Cuando yo nací, nací con fiebre,
esa fiebre por la poesía
las mujeres y el vino
aún no ha cesado, a pesar
que he recorrido media vida.

Cuando me embriago, no escribo
cuando escribo, no me embriago
pero casi siempre escribo embriagado.

Si estás a mi lado, no tengo ningún afán
vigilo tus sueños, hasta tus pesadillas.

Si estás ausente, voy de prisa
a beber mi vino y habar
con todos mis fantasmas.

A veces pienso que Dios
en algún momento debió enfermarse
no se tomó los sueros ni sus aspirinas
tanta fiebre ha tenido
que nosotros somos
el resultado de sus delirios,
mientras Dios se toma un año sabático
para hacer deshacer y de nuevo hacer
todo lo que ha creado, yo me limito
a echar lima a mis versos
con tus caricias y buen vino.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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