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Inicio / Cuenteros Locales / lagunita / EL SEÑOR SUEÑOS(COMPLETO)

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El sueño se torno real, casi colgado de su mente bajo a la tierra, despertó a otros sueños dormidos, golpeo la puerta de los que estaban trabajando, solicito dejaran la mente de todas sus víctimas.
Tenían que reunirse para resolver que hacer, el señor de los sueños había dado una orden, y deberían cumplir con ella a raja tablas.
Deseaba que los sueños se tomaran vacaciones por solo veinticuatro horas, su experimento así lo necesitaba.

Los sueños todos juntos en reunión se miraban, estaban muy preocupados, esas pequeñas vacaciones les tomaría después muchas horas sin descanso, ya que deberían escribir en cada mente abandonada, todo aquello que no podrían hacer ahora.

El sueño numero uno dijo, señores, vamos a hacer turnos, para tratar de recalar en otras criaturas diferentes, que no sean humanos, para probar como se implementa lo nuestro en diferentes mentes.

Todos sin discutir aprobaron la idea del señor numero uno de los sueños.

Comenzó con un perro llamado Jaleco, un sueño pequeño se posesiono del animal, logrando sentir la presencia de su pequeño cerebro, el perro comenzó a correr alocadamente por el pasillo donde se encontraba, el pequeño lo quería detener para que no se estrellara, todo fue imposible, Jaleco murió atropellando la pared.

Todos esperaban el comentario del pequeño, querían saber cómo le había resultado la prueba, solo lo vieron llorar desconsoladamente, cuando les contó la desgracia nadie lo podía creer, con los seres humanos no pasa eso, todo lo contrario, matan al sueño molesto, y ellos se despiertan como si nada.

La reunión se prolongo un tiempo hasta que todos pudieron votar, no existió ni un solo voto en contra, la decisión estaba tomada, solo soñarían entre ellos y así pasarían esas veinticuatro horas de ocio.

Después de un rato se escucho la voz del sueño mayor, bueno… ahora subiremos a las nubes para lograr el mejor sueño, por supuesto que tendrá premio quien logre hacerlo mejor, todos sabemos que somos capaces de hacer soñar pero… hacerlo nosotros mismo es toda un arrojo.

Se juntaron numerados para saber después quien pudo soñar, y quién no.

Todos arremolinados con un número grandote fueron subiendo lentamente a las nubes, una gorditas otras finitas, las había de todas clases.

El silencio fue total, los sueños se aprestaban a jugar, el más imposibilitado decidió narrar lo que él podía ver en los jugadores, de pronto, se escucho un aleteo proveniente del número tres, se lo vio salir convertido en un ángel haciendo piruetas en el cielo, susurrándole a la niña terrenal canciones de amor y paz, el número uno masticaba frenéticamente un chicle de mentol haciendo globitos , que alcanzaban a las estrellas, fundiéndose con ellas y su furor en un beso apasionado, miles de cometas despertaron al son de unos tambores. Número uno bailaba, cantaba y su cuerpo insípido tomo forma de hombre, conquistando a miles de corazones que vagaban despiertos esa noche sin tiempo ni sueños, todo se veía azul con vetas blancas, marrones y celestes, tomaron un rincón desocupado y comenzó un gran partido de tenis, fue magnífico como se prestaron todos para armarlo.

Mientras el número siete roncaba a todo pulmón sin encontrar soñar, le parecía imposible hacer algo para él, ya que solo era un trabajo y no le salía.

De repente el dos corría por el espacio junto a su nube que también jugaba enamora de dos, porque lo veía como su nube soñada, fueron a conocer a nubecita que lloraba y lloraba de hambre, yó que su mamá se la pasaba con ese extraño personaje que no era su papá, tratando de calmarla no se dieron cuenta que llego papá nubón, al ver lo que estaba pasando trato de agarrar a dos, pero este ligerísimo como un sueño desapareció de su vista, nubecita estaba perpleja nunca había visto algo semejante, se la escuchaba llamar… dos, dos no te vayas en ti encontré el amor, si me dejas nuboso me tratara muy mal, y nunca podre ser feliz como lo fui estos breves minutos, dos conmovido surgió de la nada, tomo de la cintura a nubecita le arrebato un beso, luego le dijo despacito que no se iría jamás, que se convertiría en nube para estar con ella eternamente, el señor sueño no podía crear lo que veía y escuchaba .

El supervisor desolado por no poder contener a los numerados amigos, decidió llamar al jefe, para contarle lo que ocurría, y si los dejaba hacer lo que les venía en ganas.

Señor, señor... estoy intranquilo musito, los sueños hacen demasiadas cosas y no puedo controlarlos, me gustaría saber si usted ya termino con ese trabajo especial, o necesita más tiempo, además le solicito audiencia si es posible.

El señor mayor despertó de su sienta muy enojado, como podía su súbdito despertarlo así, tomo su bastón y lentamente se levanto, solo corrió la mirilla de su nube para decirle que aún no estaba listo, y no importaba mucho las locuras que podían hacer aquellos sueños, que siguiera allí, donde fue confinado hasta nuevo aviso, que no volviera a despertarlo, de lo contrario sería castigado.

Cabizbajo y meditabundo apresuro su pensamiento y la intriga creció ¿que estarían haciendo sus compañeros?, en el camino vio mariposas dibujando el cielo con sus colores, un relámpago amigo lo saludo, mientras le gritaba que la fiesta en las nubes cada vez se ponía mejor, al escucharlo se lamento en su interior, como voy a corregir a estos chiquilínes, que pintan y pintan sueños.

El susurro del viento le dejo un mensaje alucinante, entre el azul oscuro brillo la luna coqueta y atrevida, traía en su aura la música más celestial jamás escuchada ni por los sueños, todo se torno bello, resplandeciente.

Veía a los numerados volar sin rumbo, parecían ebrios de placer, ante la majestuosidad de miles de estrellas, junto a la luna radiante y danzarina.

Silencioso comenzó a llamar uno por uno a los numerados, su sorpresa fue mayor cuando descubrió no solo a dos... se encontraban todos tendidos cada cual con su nube, floreando en el centro del universo, quiso llamar la atención de aquellos incurables, pero escucho un clarín anunciando que hoy… San Valentín derramaba sobre la tierra mucho amor, en demasía, el día de los enamorados estaba allí, sobre la tierra y en el cielo, al ver la ternura de esos inquietantes sueños, san Valentín les otorgo la llanura incandescente del amor y libertad.

El supervisor se sintió tocado por esa varita mágica, que se filtraba en su cuerpo de sueños, y se entrego de lleno a vivírla con florcita, una bellísima nubecita que lo miraba con sus ojos de cielo, así… los sueños vivían su recompensa, San Valentín les regaló un sol dorado de amor.


El día de los enamorados llego a su fin.

Todos tendrían que ponerse a trabajar en lo que el jefe ordeno, de lo contrario el supervisor seria dado de baja en cualquier momento.

Comenzó a llamar uno por uno a los trasgresores, nadie respondía, estaban todos dormidos o increíblemente trabajando. No lo podía creer, todos inmersos en un sueño compartido.

Quiso explorar de qué se trataba aquello que soñaban.

Entro lentamente al mundo irreal, claro, nada le pareció mal, ya que todos estaban en la misma, la realidad no existía para ellos.

Mientras más se acercaba al experimento, más sentía es olor fuerte, le recordaba algunas cosas del pasado, cuando recién comenzó a trabajar y lo enviaban a cualquier lugar, justamente ese olor le traía malos recuerdos.

Siendo pequeño aún en esto de soñar para los otros, fue enviado al infierno, el no sabía muy bien de que se trataba, fue, increíblemente pésimo el momento. Descubrió un lugar horrible y diferente. La niña que dormida desplegaba ese tremendo sueño, estaba atormentada, y por momentos su corazón parecía salirse de cauce, no quiso seguir con ese mandato, y rápidamente y aún sin experiencia, dio por terminado el sueño.

Toco la frente de la niña, le roció la sien con agua bendita. Cuando sintió una voz que le indicaba su regreso.
Que se presentara a la oficina del jefe inmediata mente.

Lógico, entro en pánico, sabia que a los sueños cuando no cumplen una orden los hacen desaparecer, mandándolos a los desiertos de los sueños donde no hay nada, ni existe nadie, allí luego desaparecen y nunca más se los ve.

El jefe con el ceño fruncido, lo atendió, le dio un par de mosquitas para que jugara como si fuera un niño por crecer, luego le pregunto por su falta de compromiso en el trabajo.

El pobre estaba tan asustado que solo atino a decir, que lo asusto el olor y la convulsión de la niña.
Su jefe le reprendió el comportamiento, le sugirió que de ahora en más, jamás dejara el trabajo sin terminar, que por esta vez solo lo dejaría un día en la montaña desértica de los sueños.

Recordando esto, avanzo rápidamente por el ancho camino al infierno, se encontró con el secretario de lucifer, éste le pregunto si buscaba a sus empleados, que todos estaban en una nube roja, incandescente, llena de alcohol y fuego, que no creía que pudiera sacarlos de allí.
Lo miro sin contestar, paso de largo, dio un soplido impresionante de sueño, y todo se acomodo, desapareció el fuego, la nube y el alcohol,todo junto al secretario. Ellos fueron despedidos como por arte de magia del lugar.

Les hablo, le recomendó comenzar con lo acordado, de lo contrario sus vidas como sueños no valdría nada a la hora de reportar la intensidad de sus trabajos.

Todos se acomodaron, cada cual se vistió como decía el libreto. En el supervisor asomo una sonrisa de satisfacción y juntos comenzaron a ascender.

Alssandrini María del Rosario

Texto agregado el 27-05-2017, y leído por 483 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
28-05-2017 Así es, amiga, “Los sueños hacen demasiadas cosas y no se pueden controlar”. Excelente historia con muchas aristas que considerar, entre ellas, la esperanza y la libertad. Con sueños controlados, no habría creatividad; y los humanos moriríamos de tristeza. Ingeniosa y aleccionadora historia. La disfruté a plenitud. Un abrazo full y eterno. SOFIAMA
28-05-2017 Un cuento alocadamente encantador y disparatado. sensaciones
28-05-2017 ingenioso, dulce yhermoso yosoyasi
28-05-2017 Hola Lagunita, es un gusto leerte, hace mucho que no paso por estos lados alejandro_fernandez
28-05-2017 María del Rosario, creo que esta noche NO voy a soñar. jajaja te mando un beso. ome
 
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