Cuantas veces en el correr de estos meses me enfrente con ustedes.

Vistosas plantas de flores de colores que atraían mi atención.

Sus pimpollos de color rojo, las amarillas como el oro.

Las atrevidas anaranjadas fueron las culpables de mi pecado.

Era imposible no hacer caso a su llamado.

Las lágrimas apenadas se deslizaban por sus pétalos rosados.

Sin poderme resistir una mañana me pare a escuchar sus penas.

Me convencieron que me llevara solo una flor seca.

Marchita aunque en su interior latía su corazón.

Con culpa agarré una de las flores más secas que encontré entre los macizos.

Presurosa me dirigí cruzando la plaza abrumada por la culpa.

Sentía más de una mirada que me perseguia.

En el patio tome una maceta a la que alimente con tierra.

Colmada deje caer en su interior los pétalos secos de color marrón.

Como promesa cuando transitaba por esa esquina recolectaba otra flor.

Cinco colores que fueron plantadas en diferentes cuencos.

“Ellas tenían razón”

¿Por que morir sin una ilusión?

Ellas tenían vida en su interior solo necesitaban un poco de cuidado.

El sol con la tierra fértil y el agua fresca han hecho magia.

Las plantas estallan de pimpollos de color.

Prometieron transformarse en maravillosas plantas.

La naturaleza con su sabiduría logro el milagro.

Las mariposas se deleitan volando .

¡Van golosas por cada pimpollo haciéndose un festín con su néctar!

Cinco flores secas se multiplicaron en promesas concretadas.

CAL.COR