“Servicio conmemorativo para nuestros seres queridos en
MEMORIA DE GUSTAVO FILANTRO ARQUIPIDES
Fecha: 22 de septiembre del 2020
Horario: 20 hs – 24 hs
Lugar: Plataforma ZOOM
Enlace: https/us02web.zoom.us/j/jsbuebjkq8582654729%y&?=hwigHGFT687FVCBuouvtdlahsiscg
Era el mensaje de la casa velatorio “SOMOS MAS” que me había llegado al whatsapp. Mi madre, por otro lado, me envió un mensaje que decía “se murió tu tío de un ataque cardiaco, hay velorio, tenés que ir”. Sabiendo mi resistencia a los velorios y sobre todo a esa parte de la familia.
Mi tío era un ser detestable, pero familiar al fin. Tenía 66 años, fumador empedernido y cuyo único deporte, era agarrar el control remoto. Malhumorado. Había quedado viudo hace 15 años y nunca quiso formar otra pareja. Era grandote, de 1 86 m de altura y 120 kg de peso, aprox. Recuerdo un día que me grito enfrente de todos por agarrar la última milanesa que había en la fuente. Para ese entonces, yo tenía 15 años y de ahí un odio que perdura.
A esa reunión, por más que quisiera, no podía decir que no y debía asistir a ese Zoom velorio. Además, no había excusa, la pandemia nos tenía a todos casi encerrados y mi vieja me lo había pedido. Principal razón para asistir.
Tenía todo el día para prepararme, pero la verdad, no sabía a que tenía que prepararme. Como se viste uno? Se pone en mute? Hay que prender la cam? Es un velorio y x zoom!!!. Yo tenía experiencia en cumpleaños, clases de gym, de teatro y hasta cursos para el laburo, pero un velorio x zoom, no entraba en mi cabeza.
La invitación formal había llegado a través de un grupo de whattsap llamado “somos más en memoria de Gustavo”.
Mientras me preparaba, ya empezaban los mensajes a ese grupo
- Llego un rato tarde, espérenme.- decía una tia segunda.- No tiene prisa - agregaba yo, para mis adentros
- No me acepta la invitación. Alguien puede avisar? Alguien ya ingreso a la sala?- una ansiosa con número desconocido.- Mi tio- seguía divirtiéndome con mi mente.
- Se me cuelga internet, pruebo de nuevo. – mi prima carlota.- proba que hay tiempo- yo seguía.
Entre otros mensajes, donde además, ponían stickers con la carita llorando o se generaba una charla interna entre una prima segunda y otro tío que no se veían hace tiempo, preguntando por su familia y por el partido de BOCA. Yo me seguía divirtiendo leyendo los mensajes y respondiendo a algunos, internamente claro.
A las 21 hs decidí que era un buen horario para entrar. Abrí una botella de vino, me acomode frente a la computadora, respire hondo y fui con el cursor hacia el link que nos permitía el ingreso. Hice click y espere. La organizadora me dijo que en breve me hacía pasar a la sala pero que tenía que mantener silencio y la cámara encendida. Yo me había puesto una camisa blanca y un short en la parte de abajo. Total, no me iba a levantar.
En la reunión había 30 personas. Yo, intentando individualizar a todos y buscando a algunos familiares. La imagen principal y más grande, era de un cuarto semi oscuro donde estaban algunas ofrendas florales, el féretro en el medio y dos sillas, una a cada lado del cajón. Del lado izquierdo se encontraba Tomás, único hijo de mi tío, y del otro lado su esposa. Únicas dos personas presentes en el velorio. Alrededor de esa imagen y bien chiquititas, estábamos los invitados via zoom, bien chiquitos, casi sin poder distinguirnos unos de otros.
Al darnos una señal, la anfitriona, nos habilitaba el micrófono y previa presentación, saludábamos a los deudos. A veces, la imagen cambiaba y ponía diferentes fotos de mi tio con las personas que hablaba y otras solo de momentos de su vida. Eso si, en el momento que cada uno hablaba, su imagen se ampliaba y era visto y escuchado por todos
- Mi sentido pésame- era una frase muy repetida, seguida de- se nos fue muy temprano. Era un ser maravilloso…
En el momento que le toca hablar a mi prima Carlota, su imagen se detiene junto con sus palabras.
- Te acompa- llego a decir- un viaje a Monte- mientras se reia de un recuerdo que habían compartido y nosotros nos reíamos del servicio de internet que la dejó congelada unos segundos.
También estaba el caso de Jorge, mi tío, que al momento de hablar se larga a llorar y de repente se pone su pantalla toda negra. Un instante posterior, se ve nuevamente a Jorge que había sacado de un escafio a su gato y liberado la cam.
Mientras esperaba mi turno, ya que estábamos por orden de llegada y con un máximo de 5 minutos para hablar, las situaciones bizarras seguían ocurriendo.
Un tal Jose, se levanta y se lo ve con un short de futbol, mientras arriba tenia puesta una camisa y corbata. O Micaela empieza a hablar y se escucha a sus hijas gritarse unas a otras, mientras estaba consolando a Tomas y le hablaba del respeto que le había inculcado su padre a ella.
Al llegar mi turno, ya un poco picado por el vino y divertido por la situación.
- Tomas, te acompaño en el sentimiento. Recuerdo que a tu padre le gustaba mucho las milanesas que hacia la abuela y siempre me dejaba la última para mí. Un abrazo fuerte.- fueron mis palabras mientras apagaba la llamada.