Poema


Algo sobre la vida y de por qué te sigo queriendo


¡Tanto nos da la vida!
Pero cuando quiere
¡Tanto nos quita!

Cuando la vida quiere dar siempre nos da con creces,
pero cuando quiere quitar, nos quita sin preguntar.
Reniego de esa vida y me aparto de sus caprichos.
Si un día te di mi amor, hoy no te lo voy a quitar,
no quiero ser un ingrato como esa vida que quita,
que sin tener sentimientos nos cobra lo que nos da.

Aunque la vida te aleje, siempre mi voz te ira siguiendo;
aunque la vida te enferme, en versos estaré contigo;
aunque la vida te olvide, nunca podré olvidarte;
y si de modo insensible, te entrega a la muerte aleve,
ya no volveré a escribir ni una letra que hable de vida.
Seré cadáver de cementerio y fantasma de las páginas,
tanto tuyas como mías, que quedarán impresas
y seguirán viviendo con tu poema y el mío.

Cuando la vida insensible separó nuestros caminos,
no niego que miré otros ojos y en otras bocas bebí.
Que mis manos palparon pieles con sudor de otros caminos
y en busca de calor mi cuerpo aterido en otro nido durmió.
No lo niego, no pido comprender, no busco justificarme,
sólo digo que fue otra batalla que no le gané a la vida.

Y es por eso que mi voz, mi verso y mi pluma peregrina,
van renegando de ella y añorando tu voz, tu cuerpo y tu piel.

Mis falanges siempre sienten tu ausencia y escriben letras para ti.
¡Porque te sigo queriendo!
¡Sí, sí, sí, porque te sigo queriendo!
Al margen del tiempo insensible, que se esconde en el reloj,
detrás de las cortinas que oscurecen como noche el día,
al anverso y reverso de pergaminos añosos y de códigos legales,
y más allá de las estúpidas e insensibles fronteras humanas,
que se visten de espejismos para simular olvido y sin tapujos mentir.




Incluido en libro: Cuando las letras vuelan
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