Un inmenso vacío de todos los colores
siguió a la tormenta,
mientras en el barro se construían historias rojas.
Y entonces fue el hombre,
que surgió en la noche como lámpara de la oscuridad.
Varios siglos de sol y de lunas
fueron vistiendo de yerros sus sueños transparentes.
Ahora otra vez es la tormenta
que despoja de todos los colores lo prometido en el inicio.
Ya el hombre no brilla en la noche,
oscurece la metáfora y el símbolo de lo que pudo haber sido.