variaciones en el horizonte

“…… los suspiros acarician
como fauces sangrantes…….”

Dame un invierno de leña y encierro
para amamantar la amargura que crepita
no hay dolor sin escucha
aunque los vanos pasen de puntillas
y los suspiros acarician como fauces sangrantes.

Con la dicha de la cualidad de sentir
y qué agradecido el corazón al no pararse
abandonarme a mi extinción,
odre de lágrimas de viajero que parte.

No huir cuando lo arañaron y sangró
mantener su obstinación de músculo,
latir para recordar esa lumbre
que me nace y a pocos se apaga
rescoldo luminoso si muevo la ceniza.

Dolor que es sincero
como los corazones donde aúllan los lobos
y la luna se encarna entre el olivo triste y la vereda.
Dolor que me lleva a la nada viniendo del todo.

Volver para consagrar el silencio
Recordar aquella luz que ciega mis ojos de ahora,
aquel ímpetu que abrasa mi rostro de mirar.

Vida que acompaño, amiga fiel,
a veces con silencio, las más con andrajos de tiempo
como ruinas desenterradas.

Y en esta noche de lumbre y silencio,
remuevo las ascuas sin leño y sigo abrasado.

Parto al olivo y estás,
bajo la luna, en la vereda
los lobos cantan su blues triste
y siento la vida escapar a compuerta abierta.

Ahí está el dolor que amaso
para hacer panes de silencios.

15.01
2023
02:30 a.m.

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Antonio © M. ( T i T o. M.)
29/Enero/2023
Nómada