Caras de póker
para resolver
lo más fundamental...
ya no más...

Ya no más el escupo al cielo...
yo no soy inocente.

No soy el bueno del baile
y qué barbarie la crítica juiciosa,
el apego al último de los estándares,
como moneda de cambio:
como vanagloria moral.

Me alejo cada vez más
de dichas sensateces
retorcidas...
alejadas del encuentro...

Porque sí, se puede el encuentro
desde lo honesto,
desde lo no tan correcto siempre,
desde la libertad.

Se puede anhelar un abrazo,
para abrazar de verdad.