LA NADA

DIOS oscuro mito hijo del miedo del hombre
Los griegos: “cruel vejez”. De joven no lloraba ahora las lagrimas llegan sin sentir

El caballero mexicano acude al cementerio a visitar la tumba donde están su hermano y su padre
Está en el cementerio donde quisiera que sus restos reposaran, pero, sus descendientes (por la época moderna) lo cremaran y sus cenizas las pondrán en una urna, en un nicho de un columbario de una iglesia. A pesar, de que él no cree en nada sobre natural. Entonces, él quisiera, en todo caso que sus pavesas fueran repartidas en su ciudad.
Recuerda las mujeres que gozó, aunque no las amó, ahora, por su egoísmo está triste porque su mujer, enferma, corre peligro de desaparecer. ¿Qué hará sin ella para su comodidad?
¿Tiene remordimientos por las mujeres que gozó sin amor? Parece ser que no. Siente sólo una vaga tristeza, la que causa el recuerdo de las cosas idas. Anciano ahora, le parece oír leves chasquidos de besos, el chocar de copas, carcajadas.
El único beso que le queda por sentir es el que le dará la dama de negro. La única copa es de amargura. La última carcajada será de la vida que se va.
Piensa el caballero que al final solo le quedará cuando se encamine a la dimensión desconocida, a la nada, el polvo al polvo.