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Hace años atrás yo estaba estudiando en un liceo, habia prometido a mis padres llegar mas lejos que cualquiera en la familia, tener un título del liceo y uno universitario. Es para lo único que he seguí siempre adelante, para hacer feliz a mi familia.

Nunca he sido bueno para estar entre la gente, no me malentiendan, me agrada la gente, pero yo a ellos no, he tenido gente a la que llamado amigos, pero hoy en día no les agrada reconocer que me conocen y en la calle simulan que no me ven. Una mierda de vida la que me tocó.

Uno de los pocos recuerdos felices que tengo es cuando la conocí, teníamos diecisiete años los dos y éramos compañeros de curso. Para mí era perfecta, nadie se le igualaba, fue la primera y única que me ha comprendido, teníamos el firme deseo de continuar juntos para siempre.

Fue la mejor noche del mejor dia del mejor año de mi vida cuando nos las arreglamos para quedarnos solos en la casa de unos parientes. Santo cielo, la echo de menos como no tienen idea. Y sí, lo hicimos esa noche ambos por primera vez.

No comprendí que le sucedía hasta que unas semanas después logré que me lo dijera, estaba embarazada, íbamos a ser padres. Uno se cree eso de que es imposible tener tan mala suerte de le pase la primera vez ¿eh?, pues así fue.
Yo no lo creía, pero a pesar de lo que pudiera creerse yo era feliz, iba a ser padre, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para estar ahora con ambos, y si debía abandonar a mi familia y todo lo que les prometí y llevármela lejos lo haría, ya éramos legalmente mayores desde hace unas semanas y me sentía capaz de cualquier cosa.

Si no lo hice fue por ella. mis padres no tenían un buen carácter y no recibirían la noticia con alegría, aunque ahora comprendo que hubiera sido solo la reaccion inicial, posteriormente nos habrían ayudado en lo que fuese.

Sin embargo, acepté que le pidiera ayuda a sus padres y les contara todo primero que a los míos. Era el trato, cuando ellos arreglaran todo conmigo, conversaríamos entre todos con mis padres.

Esperé por cuatro días que pero ella no apareció en el liceo ni me llamó, asi que me armé de valor fui a su casa. Nadie me atendió cuando toqué la puerta. Fue entonces que comencé a entender.

Una vecina me contó que se fueron de un día para otro sin más. Intenté averiguar algo más pero supe nada, así que que usé lo último qe tenía, hacía tiempo atrás unos sujetos de una población marginal intentaron matar a un primo mío por deudas de droga y yo la terminé pagando, así que fui a cobrarle el favor con información, sonará a pelicula policial, pero eso funciona en mi ciudad. Me dijeron que nadie lo decía en voz alta en el barrio, pero antes de que se fueran el padre se fue a emborrachar a un depósito de la villa y habló de la verguenza de familia con que Dios lo castigó y como lo iba a solucionar, así que se iba a con sus hermanos a una ciudad que estaba en otra región a mas de doscientos kilómetros de esta.

A los pocos días ella me llamó por teléfono, de lo que alcanzó a decir no pude entender nada, parecía asustada y nerviosa, a los pocos segundos se oyó un forcejeo y unos gritos de hombre antes de un cuelgue muy brusco, fue lo último que supe de ella directamente.

No recuerdo muy bien los siguientes meses, el liceo pasaba, mi familia también y yo funcionaba como si estuviera en una especie de piloto automático; todo era nebuloso e incoherente. Hasta el día en que se le avisó a mi curso que la que hasta hace poco fuera nuestra compañera había sufrido un acciedente y falleciera a las pocas horas, por peticón de los padres no pudimos ir al funeral como es la costumbre en el establecimiento, casi nadie supo decir por qué...

Mis padres me dicen que ellos desean un mejor futuro para mí que la pobreza que les tocó a ellos. Según lo veo ellos fueron padres y viven el uno con el otro, es algo que ahora no podre yo hacer, ningun titulo cambia eso.

Por lo que me enteré después, ella se había subido al techo por alguna razón y desde ahí se resbaló y calló de cabeza contra el concreto.

Lo raro es que ella le temía a las alturas, y si no fuera así, tenía su ficiente sentido comun como para no hacer ese tipo de cosas con cuatro meses de embarazo.

Para el padre todo fue una verguenza, nunca he olvidado que me dijeron eso, tampoco he olvidado que él fue el único testigo presencial ya que estaban solos en la casa.

Ahora trato de seguir adelante como puedo, el suicidio no resultó en ninguna de las tres ocasiones en que traté, supongo que hay alguna razón para elloo, por ahora sigo adelante con lo que tengo.

Mi familia nunca ha sabido siquiera de su existencia, para qué, de que les serviría saber todo esto, de qué me serviría contarselos si no me ayudaría en nada y los haría sentir mal a ellos, por eso sigo adelante yo solo, no queda de otra.

Quizás algún día vaya a buscar a mi querido suegro, creo que lo mataré, es lo justo.

Texto agregado el 08-11-2004, y leído por 289 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
11-03-2007 Hola, Iorek. Soy Carlos Manuel Cruz Meza, escritor mexicano, autor de un cuento que al parecer tú citas en un comentario, titulado "El espantapájaros". Me gustaría contactarte. Mi correo es cmcorp00@gmail.com CMCORP
21-12-2004 creo que supiste relatarla pero suena mucho como a cuentos chilenos. katrin
 
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