No sé; quizá me decida a no salir más. Pediré la comida por teléfono. Ya he visto bastante en la vida. Si alguien quiere algo de mí que llame a mi puerta- me acaba de decir alguien por medios cibernéticos.
Y la creo. Tanto es así que le he preguntado su dirección, para ir haciéndole alguna visita. Pues previamente he indagado si me va a dar con la puerta en el narigal. Me ha dicho que sí. Que sí que no me da en el narigal. Y bien pensado, yo creo que la voy a secundar. Al periódico no vuelvo a entrar: videoconferencias y correo electrónico. Al fin y al cabo las disquisiciones que uno monta no necesitan de mucho contacto con la realidad. Ella dice que también se va a teletransportar laboralmente hablando. Con el tiempo encontrarán una mojama por algún rincón- le he advertido.Pero una mojama integral- me ha contestado. A tal efecto le he dicho que me vaya informando si le va mal; que uno hará lo propio. También me ha dicho que sí.
Por las noches ponemos el skipe y es la mar de divertido. No necesitamos más. Ni sitios de copas, ni cinematógrafos, ni rúas concurridas o sin concurrir. El deporte lo practica subiendo y bajando escaleras, y el aire limpio lo toma de una ventana (del que le entra por una discreta ventana). Rien ne va plus( no se puede pedir más).