Nos levantamos dispuestas es el primer día del viente veinte.

Nos alistamos contentas afuera nos esperan las calles de Pilar.

Mientras nuestros pasos se van acercando a la plaza.

Nos hemos cruzado con algunas personas hasta un colectivo vimos pasar.

Nuestro banco de madera una familia lo tiene acaparado.

Retozas con tu simpatía por el césped mientras observas el vuelo de las aves.

Primero de enero encontramos el super abierto.

Mi rulienta compañera me acompaña entre las góndolas.

Recorremos los pasillos mientras Brisa va sentada en el carro.

Con las bolsas en la mano volvimos de regreso a casa.

Sedienta fuiste derecho a calmar tu sed.

El primer almuerzo del año ha de ser algo sabroso.

Al abrir la heladera me guiña un ojo el tomate seduciendome con su redondea.

Entre tanto me capturo la atención las sexis berenjenas en escabeche.

Le di un buen baño al tomate antes de pelarlo cortándolo en cuadrados.

Del frasco saque tres fetas de las escabechadas verduras.

Entre tanto me hice un omelete de atún con el queso derritiéndose de amor.

Para ser la primera comida del año.

Al final había logrado hacerme un almuerzo apetitoso.

Lo corone con un helado de pomelo rosado.

“Glotonamente complacida”

El almuerzo que inauguro mi año ha sido delicioso.

A la altura de un gourmet.

CAL.COR