Recuerdos
(de los poemas de un niño de 17 años)


Tú y yo tenemos recuerdos
más largos que el camino
que tenemos ante nosotros.

A Noche Melchor



Tú no te acuerdas
-que de seguro no lo archivaste al recuerdo-
no sólo del tiempo en el espacio,
sino del espacio de un tiempo
-¡que obsesión ésta que me fustiga!-
en que empezaba a erguírseme el amor
de la execrable ternura,
inagotada por falta de derroche.

¿Dónde se quedó mi imagen regalada
en el cetro de rey descoronado?
No te acuerdas.
Yo también a veces lo olvido.

Tan temprano
tus espacios ya habían soportado
mis pasos rotos;
esfuerzos de abortos a mi sensibilidad
casi dieron al traste,
pero no te acuerdas:
-no lo supiste-
estabas ahí, dando sombra a mis fantasmas.

Quería adentrarme en tu tiempo,
pero el mío no era el tuyo.

Sin embargo, no te acuerdas
-ya sin haberme nunca tenido en cuenta-
heriste mi paisaje,
el que yo creía para ti prohibido
para recorrerme palmo a palmo
y me fuiste sangrando los espacios;
teñiste mis calles, mi flora
diste a mis pies cansancio.
Y al doblar de la esquina
dejaste mi amor intacto.

Tú no te acuerdas
-no llegué a estar en tus archivos-,
pero tú y yo tenemos recuerdos
más largos que el camino
que tenemos ante nosotros.

París-Habana, 1970-2004