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He vuelto a estar en el infierno de mi propia soledad insospechada, mientras me dormí, mecida por los brazos de tu alma, en el paraíso provisional que vivo sin pensar... Sólo sintiéndome..., sin metas, sin ideas preconcebidas...
Me dormí ayer, tras ese montón de preguntas que me podría hacer y cuya respuesta es:"Vivir el momento y aprender de todo..."
Antes del sueño, te sentí muy cerca, tan cerca que eras yo misma, como siempre...
Sin esperar nada y dispuesta a entregarte todo y recibirlo todo como regalo divino...
Nunca un miedo ajeno me paralizó tanto como el tuyo... Nunca la aparente frialdad de nadie heló tanto la sangre en mis venas...
Hubiese corrido a tus brazos cuando transcurrían los segundos y permanecías en tu habitación, luchando con tu orgullo, con tus miedos, tal vez contigo misma, mientras yo seguía inmóvil, sabiendo que no podía hacer nada, como ahora, cuando te tengo a mi lado y tu vida me ignora tal y como era en el mismo segundo en el que tu alma volvió a huir de la mía...
A veces pienso si acaso yo seré la misma...
Pero viniste, arrastrada por la misma ansia que yo siento de necesitar el roce de tu piel, con la pasión que vive dentro de mí, silenciosa, para no espantarte cuando pretendas venir a comer de mi mano; esa es la ternura con la que siempre te miré y me dolerá más que rehuyas mi tierno beso que el no tenerte jamás en mis brazos; aunque todo mi dolor desaparece cuando tu sonrisa lo ilumina todo... La oscuridad es tan bonita cuando la adorna tu luz... El miedo tan bello cuando lo miras con tu escondida ternura...
Y en un día gris, siempre hallaré las fuerzas y la ilusión para buscar el arcoiris... Me enseñaste tantas cosas sobre mí misma...
Me abrazó tu cuerpo desnudo, ansioso de mis caricias y nada conozco que me haya llenado más que un abrazo tuyo...
Te colocaste en mi cama, en la misma postura en que te imaginé minutos antes, mientras mi alma te besaba hasta ese punto en el que creo que lo sientes y que tantas veces comprendí que era así...
Parecía que yo no era la única que hubiese parado el tiempo, aunque ni siquiera lo pensase... Jamás sentí otra ilusión que no fuese la de contribuir a dibujar esa sonrisa, y esa misma noche, la del brillo mágico de tus ojos admirándome...
Fue como si un manantial de vida me inyectara energía, ilusiones jamás soñadas...
Balanceándome en un columpio, contigo en el de al lado, puede ser la niña que nunca me permití ser...
Sin palabras nos dijimos que nuestros labios necesitaban encontrarse..., y al besarte sentí que mi alma jamás se había abierto impregnándolo todo de vida de esa manera...
Sentí la magia, sentí cómo tu alma tembló casi convulsionándose, como la mía...
Ese dia supe que mi vida no era real porque lo más real que había sentido, sin pensarlo, en años, era ese beso...
Tus labios jamás dejaron de rozarme, jamás..., muy a pesar tuyo a veces, cuando la realidad te abrumaba...
Entonces entendí la teoría del Big Bang y comencé a escribir lo que sentía... Esa misma noche terminaba completamente con mi relación estancada y muy enferma...
Esa noche, en mi sofá, comencé a sentir que iba hasta tu casa, que para entonces sólo había visto en una ocasión, y estabas semitumbada en el sofá, en el mismo lugar donde estoy sentada ahora, y te acariciaba el pelo, y rozaba tus labios desnudos para mí, y te volví a sentir como si estuviese ahí... Luego miré a mi alrededor y volví a la realidad que no quería seguir viviendo... Aunque me doliese esa certeza, y el dolor que le iba a causar a mi pasado, ahora...
Un día, hablando, tal vez una noche, me confirmaste que esa misma noche me habías sentido...
Yo hice el amor contigo, entregándote toda mi alma; tú me entregaste completamente tu cuerpo, excitado, morboso, dispuesto a sentir a mi lado; tu alma tan sólo me la entregaste hasta el punto que te permitió tu mente y tus miedos...
Mi dolor no llega cuando no tengo lo que espero, que jamás he esperado nada, es el pinchazo de recibir de tí lo que jamás me esperaría al saber lo que sientes por mí, que no lo llamo presuntuosamente amor, como un deber de comportamiento acorde... No sé cómo explicarlo... Es la impotencia de sentir cómo me alejas de tí, para demostrarme que careces de obligaciones hacia mí que yo jamás te asigné... El dolor cuando alejas tu alma de mí para que no llegue a soñar con algo que sabes que no existirá y que yo no espero...
El dolor del ahora sí y ahora no, sin la lógica que secunde tal trayecto...

(01/12/03)

Texto agregado el 23-10-2004, y leído por 144 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
02-11-2004 Muy gráfica descripción. orlandoteran
24-10-2004 no podría haber escrito nada mejor sintiendo lo mismo... éste en particular, es excepcional, y uno de mis favoritos. mis *****, y sabes que mi admiración tambien, alma. estoy en ansiosa espera del siguiente... alto_vuelo
24-10-2004 Pasión atolondrada por la mente y la indecisión de la otra persona. Bello escrito. libelula
23-10-2004 está lleno de tus sentimientos por lo que veo, y es bueno que los sepas transmitir... nyx
23-10-2004 Reflexión muy bien redactada. Escrita con mucho sentimiento. Un saludo de SOL-O-LUNA
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