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Inicio / Cuenteros Locales / Carlos_Lebon / Largo Lebón II: En el Coseno de la maffia

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I

Vito Comezone tenía la estampa del abuelo bonachón. Con la Borgiana majestad del canalla envejecido, no costaba imaginarlo en el club de bochas con un vaso de vino tinto en la mano sonriendo apaciblemente junto a sus viejos compañeros de promoción y probablemente lo hacía. Claro que, con la misma tranquilidad podía ordenar llenarte el cuerpo de plomo, razón por la cual me hallaba yop incómodamente instalado en su oficina preguntándome por enésima vez para que diablos querría el Capo de la Maffia los servicios de un detective privado.

Porque, claro está, soy detective privado. Permítanme presentarme, mi nombre es Largo Lebón (h) y soy el retoño algo tardío de un ex solterón empedernido como mi padre y una beldad como mi madre, que lo curó en seco de todos sus vicios, que de todas maneras nunca fueron demasiados como él presumía.
En fin, en todo caso me tocó seguir la tradición familiar en este noble oficio cuyo origen se remonta, sin duda alguna a la época de Caín y Abel, ya que en ese entonces no había policía y es así que le tocó al primero de los Largo Lebón investigar ese horrible crimen.

Pero la verdad es que me estoy yendo por las ramas para disimular el pavor que me daba mi cliente. Y sip, el que no tiene miedo de Vito Comezone es un héroe o un estúpido. Y como idiota estoy seguro de no ser y héroe menos aún (tienen el inconveniente de abandonar el mundo en la flor de la vida) allí estaba tratando de controlar sin demasiado éxito, los retorcijones de mi estómago delicado.

Cuando don Vito fijó en mi esos peñones de oscuridad impiadosa, supe que la espera había llegado a su fin. No supe en ese entonces (lo sé ahora), si era una buena o mala noticia

-Largo Lebón, detective privado –
-Ese soy yo, sip –
-Conocí a su padre, hace tiempo -
-Lo recuerda perfectamente, es usted un hombre difícil de olvidar -
-Así lo dicen…Su padre se hizo famoso con el caso del robo de la gallina ponedora –
-Él dice que fue simple rutina, pero dado que gracias al mismo conoció a mi madre, no termino de creerlo –
-Ahh!!! Sip!!! El amor!!! El más glorioso de los sentimientos, justamente de eso quería hablarle.
-Soy todo oídos Sr –
-En poco más de un mes, voy a casarme –

Entonces, claro está, se juntaron todas las piezas del rompecabezas. Comprendí al fin para que se me había citado.

-Quiere usted que investigue a su novia –
-Es muy perspicaz, Lebón, efectivamente es lo que deseo –
-Quiere saber si es una buena chica –
-Por es contrario, Lebón, lo que quiero que me asegure es que es inequívocamente mala –

La verdad? Me quedé helado. Supongo que el desconcierto se reflejó en mi rostro, porque don Vito prosiguió diciendo:

-No entiendo por qué se sorprende, Lebón. Ambos sabemos que mis negocios legítimos no son más que una pantalla para encubrir un imperio criminal…..Imperio que quedará en manos de mi Hélida, cuando yo acuda a mi postergada cita con Don Sata. Necesito, es más, me urge saber si es lo suficientemente fuerte y despiadada para ello –
Y de no serlo? –
-No habrá boda, ciertamente –
-Por decisión del novio? -
-Nop. Digamos que la novia se hallará indispuesta –

Huelga decir que aquello dio la conversación por terminada. Con pretendido aplomo, me dirigí a la puerta y antes de que saliese, el bonachón abuelo dijo:

-No me falle, Lebón. Actúe como si la vida le fuese en ello….. –

II

Los primeros días de seguirla no me dijeron gran cosa. Vi su bellísima figura sumergirse en los antros más repugnantes, pero eso bien podría ser una representación bien lograda. Tales sitios disponían de varias salidas y una persona hábil era capaz de eludir las cámaras que cuidadosamente dispuse en ellas, más aún teniendo en cuenta las cualidades de su maestro.

Finalmente decidí probar con otro ángulo: los franceses dicen “Cherchez la femme”, por el contrario los de la Madre - Patria dicen: “Chase the money” Debí haberle dado bola a los yanquis desde el principio, por algo ellos son la primera potencia del mundo y los franchutes no figuran en el podio, pero bueno, la herencia francesa me traicionó y me hizo perder el tiempo.

-Central de Policía, en qué podemos ayudarle? –
-Hablo con la mujer más bella del Universo? –
-Largo Lebón, grandísimo versero, no te dije que jamás me llames a mi trabajo?
-Y de que otro modo podría escuchar tu adorable voz?
-Si de mi dependiera, nunca –
-No seas mala, Clarita. Así respondes a todas tus llamadas? No me extraña que no tengas citas –
-Pues fíjate que las tengo. Y no me abandonan en la mitad de las mismas por alguna novedad urgente en un caso –
-Pero vos podes dejarlo plantado sin que se te mueva un pelo –
-Privilegio femenino, Largo, ha sido así desde siempre -
-Los tiempos están cambiando, Clarita –
-No para mí, soy cien por ciento clásica –
-Esta bien, está bien, vos ganas, es lo que querías oír?
-Nop, pero me encanta escucharlo igual….Ahora bien, que querías? –
-Pensás que te llamo para pedirte algo? –
-Y acaso no es verdad? –
-Lo es, pero al menos deberías sorprenderte –
-Larguito, por regla general los hombres son aprovechadores y oportunistas. Por qué vos habrías de ser diferente?

En fin, puede que no haya sido una de mis conversaciones más agradables, pero menos de treinta minutos después, en la bandeja de entrada de mi mail tenía toda la información disponible.
En las innumerables partidas de mi augusto empleador, los desvíos eran irrisorios, insignificantes. Uso finísimos hilos virtualmente imperceptibles excepto para el profesional ojo entrenado de quién les habla. Dichos hilos confluían luego en un destino común tejiendo una suma para nada desdeñable, que se derivaba luego a diferentes destinos: orfanatos, hospitales, escuelas…..Era el primer clavo en el ataúd de la hermosa prometida y por algún motivo que desconocía en aquel entonces (ahora sip, lo conozco) no lograba sentirme reconfortado. Me dije a mi mismo que era la Ley de la selva, era ella o yop, no había otras opciones y hay un dicho local que reza: “entre que llore mi madre y llore la tuya, pues bien, que la tuya sea la que llore”

El caso es que, después de hallar varios clavos más en los registros financieros y en aras de hacer un trabajo a conciencia, volví a la francesa etapa del seguimiento. Huelga decir que la infernal visión de sus curvas de vértigo era un beneficio añadido que habría de aprovechar, pues los placeres de la vida son efímeros, más aún en este caso.
Y en eso estaba cuando percibí unos individuos inequívocamente sospechosos que hacia mi beldad se acercaban con intenciones más oscuras aún que sus almas putrefactas. Y el hecho de que lograran desviarla hacia un solitario callejón, confirmó mis sospechas.

-Vamos, vamos bonita, como que no tenés nada? Una chica tan guapa siempre carga con diamantes, rubíes, esmeraldas –
-Es posible, pero yo no –
-Te va a crecer la nariz como a Pinocho, bonita –
-Qué original!!! No lo había oído antes !!!! –
-Ja ja ja. Me encanta las chicas listas, bonita. Solo por eso te dejaré un consejo: sería mucho mejor para vos que tuvieras joyas…
-Ya te dije que todo lo que tengo está en la cartera que tenés en la mano –
-….O tendremos que compensarnos por las molestias de otra forma….
-¿De qué otra forma?
-¿No lo adivinas? –

Llegado a este punto no sé lo que me irritó más. Si las amenazas en sí o lo aterrador de lo estándar de ellas. ¡¡¡ Santo Dios, esos no reconocerían una idea original ni aunque les mordiera el coxis !!! (Sip, también soy clásico, demándenme)

-Alto ahí, mugrosos bastardos!!! – (siempre quise decir eso)
-Qué decí vo? -
-Que dejés a la Dama en paz! –
-Por qué?
-Porque si no te reviento!! –
-Ahh, hubieras empezado por ahí, por qué no hablás claro? Que tenés una papa en la garganta? –
-Eso no te interesa, rata bastarda!!! (sip ya me estaba entusiasmando) La van a dejar en paz?
-Nop –
-Por qué no? –
-Porque no se nos da la realísima gana!!! –

Bueno, huelga decir que después de ello, estaban demás las palabras. Rápidamente extraje de su funda mi Remington – Steel 4500 de 9 núcleos, 32 Gb de Ram y 2 Gb de Caché y obviamente ellos hicieron lo mismo.
La buena noticia era que mi traje, de aspecto anodino en apariencia, era de kevlar puro reforzado bajo las axilas. La mala noticia es que la indumentaria de ellos era de características similares.

O sea, nos disparamos a lo loco sin hacernos un mísero rasguño, mientras las balas salían desviadas a cualquier lado haciendo un batifondo tal que parecía un concierto de Metálica.
Ciertamente, estábamos en un punto muerto que los malvivientes intentaron romper acortando las distancias. Para mí era una buena noticia: soy experto en Fu-man-Chú y aparte me vi todas las películas de Jackie Chan. La mala noticia era que ellos también las vieron.
Con cierta desesperación vi que ellos preparaban el mortal ataque:”El jabalí baja desde la montaña” así que no me quedó más alternativa que responder con “la zarpa del tigre en época de celo” una postura de defensa la mar de agresiva contra un ataque numeroso, lo que claramente se deriva del hecho de que el tigre una sola vez al año tiene una alegría y en tal circunstancia reacciona con extrema violencia ante quien tenga la mala idea de romperle las pelotas.

La verdad, la tenía pareja y aún con una ventaja leve a mi favor, hasta que un imponderable desniveló la contienda. Seguramente Usted no ignora que los gatos son excelentes cazadores de ratones y afines, verdad? y si extrapolamos esta idea, lo mismo debería ocurrir con los tigres, que en esencia son gatos más grandes, pesados y feroces, verdad? Desgraciadamente no es así, compadre. Los ratones aterrorizan al poderoso tigre, se le meten en los ojos, en las orejas, arriba de la pelambre, lo vuelven loco !!! Solo hace falta que visualice un ratón para que el poderosos tigre huya despavorido. Para mi propio infortunio, el callejón estaba lleno de roedores y mi sublime postura de ataque - defensa se fue a la mierda más rápido que los planes de pobreza cero del Impresentable.

Acto seguido, el jabalí arrasó con violencia mis pobres huesos.

La buena noticia es que después del enésimo golpe de tamaña golpiza ya no los sientes en absoluto y hasta te podés silbar un tango mientras el enemigo se desloma al reverendo cuete. La mala notica es que ellos también se dieron cuenta y decidieron terminar la faena de un modo más clásico y cinco larguísimos cañones se asentaron en mi cabeza.

Era game over, como dirían en la Madre – Patria. Esperé las detonaciones, que ciertamente llegaron. Para ser exactos, cinco.
Era como si a los cinco malvivientes les hubiese salido un pornoco en el centro de la frente.
Les quedaba fantástico, según mi modesto parecer.

El bellísimo ángel de la muerte, se acercó luego hacia mí y así dijo:

-Se encuentra bien, Señor? –
-Decime Largo, bonita. Señor es muy de viejo choto y aunque en estos momentos lo parezco, te aseguro que no lo soy –

Ella sonrió entonces y un rayo de luz pura y diáfana se coló entre las tinieblas que me circundaban.

- Estás muy herido Largo? –
-Unas pocos rasguños - acoté sonriendo con suficiencia (A esto también siempre lo había querido decir)

Quise decir algo más, pero una noche cerrada sin una mísera estrella, se me vino encima de golpe.

III

Lo primero que advertí al despertarme, es que no estaba en mi covachita. Eso era fácil de deducir porque todo estaba limpio y ordenado. Advertí luego, que me dolía hasta el apellido. Cuando miré frente a mí, tuve la certeza de que había muerto y por un error de software me había ido al paraíso.

-Te sentís mejor, Larguito? - Me preguntó el ángel de la vida
-Estaría perfecto con vos a mi lado, bombón – le respondí
-No lo descartes del todo, Larguito, pero antes decime, por qué me seguías?

Entonces, y solo entonces, el benéfico sopor que me envolvía se despejó por completo y tuve plena conciencia del entorno en derredor. Me hallaba en una cama doble, envuelto en sábanas limpias y con el torso prolijamente vendado. Entornando los ojos dije:

-No lo imaginas? –
-Te contrató mi marido –
-Premio para la Dama –
-Por qué me ayudaste, entonces? Eras un espía, no mi guardaespaldas –
-No lo sé. Tal vez fue un arrebato de locura. Tal vez un guiño al muchacho que, hace tiempo y en una galaxia muy lejana, soñaba ser un caballero de brillante armadura. Pero lo más probable es que, sencillamente soy estúpido –
-O galante. Lo que vos hiciste por mí, Larguito, nunca jamás lo habían hecho antes –
-Vamos, guapa, no exageres. Seguro que a lo largo de tu vida, sobraron los candidatos a defenderte hasta de un estornudo.
-Ciertamente, Larguito. Pero solo vos pagaste el precio de un labio partido, dos ojos en compota y al menos seis costillas fracturadas –
-Ay guapa, no le eches sal a las heridas – respondí.

La verdad es que me sentía bien hablando con Hélida, tenía una mezcla de inteligencia, intuición y dulzura que te desarmaba. Tratando de alargar el momento, pregunté:

-A qué lugar me trajiste? –
-A la casa de invitados VIP de Vito –
-Y no la está usando? –
-Ahora nop, Vito iba a invitarlo al Impresentable, pero como perdió la elección, alpiste.
-Ahh, claro. Y son muchas las personalidades que recibe?
-Estás acostado en la cama que usó Obama –
-A la pipeta!!! –
-Eso mismo digo –

En fin, claramente se había agotado la charla de bueyes perdidos y así me lo hizo saber ella al decir:

-Vas a entregarme Larguito? –
-Soy un profesional, bonita –
-Yo solo quería compensar un poco el mal que hace Vito –
-Es una actitud loable, aunque en exceso prematura. Si hubieses esperado a heredar su Imperio, podrías haber hecho todo el bien que se te antoje sin rendir cuenta a nadie –
-Sip, supongo que me apresuré un poquito –
-Y sellaste así tu destino, me temo –
-Existen alternativas, Larguito –
-Ninguna que me entusiasme, seguro. Qué esperas que haga? Aunque estuviese dispuesto a engañar a mi cliente, no solo está en riesgo mi vida. Tengo padres, hermanos, familia. Crees que Vito solo se conformaría regalándome unos estupendos zapatos de cemento para visitar el fondo de un lago? Tengo que pensar en ellos, bonita –
-Es un no entonces, Larguito?
-Es un no, cariño, lo siento –
-Y si intento convencerte, Larguito? – me dijo mientras bajaba lentamente el bretel de su glamoroso vestido –
-No te molestes cariño, soy absolutamente inmune a los favores sexuales
-Algo habrá que valores aún más que la vida –
-Si existe eso, aún no me he enterado –

Al sinnúmero de cualidades de mi ángel bello, deberé añadirle la perseverancia. Su búsqueda fue minuciosa, implacable, perfecta.
Y halló al final lo que buscaba.

-De quién es esa naricita? –
-Tuyita, tuyita –
-Y esos ojitos liiindos? –
-Tuyitos, tuyitos –
-Y esa nariz tan bonita? -
-Para aspirarte, mejor –
-Y esa bocaza tan sexy? –
-Para comerte mejor !!!! –
-Y de quién es Larguito? –
-De Heli, solo de Heli !!! -

En honor a la verdad, no es que mentía al decir que carecía de punto débil. Sencillamente había olvidado que el mío son los mimitos. Establecido este hecho innegable, durante tres días y noches pudimos dedicarnos a otros menesteres que, como me precio de caballero ser (como diría el maestro Yoda) he olvidado absolutamente ya.

IV

Don Vito Comezone parecía un abuelo bonachón, hasta que de súbito dejaba de serlo y se convertía en el Capo –Maffia. Era una transformación terrible y había que tener cojones para bancársela. No es que los tuviese yo, pero demasiado lejos había llegado y otra no me quedaba. Con un gesto tan duro que a copitos de nieve asemejaban las piedras en la comparativa, abrió la carpeta que le extendí. Luego, en voz alta, y aunque no hacía falta que lo hiciera pues yo conocía de memoria su contenido, leyó:

-Hélida Mac Graw Hill. Huérfana rubia de medidas tan letales como ella misma, es una asesina absolutamente despiadada. Cometió su primer delito a los seis meses de vida, al robarle el biberón al bebé de la sala contigua. Fue aquel el primer eslabón de una ininterrumpida cadena de hechos aberrantes tan larga que la sola enumeración llevaría más de una vida. A los efectos prácticos bastaría decir que, con excepción del sexo con animales, en lo que me consta que jamás incurrió, el resto de los escabrosos hechos que a la imaginación se libren, con seguridad forman pare de su prontuario. Treinta y dos crímenes constan en su haber. Tuvo lugar el primero de ellos en su tierna adolescencia y el último data del mismo día en que cumplió 25 años –

Azorado, perplejo y aún en voz alta, don Vito leyó varias veces esta última línea. Finalmente, fijando sus ojos de tigre en un servidor, así dijo:

- Cometiste un error, Lebón, Hélida tiene aún 24 años -
-En efecto, hasta la medianoche los tiene, Don Vito, no hay error –

Y en ese preciso instante, en el reloj del estudio sonó la primera de las que habrían de ser doce campanadas. Con un vaporoso camisón que a trasluz dejaba ver sus vertiginosas curvas, la bella Hélida parecía un ángel vengador.
Más aún, si se tiene en cuenta el pequeño revolver que fime sostenía en sus delicadas manos. Con el resto de las campanadas se confundieron las breves detonaciones.

Luego, al fin, hubo paz.

EPÍLOGO

La verdad? Estar casado con una Capo- maffia no es tan terrible como parece, ya que hicimos algunos cambios. Para ello discutimos un poco entre nosotros y mucho más con los subalternos del fallecido y nunca muy llorado Don Vito. A los menos razonables los convencimos de hacer navegación submarina con unos espléndidos zapatos de cemento que les obsequiamos. Los más razonables, conforman ahora nuestro staff para echarnos una mano con el centenar de empresas off-shore en paraísos fiscales. Es tan ilegal como lo anterior pero con el beneficio de que no te llueven las balas.

Obviamente persisten algunos rencores del pasado, es difícil deshacerse de ellos, así que mantengo la mezcladora en buen estado y al zapatero cerca. Es un poco molesto vivir así, pero supongo que mejor que la mediocridad anodina que no provoca la codicia de nadie.

Heli se dio el gusto de hacer actividades benéficas abiertamente, en la creencia de que con ellos compensa un poco el mal que hicimos y aún hacemos. Yo tengo mis dudas, pero lejos de mí está la idea de desalentarla. Hasta le hicieron una estatua y todo. Por mí perfecto, ya tengo quien la reemplace cuando envejezca.
Respecto a nosotros, desde que conocí a Heli pasaron ya muchos años, pero la sigo amando como en el primer día. Y en esas noches de amor en que nos acurrucamos muy juntos, saciados y enamorados hasta el infinito, me doy el lujo de gritar a los cuatro vientos:

-¡¡¡¡ Vale la pena ser detective ¡!!! –

Texto agregado el 25-12-2019, y leído por 88 visitantes. (1 voto)


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