Cuando todos los hombres somos chicos tenemos la virtud de crear nuestros propios juegos. Ahora que lo recuerdo para vencer el miedo cuando me dejaban solo en la casa, yo jugaba a ser mi padre porque le tenía un miedo metafísico a los fantasmas que ahí habitaban. Y no porque la casa fuera extraña pues por todas partes se evidenciaba el buen gusto de mi madre, tanto me habían hablado de las personas que se aparecían que ya eran familiares las figuras del hombre sin rostro, la bruja, el ladrón de los niños y otras tantas que ya ni recuerdo.
Ya me había acostumbrado a verlos pasearse por todas partes, cuando estaban aburridos subían a la salita y miraban la televisión. Luego los hacia jugar una partida de ajedrez, tan complejas eran las jugadas que realizaban que siempre terminaban en tablas. Condenados a no derrotarse estudiaban minuciosamente todas las jugadas y siempre llegaban a la razón del equilibrio. En otras ocasiones jugaba con ellos a las escondidas y, con el solo propósito de ponerlos en jaque me escondía donde fácilmente me pudieran encontrar, cuando me correspondía buscarlos jamás los buscaba, de esa manera me los quitaba de encima durante algún tiempo. Fueron muchas las cosas que me sucedieron pero para no alargar este cuento, les voy a contar aquello que durante veinticinco años no he podido olvidar.
Mis padres habían salido para donde el médico con mi hermanita mayor. El motivo de mi soledad era ese, pues Rosita en los tres últimos días vino muy angustiada, no sé si por culpa de sus compañeras o por culpa de la maestra, lo cierto del caso es que debía ir donde un especialista para que le auscultara su pequeño corazoncito. Apenas me sentí solo corrí a vestirme con las ropas de mi padre porque de esa manera la casa estaría más segura porque en su interior habitaba un hombre. A diferencia de todas las veces en aquella oportunidad llegó mucha gente a buscar a mi padre. Primero golpeó a la puerta el director de un albergue infantil. De acuerdo a las circunstancias hice seguir a la visita y como no había café preparado, no me quedó más remedio que brindarle un trago. El Director no era de aquellos tipos que regatean hipócritamente aquello que se les brinda. Cortésmente bebimos aquel trago, neófito ante aquella circunstancia tuve cuidado de disimular el mareo que de inmediato me sobrevino.
Luego de haber hablado de algunas trivialidades entramos al punto en cuestión: El Director había realizado todo el papeleo relacionado a la estancia de mi hermana en el albergue, yo firme donde el funcionario me indicó y después de haber acordado todas las cláusulas del contrato nos despedimos hasta dentro de ocho días, fecha en la que Rosita conocería su nuevo hogar. Como el tiempo hay que gastarlo en algo tomé la prensa y me arrellané en el sofá después de haber pasado rápido por los titulares, me detuve a leer como marchaban los sucesos en el mundo.
EL MUNDO
Un Ex obrero agrícola mexicano, Andrés Carrasco Aragón, ha sido condenado a cuarenta años de cárcel tras haber sido hallado culpable de dirigir una red de contrabando de heroína y cocaína que producía varios millones de dólares al año. Su pena de cárcel es la segunda en número de años en el estado noroccidental de Washington y es inferior únicamente a una condena de cuarenta y cinco años de prisión impuesta al californiano David Smith en 2010 por el propio Tanner. DOS NIÑAS PALESTINAS de doce y catorce años respectivamente murieron a causa de heridas que recibieron durante choques con soldados israelíes con lo que alcanzan a cuatro los adolescentes que perdieron la vida en solo cuatro días de enfrentamiento con tropas de ocupación. En un aparente esfuerzo para evitar disturbios adicionales el ejército impuso un toque de queda en ese campamento de refugiados instalado en la costa marítima en las afueras de la ciudad de Gaza y donde viven alrededor de 42.000 palestinos. EL FISCAL DEL DISTRITO DE MANHATAN, Rudolph W. Giuliani, anunció su renuncia al cargo en medio de conjeturas sobre su probable candidatura a la alcaldía de New York, pero al alejarse deja unos cuantos casos sin resolver, Giuliani, creador de la labor de investigación que se ha venido desarrollando durante los últimos años sobre un masivo fraude con valores financieros y de otras acciones contra la corrupción cooperativa, dijo el martes pasado que renunciará como fiscal. CUATRO CABECILLAS del grupo guerrillero urbano Acción Directe fueron sentenciados ayer a cadena perpetua por el asesinato en 2’007 del Presidente de la empresa automotriz Renault, George Besse.
Un tanto decepcionado por los sucesos del mundo iba a pasar a las páginas culturales, pero justo en ese momento golpearon a la puerta. Con un alto grado de pereza me desplacé a abrir y solo me bastó una mirada para concluir que el nuevo visitante era un insensible. Venciendo el temor que me asistía en aquel momento hice seguir a aquel rufián, pero en esa oportunidad no hubo protocolo, sin que medie la cortesía ese individuo se sirvió dos tragos consecutivos y lo bebió con mucha avidez y luego que el trago se deslizo por su garganta y llegó al estómago, dio curso a su sucia lengua. La propuesta no fue tan decente que digamos, más bien fue un chantaje pues ante la imposibilidad de pagarle las deudas del juego, me propuso que le pagará con el sistema de seguridad del banco donde yo trabajaba, de lo contrario me haría embargar la casa, pero lo peor de todo fue la exigencia de una respuesta inmediata. Ateniéndome al desenlace de los hechos le contesté negativamente, indignado y lanzándome amenazas se despidió aquel engendro deshonesto.
Enseguida y casi impulsivamente me tomé dos tragos consecutivos, ante esa circunstancia y como no estaba acostumbrado al licor sentí que los muebles giraban a mi alrededor, yo también parecía girar por el cuarto y para colmo de mi desgracia alguien más tocó a la puerta, sacando fuerzas de donde no tenía y haciéndome el fuerte llegué y abrí para ver quién era, menos mal que en esa oportunidad fue el cartero, sin poder articular palabra recibí el sobre y, cuando apenas me volvía hacia el sofá, sonó el teléfono riiiiing…. Riiing… riiiing… rápidamente llegué a contestar esa llamada, el que hablaba del otro lado de la línea era mi tío, aquel que me trataba con severidad. En ese momento estuve tan confundido que no supe por cuanto tiempo hablamos, lo único claro de la conversación era lo relacionado con mi desplazamiento a su casa. Desesperado por la tragedia que se avecinaba abrí la carta: Ahí se decían muchas cosas, pero lo único que recuerdo era lo relacionado con la partida de mi madre a otro país, iba a probar si la suerte le era diferente, de ser así nos reuniríamos a más tardar dentro de un año, pero desde esa partida ya han pasado veinte años y, aún sigo sin ver a mi familia, por esas cosas de la vida tengo un hijo de cuatro años Y no sé qué responderle cuando me pregunta sobre el lugar donde se encuentran mis padres.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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