AIRE Y BRISA
soneto espejo

El aire tus aromas presumía
como una profecía de locura,
regaba flores negras como cura
a cuantas presunciones distinguía.

El viento perturbaba la sequía
creando con su polvo la hermosura
de cactus espinosos sin cordura
que pronto se volvían elegía.

El aire fantasioso dominaba
a necias predicciones maliciosas
que daban unos pasos detestables.

El viento doblegado distanciaba
los llantos y las penas dolorosas
a lejanos lugares inefables.

El aire de la brisa será amiga
limpiará sin preguntas mi infinito
rociando de blancura mi impureza.

El viento dará muerte a la fatiga
llenándola de fuerza de granito
matizada con sesgos de grandeza.

El aire les dio vuelta a tus olores
trayéndolos de nuevo a mis pulmones
zurciendo en mis adentros los botones
de flores virginales y de amores.

El viento saturado de colores
repintó de alegrías e ilusiones
a tantas profecías sin razones
que un día me cegaron los albores.

Jerry Méndez
México
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