Me costó mucho reconocer
que no eras la que decías ser
muy fácil me engañaste
y luego me abandonaste
me dejaste a la deriva.

Yo te creía una mujer divina
y eras una bandolera
maldigo esa fría mañana
que en ti puse la mirada.

Pero del dolor se aprende
y hace rato que aprendí
me costó abrir los ojos
pero al fin los abrí.

Bellas caras vemos
mas nunca lindas almas
siempre andamos ciegos
no diferenciamos a las damas.

Una alma vale más que una cara
una bella alma no lleva mascara
una hermosa alma es sincera
calma la sed como agua bien pura.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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