PALABRAS ESCURRIDIZAS
Sus palabras al igual que él, se escurren por mis sentidos. Las huelo, las miro, las palpo, las escucho, las saboreo. Trato de recordarlas, pero algunas se deslizan y solo quedan aquellas que se leen entrelíneas.
Día a día coloco una al lado de la otra, tratando de que encajen y lentamente voy armando un puzzle con ellas.
Lo armo y desarmo varias veces al día, procurando de no engañarme, asegurándome que su significado sea el real, no el que yo deseo.
Yo también juego con las mías, pero yo sé cual es el verdadero sentido de ellas, pues yo las elegí, las busqué, las sentí.
En cambio, las suyas, son de él, a mí no me pertenecen, él me las regala, pero no sé qué hacer con ellas, si atesorarlas y no dejar que se pierdan o que el recuerdo las rescate de la papelera.
Me pregunto como será oírlas, qué énfasis les dará, qué tonalidad usará, con qué expresión las acompañará.
Puedo imaginármelo, pero sé que no es lo mismo.
No tengo prisa, he aprendido que la ansiedad no es buena compañera, mientras lo espero, voy tejiendo y destejiendo historias con sus palabras.
Paula
set.’02
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