Ya no tengo tanto alcohol en la sangre y creo que ya es momento de hacer algo razonable, o sano o tal vez insano. Y pondré detalles inútiles, pero que describen perfectamente la situación acá, por ejemplo el amanecer. Esa parcela de luz que se presenta al romper la noche en llanto-en especial los sábados, donde todo el munda llora conciente o inconscientemente- se sentó sobre mi techo y me miró a los ojos, plantados en las horas anteriores al alba en las que pasé poca, o mucha vergüenza. Y qué le voy a hacer, el alcohol podrá ser la droga depresiva por excelencia, pero por excelencia yo amo la depresión, y desgraciadamente también ocasiona la pérdida del pudor. Pero dejemos de lado mi siete y media de la mañana y vayamos a lo realmente urgente que es el motivo por el cual toco esta horrible puerta virtual, maquillaje de rostros y actitudes, lo sabes.

La verdad ante todo, como decías, eres asquerosamente transparente, a veces deberías fingir algún sentimiento o, por lo menos, fingir cualquier cosa, pero me es imposible. Y no sé qué palabras usar para saludarte por tu cumpleaños, me quedan las convencionales, pero son basura, la incansable repetición de frases que hasta el más bestia podría repetir sin tregua cada maldito año a la misma persona; así que voy a maquillar entre líneas mi aprecio, eso va más conmigo. Supongo también que esto ya cansa, uno se emborracha y la otra tiene que ver cómo le vibra el celular con mensajes animales irreverentes, pero sinceros. Cuántas veces ha pasado, cuántas veces la misma rutina, con mismas intenciones, mismos corazones y mismos momentos de la noche, pero distintas situaciones, distintas maneras de expresar el sentir y distintos momentos de la vida. En fin, el hombre acá tiene que pedir perdón por importunar tanto, aunque haya sido motor de arranque de todo esto, la copita antes de votar, hace ya mucho y dicen que hay que enterrar al muerto tal y como vino al mundo, por las piernas de alguna madre, por eso la copita de anoche tal vez sea la inhumación a la madre tierra como la primera fue el parir de una madre común y corriente. Y otra vez lo digo, perdón. Por ser así de impulsivo, por saber que con tan solo tocar la botella, sin siquiera abrirla, ya estaría escribiéndote, tal vez era porque en el fondo era lo que quería, porque el alcohol reprime mi orgullo-tremendo orgullo- y alimenta a ese sentimiento que corre como niño dentro mío, saltando y jodiendo, ese pequeño que mira las calles- y digo que es niño por la excelente memoria que tienen- y recuerda cada lugar, recuerda ese "mi fuerza tiene un límite" y otras cosillas que pasaron por dichos pasajes, avenidas y parques, que ahora caminan como ambulantes buscando clientela y yo, como buen imbécil, soy su comensal habitual. Terminando este bodrio, quiero decirte con todo el amor que te tengo, que te puedes ir a cualquier lisura que se te ocurra ¿Por qué? Porque es lo sano, para mí, mandarte abrigada y con comida a ese lugar y lograr con ello en mi pecho un efecto de catarsis, es muy sano, funciona.

En fin, tu regalo será bonito, disfrútalo.

Te quiere, Sergio.