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UNA HISTORIA INESPERADA

Ella enmudeció ante tamaña mentira. Silenciosa como palomar vacío. Huyó, así eludió el compromiso de contestar a los abruptos injustificados reproches recibidos. No poseía más qué la tranquilidad de su conciencia .Contenía las lágrimas que pretendían salir.
El tiempo con su manto benefactor aplacaría el confuso enojo de su compañero: Arnaldo Combos
Volvería a ella…
Justamente un mes después y tiritando de frio. Él regresó.
Se arrepentía por haber abierto sus oídos a palabras intrusas y maliciosas. Desmejorado, empalidecido, entregó sus razones Ella le confirió completa atención. Él caminaba a lo largo de la sala, esperando una respuesta.
La dama se levantó del sillón. Buscó un
Libro grueso y pesado de su biblioteca. Leyó la última frase de la última página de esa novela “Dejemos atrás malos tragos, demos forma, empuje, ilusión. Llenemos la vida de amor, confianza, bondad. No la convirtamos en un eterno y monótono pasar”.
Él encontró en esa frase la respuesta buscada
Con gozo la sujetó contra su pecho y comprendió que esa mujer nunca había dejado de ser suya exclusivamente.
A partir de ese momento vivieron satisfaciendo sus deseos recíprocamente.
Una tarde ella regresó más temprano de su trabajo. Subió las escaleras hasta el segundo piso, abrió la puerta ¡amarga sorpresa! Él brincó del sillón, se puso la bata. Su acompañante guardó paralizado mutismo
Ella los miró y partió. Humillada, apesadumbrada, en estado de consternación. Llegó a casa de su hermano. Buscó refugio, el recibimiento fue cálido. Tomaron chocolate como cuando eran niños. Las palabras confortadoras y el extenso dialogo, la consolaron…
Con el tiempo, Ofelia logró quitar de sus pensamientos a Arnaldo, pero en lo profundo de su corazón a pesar de la actitud inadecuada de él, seguía existiendo, a escondidas ¿Cómo seguir queriendo a un ser tan desleal?
Una mañana camino a su trabajo, se detuvo a comprar la revista de decoración. El titulo de la primera página del diario “Realidades policiales “entretuvo su atención: “Mujer mató a su compañero. Disparó tres tiros mortales”. Compró el diario. Corrió a tomar el colectivo sucio y colmado de pasajeros. No podía leer el diario allí.
Lo haría en su oficina, algo le atraía de ese titular…
Después de leer la noticia en su extensión, no cabían dudas. Los placeres incontrolables lo habían llevado a ese fin, la vida le ofreció todo sin grandes esfuerzos, quizá esa era la razón para no apreciar nada, para no dar valor a nada. Aun así no le guardaba rencor. No podía malquerer a quien amó.
Probablemente Arnaldo en algún sitio hallaría paz, la que no supo encontrar en la vida terrenal. Cerró el diario. Siguió con sus labores.
Esa tarde, Ofelia, regresó a su casa
Sin dejar de pensar que Arnaldo ya no existía físicamente
Durante una semana seguida, todas las tardes al llegar a su casa observó un auto estacionado en la puerta. Al introducir la llave en la cerradura de su puerta, el auto arrancaba a toda velocidad
No conseguía ver quien lo ocupaba, lo polarizado de sus vidrios no lo permitían.
Desconocía si debía dar parte a la policía o esperar
Seguramente no era ella la destinataria de esa acechanza. Las cosas se enredaban. Recibía llamados telefónicos. Una voz femenina con tono italiano preguntaba por ella y cortaba.
A esto se sumaba la despedida de su hermano, él cual partiría a Venezuela a tomar cursos de perfeccionamiento, su profesión lo requería
Él no era conocedor del acoso sufrido por su hermana
Ella no debía preocuparlo, lo conocía y echaría a perder esa oportunidad por custodiarla
No seria culpable de tal decisión, lo despidió, al volver del aeropuerto pensó que necesitaba una pausa, pediría licencia laboral
Se sumergió en la bañera, llena de espumas aromáticas “maderas de oriente”, sus preferidas
Se relajó. Poco le duró. El, teléfono interrumpió, la voz femenina:-disculpe. ¿Es usted Ofelia? Y cortan Adquiriría un identificador de llamados…
Instaló el aparato al fin, esperaba cazar su presa
Tres noches sin novedades. La cuarta noche recibe el llamado, con tanta mala suerte. El lector decía. “llamada no identificada” ¡Al infierno con ese intento ¡
Los días avanzaban, las persecuciones continuaban
Antes de caer en un colapso nervioso buscó ayuda policial
La respuesta: “vigilarían el lugar”
Los llamados no implicaban amenaza contra su persona
Podría dar la baja al servicio telefónico y manejarse con un celular. Era todo lo que se podía maniobrar
¡Algo era! Se retiró del departamento policial
Creyó parecerle que una camioneta hacia su mismo recorrido a paso de hombre… La vio desviarse seria efecto de la sugestión
La soleada mañana estimulaba a caminar Esas diez cuadras que separaban el departamento policial de su casa fueron el ejercicio para sus piernas…a partir de ahí su cuerpo se aquietó
Su captora la obligó bajo intimidación de arma de fuego, a subir a la camioneta
La mujer era la de los llamados y la ocupante del misterioso auto gris
Al entrar al minúsculo departamento le fue sacada la venda que cubría sus ojos
La encerraron en un dormitorio de paredes color ocre, una miserable ventana cerrada, la cama de una plaza con sabanas escandalosamente rojas, una lámpara de pie, un espejo rectangular A la derecha un reloj antiguo y la puerta que daba al pequeño y oscuro baño
Habrían pasado dos horas cuando escucha las llaves de la puerta
La mujer le traía una bandeja con tres porciones de tarta de jamón y un vaso con jugo de limón. Era hora de una explicación .La consiguió…
Nueve años atrás el recordado Arnaldo contrajo matrimonio en Italia, con Gina,( la captora)de esa unión nació su primer y único hijo: Enzo
Por incompatibilidades y reiteradas infidelidades masculinas, se separaron. Arnaldo viajó a Argentina
Con la lejanía y el hijo en común la relación se transformó en una especie de amistad a la distancia
Se escribían mucho y la única conquista femenina que nombró fue justamente a ella, había calado profundo en él
Igualmente su debilidad por el sexo opuesto pudo más, y así terminó…
Ofelia aún así no comprendía ese secuestro
Hubiera sido más fácil contar esa historia en cualquier mesa de confitería
Gina continuaba…
Ofelia quedó paralizada con lo que seguía escuchando, claro esa confesión no podía hacerse en cualquier mesa de confitería
Ahora sabia que si descubría la verdad, la vida de su hermano la suya corrían peligro
Callar significaba cargar con la culpa del silencio y permitir que una pobre inocente estuviese presa por un crimen no cometido
Realmente era la protagonista de una historia inesperada con matices tramposos
Pensaba en el niño Enzo
Estaba involucrada no había vuelta atrás Grave problema que no sabia como resolver
Esa historia creía Ofelia encerraba algo más
No se le había dado a conocer por mero conocimiento
Gina perfectamente podría haber callado el resto de su vida, cargar con su error ¿qué enclaustraba esa historia? Gina, no le respondía…
Ofelia llevaba dos días encerrada en ese lugar
Era obvio nadie percibía su ausencia
Su hermano en el extranjero, la tía por parte materna de viaje por España, su mejor amiga deleitándose en su luna de miel, su otra tía por parte paterna, en el centro Pompadour derrochando la fortuna de su cuarto esposo
¡Qué soledad!
Esa noche recibe un plato de ñoquis a la boloñesa. Más tarde, entra al dormitorio Gina con un caballero bien trajeado
Mantuvieron una extensa plática. Ofelia se negó a firmar el documento que le presentaron
Acá era incuestionable que no concluiría toda esa pesadilla…
No quedaba opción, firmó
Era el principio de la responsabilidad que la aguardaba
Cerca de las tres de la madrugada, fue liberada
Ya en su casa preparó un baño reparador
Algo la tranquilizaba, se descubriría el verdadero asesino de Arnaldo
Se contenía de ir a la policía y declarar todo, pero ese documento firmado era el inconveniente
Tuviese o no valor legal, ese papel era una alianza, tarde o temprano de no cumplirla simbolizaría el fin para ella o su familia
Ese fin de semana regresaba su hermano de Venezuela
Hablaron de lo provechoso de esos estudios
Y…urgía hablar del tema
Su hermano quedo turbado ante tal revelación
Coincidían los dos en que eso era un laberinto
Aceptar lo firmado o el fin de sus vidas
Evidentemente estaban frente a una organización
Como había prometido, Gina se entregó a la justicia
La inocente lograría su libertad
Días más tarde Ofelia recibe un llamado telefónico indicando hora y día del vuelo procedente de Roma
En ese vuelo se encontraba lo que debía guardar celosamente…
Un niño indefenso de cabello encrespado y sonrisa ingenua, la esperaba
Un saludo en exquisito italiano, la conquistó
Con el correr de las semanas se obtuvo respuesta que no existió ninguna organización Si la existencia de la mente organizada y desesperada de una madre, para delegar la vida de su hijo en buenas manos.

Texto agregado el 17-05-2018, y leído por 111 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
04-03-2019 Querida,lo primero,el amor a veces nos hace perdonar y vivir lo que jamás imaginamos. Es una historia excelente con un final que muestra los sentimientos bellos de la protagonista. Ese niño podrá ser feliz***** Un besito Victoria 6236013
27-09-2018 Wuaooo!!! Qué historia amiga. Parece una novela y suena bastante real. Menos mal que al final de todo, hay un niño merecedor de una vida feliz. Muchas lecciones de vida en tu impactante historia. Un abrazo, Reina querida. Qué placer que hayas vuelto. SOFIAMA
 
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