Montaña de piedra
miles de años y un día
y esa roca ¡casi en el vacío!
Abedules en zuecos de madera
bordeando la pagoda
la contienen.
La blanca grulla
por el cielo de Huà Shan
acicala las alas de su tiempo
vuela pausadamente
revoloteando entre los ecos
y la luz dispersa de las estrellas.
Silenciosa circunstancia
el ermitaño deja atrás
las escaleras de otros montes
y el paisaje de su choza
por la senda del tao llega a la cima
y junto con la grulla recorren
los mapas del vacío.