Hasta tal punto el título constituye un pleonasmo que la ilustrez y la cornupatía corren parejas. Tampoco hasta el punto de que todo ilustre sea cornúpeta, pero a la inversa resulta de un paralelismo tal que decir cornúpeta es, casi, decir ilustre.
Claro, otra cosa distinta es la consideración que sobre el asunto tiene cada cual. Siempre encuentra el cornúpeta una excepción en su caso particular. Y es que en la realidad se dan siempre dos puntos de vista: el interno y el externo. A tal fin,no estaría de más, que la Academia- la Real de la Lengua Castellana- introdujera algo de claridad sobre el asunto, a fin de homogeneizar el sentido de la utilización de las palabras con propiedad. Sirva este escrito al citado fin esclarecedor, aunque el autor, ya de entrada, advierte sobre la dificultad del asunto por ser tema delicado en el que se juega la autoestima del personal. Y ello, por haber observado, que el asunto de los cuernos no cuenta siquiera con entrada en el referido diccionario oficial castellano.