Se oscurecen los ventanales como por arte de magia.

Con suavidad comienzan a caer gotas silenciosas.

Rayos y truenos se presentan con autentico descaro.

Brisa me mira con terrible susto dejándola pasar cierro la puerta.

Se desparrama agradecida en el moisés acurrucarse complacida.

En instantes cae una torrencial cascada bañando mis acaloradas plantas.

Los suspiros de placer hacían coro en mi pequeño jardín.

Cascada de agua caía con libertad bañando sus hojas.

Los vidrios se empañan negándome ver el espectáculo .

El ruido retumba mientras los rayos iluminan con dorado fulgor.

Los suspiros de pura satisfacción se confundían con las cómplices sonrisas.

El bao se borro dejándome ver la entrega gratificante que disfruta mi patio.

Los gotas explotar en suelo entretanto la pichicha asoma sus negros ojos.

Perturban su sueño esos ruidos molestos que hostigan su paz interior.

La paleta de colores se ha intensificado.

El degrade de verdes.

El rojo de los geranios compiten con los malvones.

Las blancas margaritas discuten con los malvones blancos.

Las pimpinelas han salido erguidas extendiendo sus pétalos.

La planta de zapallo sigue estirando sus brazos cargando sus hijos con mimo.

Las miles de calendulas de todos colores se han ido multiplicando.

Esto es vitalidad, estimulo, energía.

Confianza, creencia, ilusión.

“Siempre habrá más”

CAL.COR