Fue sólo el amor lo que me impelió a obrar de aquel modo, sin reparar en otra cosa distinta a ello. Una vez que se empieza a amar ya no se sabe cómo se acaba. Por otro lado, nada más lógico que hacerla partícipe de tal sentimiento- me preguntaba. Lo siguiente fue coger un spray y escribirle el "ailoviú" en el primer lugar que se antojara. Pero entonces vi su coche aparcado en zona azul- era sábado por la noche: ya de retirada. Qué cara de sorpresa se le pondrá- vislumbré, interrogativamente.


Luego me di cuenta de que el coche era nuevo y hasta tal punto flamante de no necesitar más aditamentos de los que tenía. Pero ya era tarde. Ya era tarde, señor juez, y en mi defensa alego que fue un acto de amor y solo amor aquel "te quiero" en inglés, con el spray rojo que le endosé en la puerta delantera.