Te digo y me dices.

Yo te digo que no tengo nada
que decir, yo te digo que a veces
el silencio dice más que mil palabras.
Yo te digo que estoy aburrido de las
constantes discusiones, yo te digo que
deseo vivir en armonía.

Tú me dices que soy un insensato, que todo
lo malinterpreto, tú me dices que ya no soy
el de antes y que debería recordar cómo era.
Yo te digo que estás equivocada que no eres
capaz de ver más allá de tu realidad sesgada,
tú me dices que estoy loco y que así no se puede
continuar.

Tú cierras la puerta, por fuera. Cae la noche, las
luces se apagan, la habitación queda a obscuras.

El silencio reina, el castillo se derrumba.