar sus ojos pero no lo logró. En ese momento supo que no tenía cuerpo. No tenía límites. Solo quedaba su espíritu.

Se escuchó un susurro angelical. Después de esto hizo aparición una criatura. Primero se divisaron sus alas de fuego y sus ojos purpúreos. Luego su cuerpo entero. Era el encuentro sagrado entre dos seres que amaban a Dios por igual.

Cap. IV
Antuan despertó llorando emocionado, feliz. Estaba en su cuarto. No sabía si el encuentro había sido verdadero o falso cuando una respuesta divina contestó su duda. Comprendió que era imposible de describir con palabras porque lo que pertenece a Dios no está sustentado en alguna cosa sólida. También supo con qué se había encontrado; con una criatura mitad dragón mitad ave. Ahora lo que necesitaba saber era qué había pasado en un sentido cotidiano y obtuvo, de nuevo, una respuesta. Esta criatura se presentó:
- Me llamo Itzui y vivo en las mentes de las personas que sienten que no hay diferencias entre los sueños y la realidad. Parezco una alucinación pero no soy más que el resultado de una visión diferente de la vida. Yo creo que es esa la fuerza que me llama; la fuerza de saber que se es más que una colección de imágenes. No suelo llegar con la primera llamada; siempre me gusta saber si el individuo esta entregado a conocerme. Y cuando lo está se produce un acercamiento hermoso. Esa persona libera su mente de obsesiones terrenales y se concentra en su perfil cuántico, renuncia a sus juicios y se abre a un entendimiento profundo de lo que simplemente es. Para esta gente soy la verdad que siempre había buscado. La verdad eterna.
A lo que Antuan respondió: -gracias por llenar mis vacíos. Gracias.

Cap. V
Desde ese momento la vida de Antuan cambió rotundamente. Empezó a percibir cada mérito como una experiencia más, sin darle características de soberbia o arrogancia. Disfrutaba cada momento como si no hubiese existido algún otro. Se sentía en conexión con el universo entero y sabía lo que importaba realmente: que existía Dios y que jamás lo dejaría desamparado.