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Inicio / Cuenteros Locales / carlosivankelso / EL ASESINATO DE UN HOMBRE VIRGEN (O EL PRECIO DE LA VIRGINIDAD)

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Matías Schrank, un joven de cierta fama por haber participado en alguna edición del Gran Hermano, donde alcanzó notoriedad por proclamar a cuatro vientos su virginidad. Oriundo de la Provincia de Misiones, tenía una gran actividad en las redes sociales hasta marzo de 2020, cuando, según se dijo, difundió noticias falsas sobre la pandemia, y a partir de allí desapareció de todos lados, como si se lo hubiera tragado la tierra, o se lo hubieran llevado los platos voladores a algún planeta lejano y desconocido.

Pero lo que ocurrió es que un buen día Matías se internó en la selva misionera, en alguna de las épocas áreas protegidas que aún quedan, para convivir con la naturaleza y alejarse de todo placer carnal y material, como una suerte de ermitaño, que ya nada quiere saber con la civilización. Y que entonces fue a pasar el resto de sus días a una choza, a vivir de los alimentos que le da la naturaleza y a mantener su virginidad a perpetuidad.



Una tarde, como cualquier otra tarde, Matías estaba internado en la selva buscando algunos frutos silvestres y quizás algún animal del que alimentarse cuando se desató una fuerte lluvia que lo hizo regresar rápidamente a una choza que habitaba, y allí, para su sorpresa, sobre la mesa, había un enorme Queso, de gran tamaño, de aspecto muy sabroso, con agujeros grandes y voluminosos.

- Deja de comer esas porquerías de la selva y hoy disfruta de un buen Queso – le dijo una voz femenina - ¿Hay una comida más masculina que un suculento Queso repleto de agujeros? ¿O acaso tu virginidad no te lo permite?

- ¿Quién sos? – preguntó aterrado y paralizado Matías Schrank al ver frente a el a una rubia semidesnuda, en pose muy sexy y seductora - ¿Qué haces aca? ¿Qué queres?

- Soy Carla – fue la respuesta de la rubia – Carla Lucía Romanini, conocida como la Quesona, y vengo a hacerte perder la virginidad, por las buenas o por las malas.



Matías permaneció quieto, paralizado, mientras Carla se fue acercando a el, con un cuchillo, un enorme cuchillo, la rubia bien podría haberlo apuñalado en ese momento si así lo deseaba, pero no hizo eso en ese momento, con el cuchillo le desgarró las vestiduras al ex Gran Hermano, dejándolo desnudo, y entonces lo agarró, se arrodilló, y empezó a chuparle el pene, primero, y luego le chupó debajo de las axilas, el luego le chupó los pechos, la vagina y los pies, todo en una escena repleta de pasión e intensidad, como la relación sexual que siguió a eso, cuando finalmente Matías Schrank perdió la virginidad, al penetrar a Carla de una forma selvática, haciendo honor al lugar donde estaban.

- Perfecto Matías, perfecto, estas en la selva y resultaste ser una fiera salvaje, como un yaguareté – dijo Carla.

- Fue una experiencia sublime – dijo Matías Schrank – pero no debí hacerlo, no creo que vos seas la mujer de mis sueños, solo una relación sexual, y nada más, perdí la pureza, la castidad y la virginidad, ya no soy digno de mi propia persona.

- Ja, ja, ja – río Carla – tenes razón al decir que no soy la mujer de tus sueño, porque aunque te dí sexo, ahora te voy a dar Queso – y Carla agarró el Queso y lo tiró encima de Matías Schrank – y seré la mujer de tus pesadillas, pues ahora me convertiré en tu asesina.

- ¡Nooooooooooooooooooooo! – exclamó de terror Matías al ver como Carla blandía el cuchillo delante de el con sus guantes negros - ¡Pero tal vez lo merezca por caer en manos del vicio y del pecado!.



Cuchillo en mano, Carla se tiró sobre Matías y le asestó una brutal puñalada en el pecho, y a continuación le dio tajos, heridas, cuchilladas, cuchillazos y puñaladas en todo el cuerpo, apuñalando en forma salvaje al joven casto y virgen hasta un rato antes de aquellas escenas repletas de sexo y sangre.

- Queso – dijo Carla Romanini mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Matías Schrank – Matías Schrank – mientras decía en voz alta el nombre de su nueva víctima, la número cincuenta y siete.

Y Carla desapareció de aquel lejano lugar en forma tan misteriosa, como había llegado, o quizás no tanto, porque caminó unos metros donde la esperaba un chofer anciano, que no pronunció palabra alguna, solo se limitó a hacer regresar a la bella y rubia modelo a la civilización, mientras en su mente criminal, Carla ya estaba planificando nuevos asesinatos.

Texto agregado el 17-07-2021, y leído por 130 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
18-07-2021 El instinto asesino de la Quesona parece no tener límites. Entre sexo y queso todo se da a su voluntad jaa. Me gustó tu texto, lo disfruté, más allá de las instancias de vida. Saludos Shou
17-07-2021 Una asesina serial que come, ofrece sexo y queso y le apodan la Quesona? Original relato. Saludos. maparo55
17-07-2021 "Carla Lucía Romanini, conocida como la Quesona", ay, jajajaa...me hiciste reír de lo lindo. Quise saber en qué momento incorporarías tu alimento favorito, la razón de tu exsistencia. Sos único!!! MujerDiosa
 
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