Fuiste el joven que despertó sensaciones que ignoraba.

Fuiste el creador de horas de discursos interminables.

Fuiste que entre chistes me guiaste sinuosas encrucijadas.

Fuiste el que cuando todo se desmoronaba raudamente te alejabas.

Fuiste el que recriminaba sin pausa ni descanso.

Fuiste inocente de culpa y cargo.

Tu lema siempre fue sálvese quien pueda.

Fuiste el que nunca quiso responsabilidades.

Tu lista de reclamos siempre fue interminable.

Fuiste excusado, puro, casto, absuelto de todos los compromisos.

Fuiste el príncipe encantado que se transformo en amargo desengaño.

Supiste destruir las mas bellas ilusiones.

Despertar a tu lado era un viaje a los desconocido.

Un día eras chistoso, jocoso, divertido.

Al siguiente un incordio, desembocando en el árido desierto.

El carrusel nos solo perjudicaba mi vida.

Sino que en el rodábamos todos al declive sin retorno.

Supe que al salvarme ayudaría a socorrer a mis retoños.

Hoy después de tantos años se que aunque fue penoso.

“Hice lo correcto”

No acarreo ni culpa, ni arrepentimiento.

Sencillamente fue preciso para poder criarlos.

Los vástagos no solo se hicieron mujeres y hombre de provecho.

Se multiplicaron regalándome un ramillete de maravillosos niños.

Endulzando los tormentosos vestigios del pasado.

CAL.COR