La mato, una, dos tres veces sobre la página y luego la volvió a matar, la mató infinidad de veces. Cada vez la mataba de una manera diferente, es más, la sometía a todas las torturas imaginables: una vez intentó ahogarla en la piscina, pero cuando estaba al borde de la muerte decidía perdonarle la vida.

En otras ocasiones la sometía a un régimen de pan y agua, cuando estaba al borde de la muerte, le daba los más deliciosos manjares que un ser humano se pueda imaginar. Luego la llevaba por los peores caminos y ahí la dejaba abandonada durante un buen tiempo. A pesar de todo la amaba y jamás pudo matarla en la memoria.

Los dos estaban condenados a vivir amándose y odiándose. Antes que otro la encontrara fue a buscarla y se la llevó a vivir con él para siempre. Un día que él no se encontraba decidió abandonarlo para siempre.

El desde ese momento recorre todas las noches y los días, pero no encuentra ningún rastro de esa mujer que se le aparece solo en sueños, pero cuando la va agarrar se desvanece como el humo.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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