Bajo la sombra jugábamos a creer que la nieve caía sobre nuestras cabezas con un sol de treinta y ocho grados; los copos de nieve eran las flores de la limonaria. Le quitaba de su cabello las flores de “nieve” y tarareaba la canción de Lara. ¡Dónde te metes condenada muchacha! gritaba su abuela desde la choza. Y ella al oído decía: «sigue, hasta que grite dos veces más».
Texto agregado el 17-08-2022, y leído por 154
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Lectores Opinan
06-09-2022
Divino...
(Sigue, porque solo importamos tú y yo). felinadance