Multicolor

Me tiendo sobre
césped que ha sido
regado con la bondad
de la escarcha.

Unos tímidos rayos
solares se encumbran
detrás de las montañas.
Su tenue luz alumbra el
opaco firmamento, que
se libra de la opresión de
la noche.

Amanece, el sol revolotea
alegre entre pompas de jabón
que lo reciben con sonrisas
de agua.

Estoy aquí, no niego que
vivo rodeado de maravillas.
Sin embargo, algo me dice
que pertenezco a donde mis
brazos no pueden llegar.

Los parpados cansados
se recuestan, a dormir.
El alma se transporta
al cielo, pernocta entre
azul y amarillo. No vuelve
jamás. La tierra ya no
es su hogar.