Estas ahí, estas ahí, estas ahí…
Haces que el cielo se trence en
quipos maravillosos, cuando el
amanecer es ya un gaznápiro
vacío y sin asombro para la gente,
pero que yo adoro.

Abre tu nostalgia lastimera como
el ingenuo Baco, presa de su origen,
y riégala en mi espíritu que yo le
encausare con buenas nuevas a tu alma.

Ya ves que el sonido gutural de tu
sentir es el centro del mundo…
Pero también es mi escondite y sin
embargo el roce aquel de eternos
suspiros que envidia tu existencia
perece cada día, porque no tiene
tus ojos ni el secreto de tu boca,
y que busca en vano en las olas
de mis miedos.

Estas ahí, estas ahí, estas ahí…