TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / Paula / Beatriz

[C:638]

BEATRIZ

El clic de la llave girando en la cerradura simbolizó de alguna manera el fin de esa historia.
Sin fuerzas para quitarse el abrigo ni dejar el bolso, se deslizó por la puerta hasta que encontró el piso. Hecha un ovillo como queriendo lamerse las heridas se quedó allí inmóvil recordando como en un film a cámara lenta lo sucedido.
Aún tenía guardado en su retina el color de sus ojos grises plomizo, esa sonrisa petrificada en el rostro, como si la hubiesen colocado allí para desdramatizar la escena; la mano extendida, pidiendo ayuda y el cuerpo inmóvil.
Parpadeó varias veces, queriendo olvidar esa imagen, pero seguía estando allí, proyectándose en todas las paredes de su casa. Tosió y escupió sangre, su camisa – que en la mañana cuando se la puso, era blanca – lucía manchas rojas por todas partes, mezclándose con las de él y en el afán de limpiarlas, las había esparramado a doquier.
Un dolor agudo en la boca del estómago la estremeció, doblegándola aún más, pareciendo frágil, pequeña, indefensa.
Dio marcha atrás en sus repasos... el despertador sonó puntualmente, se levantó se pegó una ducha y salió; en el bar de la esquina, Andrés la estaba esperando, se sentó a su lado y ordenaron dos cafés. Los dedos tímidos de él se iban acomodando sobre su mano, ella los miraba, consintiendo esa invasión inoportuna.
Otra vez escuchar las disculpas de siempre... no fue mi intención, te lo juró que será la última, por favor Beatriz perdoname, por lo que más quieras, sé que estuve mal, pero te prometo que no volverá a pasar.
Ella seguía observando esos dedos sobre su mano y le dio asco que la tocara y la retiró llevándosela a su cara, fingiendo rascarse lo que no picaba.
El dejó la suya posada sobre la mesa, ahora vacía, esperando el regreso de su compañera.
Bebió el café despacio, mientras escuchaba como si viniesen de lejos, de otro lugar, sus súplicas.
Miró el reloj y se le estaba haciendo tarde para ir al trabajo, él solicitó la cuenta y salieron del bar. Ella le pidió un tiempo para pensar...pensar qué, ya estaba todo más que masticado, todo ya estaba dicho.
- Te llevo hasta el trabajo, dale, mientras vamos charlando.
- No, me tomo un taxi, luego cuando llegue a casa te llamo.
- Beatriz, por favor...
- Bueno esta bien, vamos.
- Lo dejé estacionado aquí a la vuelta, toma las llaves, yo voy a comprar cigarrillos en el quiosco de enfrente.

Tomó las llaves y se fue al coche, estaba dando vuelta a la esquina cuando escuchó la frenada y luego ese ruido, giró y su cuerpo iba cayendo por el capó del auto hasta quedar sobre el asfalto.

Paula
oct.’02

Texto agregado el 10-10-2002, y leído por 347 visitantes. (1 voto)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]