EL PAJARITO

Amigos:
Ahora les voy a contar una historia muy triste.

—El par de cabrones me dieron una madriza que me pasé quince días en el hospital y aún, como usted se da cuenta, tengo el brazo enyesado —le dije al comandante Pérez en la delegación de policía.
—¿Qué más le hicieron?
—Mi vocho, un VW de los que llaman “escarabajo”, del año 2006, los últimos que en Puebla (nuestro estado) fabricaron, muy bien cuidado casi de colección le dieron en la madre y los restos que quedaban, los quemaron. Y eso no es todo me dijeron: “mira cabrón da gracias a que ahora te fue bien, si sigues en tus pendejadas, te chingamos tu pajarito”.
—¿Tiene idea de quienes son los culpables?
—¡Claro qué sí? Fueron las guaruras del que fue diputado por Atlixco, Puebla, el tal Herculano.
—¿Por qué lo madrearon?
—Ya conoce a ese político, viejo, feo y panzón, pero tiene una esposa muy chula y coqueta. Y no es por presumir, pero yo he mojado mi “brochita” en su hermoso cuerpo.
—Bueno, le costara una buena lana, haremos la investigación.

Les refiero que quedé tranquilo, aunque los policías me sacaron un chorro de marmaja. Después de un tiempo me citó el comandante para informarme.
—En el tiempo que fueron los hechos, don Herculano y su esposa estaban y siguen en los USA y de seguro las guaruras están en Chihuahua. Así que ya no hay nada que hacer, pero le voy a dar un consejo.
—¿Cuál? —pregunté, consciente de que “adiós mi dinero”
—Vaya a la iglesia San Agustín a confesarse y después asista a los ejercicios espirituales que ofrecen en el seminario. Chanza y se le quite a su pajarito lo caliente.