Acalambrados delirantes de noches de verano
Sobre todas las luces bajo el silencio,
Tu suave voz, ininteligible y amenazante,
Quebró los cimientos de mi sosiego.

La historia no es otra que no se haya contado
Sobre los giros y desaires del afecto
Pero toda historia se hace única en los recuerdos
Uno, lento y torpe y ebrio,
Ella, apresurada y torpe y confusa
Ambos dramáticos sin teatro ni libro.

Y la extraño y la sueño y la añoro
Su ausencia es un martirio dantesco.
No es fácil saber que el inicio es tortuoso
Y es difícil creer que vivo realmente.

Probar una gota de su mirada azul
Significa la embriaguez hipnótica
Que deja de resaca figuras y versos
En camas de teclado e insomnio.

(Inconcluso por ahora)