No se de ti, ni de tu...No se de lo que hablas y no se de lo que callas. No se de lo que piensas y sientes en la lejanía de la soledad. No se si te has ido o has permanecido. No se si estas o no lo estas...Y a todo esto solo tengo esta pregunta que a la vez es mi respuesta: ¿Te importará de verdad que me lo pregunte y quiera saber? La verdad no estoy seguro de cómo el abismo te carcome desde adentro; ni tampoco tengo seguridad de que los abismos nos reúnan en los amaneceres de azufre que sucumben ante tu paso; si, aquel que destruye ciudades al hacer cimbrar la tierra.

No se tu luz donde se proyecta pero las pléyades del deseo carcomen las paredes de mi carne, esa que se ha ido pudriendo con las melodías de tu voz maldita.

Tu silencio es tan empírico que se da de una manera tan rimbombante que es casi absurda en comparación con tus sutiles movimientos llenos de oscuridad.

Ahora callo y espero en la tierra que se baña con mi sangre, espero sentado, muriendo lentamente tratando de alcanzar lo que se me va entre las manos, tu fantasma.